Story of Seasons: Friends of Mineral Town, análisis Nintendo Switch

El verano ya está aquí y muchos de vosotros os iréis a vuestras casas de campo, al pueblo, apartamento o visitaréis lugares emblemáticos de nuestra preciosa geografía. Ya sea fuera en o en el lugar que escojáis para sofocar el calor actual, podéis encontrar a partir de la semana que viene en vuestras tiendas habituales Story of Seasons: Friends of Mineral Town para Nintendo Switch, una propuesta que casa perfectamente con esta época del año.

El videojuego es un remake del título lanzado para Game Boy Advance en 2004 que, a su vez, fue una adaptación del original del de PlayStation; Harvest Moon: Back to the Nature. Con un lanzamiento original fechado en 1999, ¿seguirá divirtiendo tanto como antaño? Os traemos nuestro análisis a continuación.

¡Hola de nuevo Mineral Town!

Lo primero que habrás notado es un baile muy peculiar en los nombres que os hemos reseñado más arriba. Esto se debe a que Natsume, la desarrolladora inicial de Harvest Moon, trabajó con Marvelous para llevar sus títulos localizados a occidente hasta que los japoneses decidieron, hace poco más de cinco años, dejar de adaptarlos a idiomas extranjeros. Esto provocó que Marvelous quisiera seguir con la saga en Europa y Norteamérica pero, por desgracia, no podían usar el nombre de Harvest Moon por lo que pasaron a llamarse Story of Seasons. El primer videojuego en usarlo fue Story of Seasons para Nintendo 3DS.

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En Friends of Mineral Town los jugadores tomarán los mandos del protagonista —podemos elegir como novedad entre cuatro granjeros; dos chicas y dos chicos— , que llega al pueblo de su fallecido abuelo para pasar un tiempo, encontrándose con que tanto la granja como el huerto de su yayo todavía pueden ser útiles en esto de ganar unas perras extra. Como no, nos hacemos cargo de ambas para intentar labrarnos un futuro en Mineral Town aprovechando nuestra estancia criando animales y cultivando hortalizas estacionales. Y para ello tenemos dos opciones, hacerlo en modo fácil o normal, con diferencias jugables entre ambas. Éstas se centran en la obtención de recursos monetarios, siendo más fácil en el primer modo que en el segundo pero también porque si escogemos la vía sencilla empezamos ya con algo de cultivo en el huerto.

A diferencia de obras como Animal Crossing, aquí no dependemos de la hora real de la consola para avanzar en el tiempo, basta con echarnos a dormir para que el día cambie en el videojuego. Esta característica hace que Story of Seasons: Friends of Mineral Town sea el título perfecto para los ratos libres pues el tiempo pasa rápido pero también cuando tu lo decidas y, lo que es mejor, podemos guardar la partida en cualquier momento incluso sin cambiar de día. Por otra parte el cartucho cuenta con guardado automático con lo que nos aseguramos de que cualquier avance no quede en el olvido ante una urgencia.

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El juego, en lo jugable, era algo arcaico en su concepción y lo fue un poco menos en el cartucho. En esta edición para Nintendo Switch ha mejorado en calidad de vida gracias a una estupenda interfaz muy intuitiva y rápida que hace al juego muy ágil. Esto también se lo debemos a los controles, los cuales ya no necesitan de un amasijo de menús para poder equiparnos cualquier herramienta al instante. Ahora, por ejemplo, al picar en una mina el avatar recoge directamente lo minado sin tener que seleccionar el mineral previamente. También hay marcadores visuales que se activan en el huerto que nos indican en todo momento hacia qué punto dirigirá la acción nuestro protagonista en el suelo, algo muy útil para la riega de semillas, labrado o el riegue de nuestros productos.

Hay mucha información en pantalla, más de la que había antes pero ninguna de ellas innecesaria. El menú principal está muy bien organizado y ofrece intuitivamente todo lo que necesitas conocer de tu estancia en Mineral Town. Desde tu nivel de amistad con tus animales o vecinos, el estado de tu granja, el mapa del pueblo o el calendario de temporada. Se agradece y mucho esta sencillez pues con un par de pulsaciones accedes a cualquier información necesaria.

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Novedades con respecto a los originales no hay demasiadas. Más allá de poder escoger género para nuestro avatar, la elección se basará en cuatro modelos diferentes. Se han añadido nuevas opciones de romance y, quizás lo más interesante, que podemos casarnos e incluso formar una familia con alguien de nuestro mismo sexo. El número de cultivos sigue siendo el mismo, la mina también o los eventos que se dan cita en Mineral Town como las carreras de caballos o el festival de comida a lo largo de las diferentes estaciones. Un intento, quizás algo arriesgado, de mantener intacto el espíritu del original sin arriesgados cambios.

Un juego muy bonico

Para esta nueva interpretación del videojuego de gestión agraria Marvelous ha respetado prácticamente todo lo que ya vimos en versiones pasadas. El idílico pueblo de Mineral Town con sus habitantes sigue ahí, aunque han sufrido un lavado de cara. El diseño del entorno se ha respetado lo suficiente como para recordarlo fácilmente pero la compañía se ha fijado más en la edición de Game Boy Advance que en la original para traer de vuelta esta propuesta a la híbrida de Nintendo.

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Otro de los puntos destacables de Story of Seasons: Friends of Mineral Town es que deja a un lado ese toque gráfico semi realista del original de PlayStation para darle un enfoque algo más chibi que, por el tipo de juego que es, creemos que es una decisión acertada. Una vez más, se acerca más a Friends of Mineral Town de GBA que al de la primera consola de Sony. De hecho aunque es un título en tres dimensiones se controla y disfruta como uno en 2D, incluso cambiando el plano de la cámara. Jugabilidad de la vieja escuela ayudada por la nueva tecnología.

Aunque el aspecto gráfico está bien trabajado, sin fisuras y es agradable a los ojos tampoco esperéis grandes alardes ni que sea similar a Doraemon: Story of Seasons en este campo. Son correctos, sin más. No obstante son suficientes para que te atraiga a primera vista por sus diseños en personajes y animales y en rendimiento no hemos encontrado nada que haga saltar las alarmas. Ni por un segundo. Y lo que es mejor, en modo portátil mantiene el tipo del mismo modo que lo hace funcionando a través del televisor.

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En lo sonoro poco que añadir. Melodías mejoradas aunque quizás algo escasas, lo mismo para los efectos de sonido y sin diálogos hablados para los personajes. Es el punto más flojo del cartucho y una verdadera lástima pues solo brillan un par de melodías que, a los pocos días de juego, se vuelven demasiado cansinas. Eso sí, el videojuego viene totalmente localizado al castellano con algún que otro pequeño fallo apenas imperceptible.