De Metal Gear Solid V a Death Stranding: Hideo Kojima y su salida de Konami

Probablemente ni Hideo Kojima ni nadie en Konami imaginaría que 30 años juntos terminarían de esa manera, pero la realidad es que el final de una de las relaciones más prolíficas de la historia de los videojuegos concluyó de manera traumática. Los motivos aún no han sido concretados, tan solo hay especulaciones, y tal vez haya algo de cierto en todas ellas, pero el final del desarrollo de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain marcó el comienzo de una nueva época para el creativo nipón, una de aún más libertad de la que había gozado hasta entonces.

Los hechos se sucedieron en algún punto de la creación de la quinta entrega de la franquicia que él mismo crearía hacía prácticamente tres décadas, y aunque esos motivos no estén claros, quedaron patentes las desavenencias entre Kojima y la directiva de Konami. Algo que es evidente es que la compañía nipona estaba plenamente convencida de la rentabilidad de otros proyectos menores -juegos para móviles, pachinkos...- en detrimento de los estratosféricos presupuestos que manejaba cada juego de Kojima, Estas disputas pueden considerarse normales entre un creativo de gran ego y una compañía veteranísima en el sector, pero lo verdaderamente triste fue lo que vendría después, aunque insistimos, nada de ello totalmente confirmado.

Una tortuosa salida

Principalmente, se ha venido diciendo que los empleados de Kojima Productions sufrían contínuas vejaciones en las oficinas de Konami: eran espiados, humillados si no fichaban… En definitiva, marginados, y eso al menos quienes mantuvieron su puesto de trabajo, aunque el propio Kojima los repescaría más tarde para la reapertura del estudio, ya completamente independiente de Konami. Recientemente hemos sabido gracias a Polygon que ni siquiera de manera interna la vida era totalmente de color de rosa en Kojima Productions, con el estudio de Los Angeles trabajando en Metal Gear Online, con empleados sintiéndose desaprovechados, y posteriormente, con la sucursal cerrada. Lo que es seguro es que pasara lo que pasara, salpicó el lanzamiento de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain de una manera que seguramente nadie habría deseado.

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Tanto una parte como otra lanzó dardos e indirectas cuando el juego vio la luz. Sin ir más lejos, Konami borró la ya célebre coletilla “A Hideo Kojima Game” de la carátula, pero no sirvió para que el propio Kojima la incluyera en la pantalla de presentación al comienzo de cada episodio. De hecho, Kojima ya no era empleado de Konami en el momento del lanzamiento, estando contratado como externo para poder finalizar su desarrollo, algo que como sabemos, quedó evidentemente en entredicho. A tal punto llegaron los conflictos entre las partes, que ni siquiera pudo acudir a la ceremonia de The Game Awards 2017, presentada por su amigo Geoff Keighley, a recoger el premio a Mejor Juego de Acción, por prohibicion expresa de los abogados de Konami. Pero como recordamos, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain no estaba previsto para ser el último trabajo de Kojima en su compañía de toda la vida.

En un escenario por entonces de mayor repercusión que en la actualidad como es la Gamescom, concretamente en la edición del año 2014, Hideo Kojima salió al estrado durante la conferencia de Sony para presentar un extraño teaser jugable conocido como P.T. Rápidamente esta demo se hizo viral, gracias no solo a lo aterrador de su propuesta, sino también a sus extremadamente enrevesados puzles, cuyas soluciones corrieron como la pólvora por redes sociales hasta que alguien descubrió el final por primera vez. Este mostraba ni más ni menos que lo que sería el reboot definitivo de Silent Hill, conocido como Silent Hills, con Norman Reedus -ahora protagonista de Death Stranding- y el director mejicano Guillermo del Toro colaborando en el guión del título. Era demasiado bonito para ser verdad, y en efecto, el juego se canceló tan prono se supo la marcha de Kojima de Konami.

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Construyendo un nuevo futuro

Tras su salida definitiva, Kojima tuvo que esperar, por temas legales, unos cuantos meses hasta poder anunciar su nuevo trabajo. Hubo que esperar hasta diciembre de 2015 cuando Andrew House, en uno de sus últimos grandes servicios a Sony, confirmó en un vídeo -bajo estas líneas- que el creador trabajaba en un videojuego exclusivo -en consolas, ya que llegará también a PC el próximo verano- para PlayStation 4, tan pronto como pudo reestablecer de nuevo su estudio, como decíamos antes, ya de forma independiente. “Estoy aceptando un nuevo desafío estableciendo mi propio estudio, y estoy entusiasmado de emprender este viaje con PlayStation, con la que no he dejado de trabajar durante todos estos años”, decía en aquel vídeo. “No puedo esperar para brindaros, junto a PlayStation, un juego que será una innovadora experiencia y se convertirá en una gran franquicia”.

A partir de aquel vídeo la información sobre lo que sería ese nuevo juego brilló completamente por su ausencia, y lo único que sabíamos era a cuentagotas, tratándose sobre todo de pequeños detalles de la nueva Kojima Productions, tales como el significado de su logo, su mascota Ludens… Hasta que llegó el E3 2016, y de nuevo Andrew House presentándolo en el escenario. Kojima ofrecía el primer tráiler de Death Stranding, comenzando su discurso con un escueto, pero esclarecedor “I’m back”. Desde ese mismo momento se convertía en uno de los títulos más esperados de la presente generación, y no era para menos, tratándose del legado de alguien a cargo de una de las franquicias más legendarias del ocio interactivo.

El secretismo acerca de su estado de desarrollo durante todo el proceso hizo temer que Death Stranding se retrasara demasiado en el tiempo y nos llegara más próximo a la nueva generación, pero finalmente, y aunque parezca mentira, llegará ya la próxima semana. Las expectativas no podían ser más altas, ¿estará al nivel esperado? Lo conoceremos a partir del proximo viernes día 8 de noviembre.