Análisis Ni No Kuni: La ira de la bruja blanca Remastered para PS4

Hay productos culturales que toman valor con el tiempo. No destacan como deberían cuando su fecha de lanzamiento tiene lugar, sino que el paso de los años le van dando un nuevo aroma, una textura inigualable que sólo se consigue gracias al proceso de conservación y reposo (como sólo logran los mejores vinos). Exponentes de ello hay muchos, y un buen ejemplo es este Ni No Kuni: La ira de la bruja blanca Remastered que hoy nos toca.

Poco se puede decir –que no se haya dicho ya- de uno de los mejores JRPG que nos dio la anterior consola de Sony (y una edición para Nintendo DS previa que compartía muchos trazos, aunque no todos). Una historia de fantasía y magia donde se dan cita los mejores elementos del rol asiático, pero aderezado con un apartado gráfico bajo la batuta artística de Studio Ghibli. Un cóctel perfecto que ahora llega a PlayStation 4 y, por primera vez, a PC y Nintendo Switch.

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Mejorando lo cuasi perfecto

Siempre es bueno que un videojuego salga en el mayor número posible de plataformas. Con esto se consigue llegar a más jugadores en todo el mundo, y todo apunta a que este axioma es el que tenía Bandai Namco en la cabeza cuando se puso manos a la obra con la remasterización. No sólo bastaba con llegar a PlayStation 4, sino que también tenía que desembarcar por primera vez en otros sistemas.

Gracias a este planteamiento hemos tenido una versión para Nintendo Switch que no es remasterizada como tal, sino que se ha hecho un port directo desde la edición de PlayStation 3. Por tanto, y ante esta diferencia de base, lo aconsejable es pasarse por la crítica del compañero Sergio González, quien ha analizado la versión para la portátil de Nintendo.

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En el texto que ahora se tiene en pantalla se ha podido probar la versión para PlayStation 4. Lo primero que se debe dejar claro: no hay inclusiones a nivel narrativo, de juego, etc. Por lo general, muchas remasterizaciones añaden nuevos contenidos jugables para potenciar el producto anterior, pero en este caso no ha sido así. Si jugaste al título de PS3, ahora vas a obtener lo mismo en esta parcela.

Donde Ni No Kuni: La ira de la bruja blanca Remastered resalta es en el apartado técnico. Toda la complejidad del diseño de Ghibli se traslada con maestría a 60 frames por segundo y una resolución de 1080p. Por tanto, se sube tanto la tasa de imágenes en pantalla como la resolución de la misma, si cogemos como referencia la edición para PlayStation 3.

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Todo esto ya eleva la calidad del producto, pero si se posee una PS4 Pro se consigue todavía más. La resolución pasa hasta los 1440p respetando la tasa de imágenes por segundo de manera constante. Sin embargo, el punto fuerte está en que también se puede poner el juego en resolución 4K, con la diferencia de que aquí la tasa de frames se reduce a 30. Es todo un detalle esta libertad de elección, aunque una lástima que no se meta el HDR para sacarle partido por completo.

Y el resto, como decimos, es mantener la esencia de lo visto en PlayStation 3. El mismo doblaje al japonés/inglés, misma traducción al español (con sus jocosos chistes) y mismo paquete para una obra que sigue –y seguirá- siendo atemporal. Porque la magia es cuestión de sólo creer.

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