Yakuza 3 Remastered
Yakuza 3 Remastered, análisis
Sega ofrece a los jugadores más tardíos en descubir la saga la oportunidad de volver a revivir la historia de Kiryu Kazuma comenzando por el que probablemente sea el título más único de las entradas numéricas hasta la fecha. Es hora de volver a redescubrir la infancia.
Hay quien piensa que no hay nada tan adulto como ser capaz de cuidar a un niño. Quienes así piensen encontrarán en Yakuza 3 una de las aventuras más adultas de la historia de los videojuegos. Lejos del crimen y las luces de neón de kamurocho, el juego más centrado en la figura de Kiryu Kazuma de la franquicia; el más divisivo de la franquicia por su énfasis en la vida familiar; y el más valiente a la hora de afrontar algunos temas aún muy delicados en Japón vuelve al mercado de nuevo, dentro de la reedición para PS4 de las tres entregas numeradas de PS3.
No es este un título Kiwami, sino simplemente una versión con más resolución y mejor tasa de fotogramas de un juego con una década a sus espaldas. Tanto los aspectos técnicos como las mecánicas jugables sufren ese paso atrás, y es fácil caer en la tentación de querer juzgar a este título negativamente midiéndolo directamente con las últimas entradas de la serie. Pero eso sería llevarse a error, pues en cuanto nos metemos en faena, muchos de esos defectos fruto del paso del tiempo desaparecen o se difuminan para dejar el buen sabor de boca de un juego que en lo jugable ha envejecido bastante decentemente.
Un yakuza diferente
Yakuza 3 fue el primer juego “moderno” de la franquicia. Obviando el spin off no canónico Ryu ga Gotoku Kenzan, esta fue la primera entrega para PS3, el primero que prescindía de ángulos de cámara fijos para ofrecernos una cámara libre en tercera persona, el que más tiendas reales reproducía hasta la fecha, un salto adelante en el número y calidad de los minijuegos ofrecidos… Técnicamente fue un juego muy notable en su momento, a pesar de algunos aspectos que se fueron puliendo en entregas posteriores.
Pero SEGA y el futuro Ryu ga Gotoku Studio no centró en lo gráfico su salto generacional. Sus innovaciones fueron mucho más allá. Este es el juego de la franquicia, junto con la sexta entrega, donde Kiryu Kazuma muestra su cara más humana. Es un título que se atreve, sin tapujos, a dedicar una parte no pequeña de su argumento a resolver los pequeños problemas del día a día de un tutor. A cuidar de niños y niñas prepúberes, entendiendo sus problemas, enseñándoles las dificultades y alegrías de la vida y a tratar de ser un ejemplo para ellos que les permita convertirse en la mejor versión de sí mismos. A ser, en definitiva, un simulador de paternidad.
Es también un juego que da un arriesgado y complicado paso atrás respecto a la ambientación y argumento de las dos primeras, algo especialmente notorio sabiendo que la segunda parte estuvo fuertemente condicionada por el feedback de los jugadores de la primera. En esta ocasión nos trasladamos a las cercanías de Naha, en Okinawa. Un paraíso en la tierra, el archipiélago de la calma y las vacaciones de aguas serenas y playas perfectas. Un lugar intencionalmente opuesto al bullicio Tokiota.
A esos atrevimientos se añade el de denunciar de forma poco velada la corrupción económica y moral de la clase política japonesa, tratando sin tapujos, aunque con personajes ficticios, la connivencia entre empresarios, fuerzas del orden, mafiosos y políticos. Y a tocar, ya de paso, un tema extremadamente delicado en Japón y especialmente en la propia Okinawa: la presencia de enormes bases militares que ocupan buena parte de la superficie de las islas de la prefectura, y en especial de la principal, generando multitud de problemas a los residentes.
Los años pesan
Pero el tiempo no pasa en balde, y ciertamente en el apartado gráfico el juego había dejado margen suficiente para mejoras, especialmente fuera de las escenas cinemáticas. Modelados, animaciones, e incluso entornos están lejos de lo visto en las últimas entregas de la saga, y sin embargo se ha mantenido tal cual. Nada de esto, sin embargo, es algo que dure más de unos minutos antes de que nos acostumbremos. A cambio, la nueva resolución y tasa de fotogramas funcionan sin problemas visibles.
Las mejoras que realmente se echan de menos son las añadidas posteriormente a la saga y a las que todo fan está ya acostumbrado. Aspectos como la libertad de movernos por el entorno gracias al Dragon Engine sin paredes invisibles y sin la presencia de tiempos de carga al entrar en los comercios, el escaso comparativamente número de establecimientos al que podemos acudir frente a entregas posteriores así como la escasa cantidad de productos a la venta, el arcaico inventario, la vuelta a un sistema mucho más básico de mejora de las habilidades de Kiryu… Hay que hacer un trabajo de abstracción y olvidarse de la evolución posterior de la saga para disfrutar de este título en su justa medida.
Un detalle que sí ha recibido un lavado de cara en la versión europea, sin embargo, es la localización. Elementos omitidos en la edición en PS3 como el kyabakura han sido recuperados, mientras que los textos han sido actualizados. Ahora podremos tratar de llevar a la chica que reclutemos al estrellato de un club que podremos gestionar, en base a vestirla según los gustos de los clientes en cada momento. Eso sí, de nuevo esta entrega nos llegará en perfecto inglés.
Conclusión
Yakuza 3 es posiblemente la entrega más arriesgada de la saga, con permiso de lo que ofrezca Yakuza 7. Un juego valiente que tomó decisiones arriesgadas en guion mientras mejoró todos los aspectos de las entregas para PS2. Eso sí, el tiempo no pasa en balde y algunos aspectos, tanto técnicos como sobre todo jugables son un paso atrás notorio con respecto a las últimas entregas de la franquicia.
Lo mejor
- Un juego con una historia valiente y que supuso un enorme salto adelante en la franquicia.
- Cuenta con nueva localización (aunque en inglés) y recupera contenido eliminado en la anterior versión occidental.
Lo peor
- Más allá de resolución y tasa de fotogramas, los gráficos no han sufrido cambios.
- Muchos aspectos jugables están obsoletos frente a entradas recientes.
- El ritmo de esta entrega es mucho más pausado que la de otros títulos de la franquicia, por lo que puede decepcionar a quienes busquen un Yakuza más tradicional.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.