Disintegration: ya hemos probado lo nuevo del cocreador de Halo
Asistimos a la presentación de la obra de Marcus Lehto y V1 Interactive en Gamescom 2019 para, acto seguido, jugar una partida multijugador.
Hablar de Marcus Lehto es hacerlo de historia viva del videojuego. Cocreador de Halo y antiguo director creativo de Bungie, tras su marcha del estudio estadounidense fundó V1 Interactive, que consta actualmente de tan solo treinta personas en sus oficinas de Washington, pero una experiencia que les ha permitido hacer que, al menos por ahora, Disintegration sea uno de los próximos lanzamientos más interesantes que hemos visto en Gamescom 2019. Y sí, nos ha gustado.
Sobre el papel, Disintegration parece muchas cosas, no es fácil de entender su propuesta y puede dar pie al equívoco. La tarea de comunicación será fundamental para comprenderlo; no es para todo el mundo por su voluntad por innovar, por aunar el FPS multijugador clásico con la estrategia en tiempo real que solemos ver en vista periférica. Aquí la diferencia reside en que solo somos una unidad, nuestro personaje, y es vista subjetiva.
Cuando Marcus Lehto decidió aunar el FPS con la estrategia a tiempo real
Antes de probar el juego en una partida PvP, el diseñador jefe del apartado multijugador, Blake Law, nos explicó qué es esta nueva IP y por qué están trabajando junto a Private Division para hacer que se convierta en franquicia de cara al futuro. Pongámonos en situación: un universo situado 150 ó 200 años más tarde que en la actualidad. Hambruna, incapacidad social para abastecer a todo el mundo; conflictos políticos que afectaron a lo económico… un desastre. El ser humano, como raza, es tan imperfecto que se quedaron con lo único que quedaba indudablemente imprescindible: el cerebro humano.
Para evitar la extinción se recurrió a la tecnología en el proceso llamado Integración, donde se extraen los cerebros de las personas y se insertan en unos armazones robóticos que, si bien no tienen demasiada personalidad en su diseño, sí cuentan con ingentes opciones de personalización, como pudimos comprobar acto seguido. La nueva superpotencia, Rayonne, quiere capturar a los últimos humanos y les obliga a introducirles esta Integración en seres robóticos. Con esta premisa llegamos al porqué de estas luchas armadas.
El diseño artístico recuerda a las primeras etapas de Halo y el comienzo de Destiny, quizá no tanto por los exteriores sino por el conjunto en general. No es para nada desagradable encontrarnos con algo así, porque todo eso no deja de ser un atractivo envoltorio para una propuesta jugable que podemos calificar de única: no hay otro igual en el mercado. Es temprano para saber si esta apuesta funcionará, es harto difícil abrirse hueco en los shooter multijugador en primera persona. Low, sin embargo, cree que el potencial del título brillará por sí solo.
Coordinación, imprescindible para el combate
Que nadie se piense que no habrá modo historia. Preguntamos al respecto en la sesión de preguntas y se nos dijo que tendremos una campaña protagonizada por Roger Shoal. Este trámite será necesario si queremos conocer el lore del universo del juego. Prometen que merecerá la pena. Este piloto, experto de graviciclo (los vehículos cuatrimotor con capacidad de volar), será uno de los líderes del grupo de la resistencia humana. No estaban autorizados para hablar más acerca de la historia; en Gamescom 2019 el protagonista era el modo multijugador, que constará de tres modalidades diferentes.
Hasta tal punto llegó el interés por la estrategia que los primeros prototipos del juego eran un RTS, según revelan. El movimiento por el escenario es muy satisfactorio si controlamos el graviciclo. Es ágil, rápido y fuerte al mismo tiempo. Además, contamos con de dos a cinco pequeños robots a los que dar órdenes con la cruceta. Actúan de forma independiente y se coordinan entre ellos para hacer diferentes acciones mientras nosotros continuamos buscando el lugar y momento adecuados para abrir fuego. Hay seis roles disponibles que pasan de lo ofensivo a lo defensivo; con combate a corta distancia, a larga distancia como un francotirador, hasta los sanadores.
Es complicado explicar cómo se juega sin verlo en directo, pero podemos deciros que es muy fácil hacerse a los controles. Aunque al principio pueda parecer incluso engorroso tener que estar pendiente de una patrulla de pequeños robots soldado, terminas sintiendo que las diferencias no son tantas respecto a otros títulos del género. En nuestro caso decidimos no complicarnos mucho y nos centramos en un solo objetivo: uno para todos y todos para uno. Mientras los robots se iban acercando por un pequeño pasillo trasero del escenario al enemigo marcado, nosotros le intentamos distraer con una especie de granada. Al darse la vuelta se encontró con la sorpresa y nosotros empezamos a disparar por detrás. Había distintos tipos de munición, una de ellas cargada, que fue la que terminó confirmando la baja.
La alegría duro poco porque, en el proceso, empezamos a ser visibles por uno de los francotiradores del otro equipo, perdimos el dominio de la zona y el territorio era tan hostil que terminó todo en llamas.
Un universo con aspiraciones narrativas, un futuro totalmente táctico
La tensión es total en la partida: puedes estar haciendo una táctica brillante pero pasar por alto la coordinación con tu equipo. El resultado es inmediato, estás perdido. “Tienes que pensar como si todos fueseis una unidad”, comentaban. Esto es un arma de doble filo porque casi obliga a que juguemos con conocidos, con gente con la que ya estemos familiarizados. Si no es así es probable que tengamos dificultades como, por ejemplo, que en el matchmaking dos personas escojan el mismo tipo de rol, lo que hará de la partida algo redundante y con carencias en alguna de las áreas fundamentales.
La variedad y complejidad inicial del juego llega incluso antes de ponernos a jugar. Las opciones de personalización son cuantiosas. Cada graviciclo tiene sus propias estadísticas (velocidad, armadura…), cada una orientada a un rol concreto; algunas más básicas y otras más avanzadas a cambio de requerir de más experiencia a los mandos. Nosotros fuimos un Tech Noir, un francotirador con mucha vida y una granada que hacía recuperar vida a los compañeros. Desde la distancia tratábamos de sumar bajas y lanzar estas cápsulas de recuperación de salud.
Lo que comenzó siendo un caos (ninguno de los periodistas allí presentes entendíamos muy bien el ritmo de la partida), clausuró con unos cuantos gritos de victoria cuando cerramos el encuentro con un 2-1. Identificamos errores, comentamos la jugada y pensamos abiertamente cómo podíamos hacerlo mejor en la siguiente. Si el objetivo de V1 Interactive era ése, fomentar la estrategia y la cooperación en su vertiente competitiva, lo han conseguido.
Nos quedamos con la miel en los labios al no poder ver a fondo su historia, que prometen se está cuidando con suma delicadeza para ser presentada por todo lo alto más adelante.
Si quieres probar el juego será posible en el PAX West de Seattle, del 30 de agosto al 2 de septiembre de 2019. Disintegration se lanzará en todo antes del 31 de marzo de 2021, en formato digital para PlayStation 4, Xbox One y PC a través de Steam.
Por ahora, Disintegration nos ha gustado, nos ha absorbido y nos deja con ganas de saber mucho más.
Puedes consultar toda la cobertura de Gamescom 2019 del equipo de MeriStation aquí.
- Acción
Disintegration es un título de acción first person shooter a cargo de V1 Interactive y Private Division para PC, PlayStation 4 y Xbox One en el que los jugadores viajarán a un futuro cercano en el que la humanidad está al borde de la extinción y debe recurrir a la tecnología para sobrevivir. A través de un proceso llamado Integración, se extrae quirúrgicamente el cerebro humano y se inserta en un armazón robótico. Surge una nueva superpotencia llamada Rayonne, totalmente exaltada por su flamante supremacía, y empieza a capturar a los últimos humanos, a quienes aplica a la fuerza la Integración robótica.
