Los jugadores de Wolfenstein: Youngblood creen que el juego se burla de Donald Trump

Nadie del equipo de MachineGames ha reconocido que una de las cartas coleccionables de Wolfenstein: Youngblood sea, en efecto, una burla contra el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, a algunos usuarios les ha llamado la atención el paralelismo entre el contenido del documento y la realidad, salvando las distancias. Y es que se habla de un muro de contención fronterizo que algunos usuarios han interpretado como referencia a la construcción que el líder norteamericano pretende edificar en la limes con México.

Si bien no hay ninguna ligazón explícita, la carta describe una situación concreta en la que las autoridades rechazan la publicación de un libro de ficción que narra la historia de un estafador que se convierte en máximo dirigente del Reich y que decide construir un muro para separar las fronteras y proteger al estado del enemigo. “Ningún lector creería que un simple estafador pudiera ser elegido como líder del Reich”, dice el documento.

“Aunque la idea de construir un muro de hormigón es interesante, la historia de la novela no es plausible”. A continuación, dice lo siguiente: “No podemos imaginarnos que un protagonista que parece poco inteligente e incompetente pueda lograr algo más que limpiar los váteres de nuestras instalaciones”.

Dos gemelas contra el sistema

Wolfenstein: Youngblood ya está disponible en PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC. El juego transcurre dos décadas después de los hechos narrados en la secuela. Los años ochenta han llegado, pero esta no es la década psicodélica que todos tenemos en mente, sino algo diferente. En esta visión distópica, los nazis todavía continúan gobernando. Mientras tanto, las cosas no pintan bien para la resistencia, pues el héroe, Blazkovikz, ha desaparecido. Sin embargo, sus hijas gemelas irán en su búsqueda y lucharán a muerte contra el Reich.

El título, un spin-off planteado con un enfoque cooperativo (aunque también se puede jugar en solitario), es el primer juego de MachineGames que prioriza el modo multijugador. Según la desarrolladora, en el futuro explorarán más el terreno online. Por otra parte, también han reconocido que su juego tiene carga política.