Cuando los viajes duraban un suspiro gracias a las consolas portátiles
Link´s Awakening y Mystic Quest. El placer portátil y la relatividad del tiempo
En el pasado E3 nos reencontramos con estos dos clásicos en su versión para Switch. Recordamos el disfrute que suponía jugarlos en portátil
Qué invento las consolas portátiles, cómo nos han hecho felices en nuestras vidas más allá de los controlados salones de nuestras casas. En mi caso comencé por la repetición ad infinitum que ofrecían las Game & Watch en los agrestes campos de la infancia (Estupenda opción aquella que permitía desactivar el sonido de la consolita para darle de vez en cuando bajo el pupitre en la aburrida clase de inglés). Ya con el virus de la libertad inoculado llegaron la Game Boy y la Game Gear en los años universitarios. La segunda era un lujo demasiado caro fuera de casa, sus seis pilas se gastaban en un suspiro, por lo que la portabilidad se limitaba a las habitaciones del piso de estudiantes enchufes mediante. La Game Boy, tocha, monocroma, sin luz en su pantalla y de potencia justita, era la verdadera compañera de viaje. Recuerdo uno en bus en el que los paisajes eran pixelados y el tiempo para disfrutarlos siempre escaso a pesar de su longitud. Era 1993, y tanto Mystic Quest como The Legend of Zelda: Link´s Awakening hicieron placentero nada menos que un trayecto de cinco horas de Mérida a Madrid para asistir a una fiesta de Radio 3.
En la capital, el Creep de Radiohead ganó el premio a la mejor canción del año, Antonio Vega enmudeció la sala con su sola presencia y los Surfin Bichos dieron sus últimos pasos a la vez que los Planetas, EP en mano, daban los primeros. La vuelta la hice escuchando música en el walkman, no sin antes intentar infructuosamente repetir la magia a los mandos de la ida a la tenue luz que emanaba de la bombilla sobre mi asiento. Sí, en aquel momento eché de menos la pantalla iluminada de la Game Gear. Menos mal que siempre me acompañaba de lo que yo llamaba mi kit antiaburrimiento, esto es, un bolsito con la consola, un libro y el mencionado walkman (con un boli Bic con el que rebobinar las cintas y así ahorrar en pilas).
Estamos en 2019, y han pasado por mis manos en todos estos años la Game Boy Sp, la cuqui Game Boy Micro, las sorprendentes Nintendo DS, DS Lite, 3DS y New 3DS; la maravillosa PSP en múltiples encarnaciones (a cual peor) y ese templo del juego indie que fue PS Vita antes de la llegada de Swicth. Afino el oído y todavía resuenan desde Los Angeles los ecos del E3. El público corea como ganadora a una compañía cuya conferencia ha sido el montaje de vídeo que ha volcado en internet. Esto deja en entredicho una feria acostumbrada a los grandes fastos que compiten en espectacularidad con la ceremonia de los Oscars que se dan en la misma ciudad.
Y si Nintendo ha triunfado ha sido, entre otras cosas, por tirar de la nostalgia, de la memoria emocional del respetable. Entre anuncios sorprendentes como el port del descomunal The Witcher 3 o la segunda parte de Breath of the Wild, juegos que, junto a Wolfenstein Youngblood y Doom Eternal ponen a prueba hasta límites imposibles e impensables la potencia de Switch, ahí estaban la recopilación de Contra, Panzer Dragoon, Spyro, Collection of Mana y el lujoso remake de Zelda: Link´s Awakening. Sí, lo han oído bien, esos dos últimos títulos son los que hacían llevaderos mis viajes casi treinta años atrás. Porque Collection of Mana incluye Mystic Quest a pelo, sin filtros, con gráficos en blanco y negro como en su estreno en Game Boy. Se anunció que la recopilación de Contra y Mana estarían disponibles en la eShop pocos minutos después de que terminara el Nintendo Direct, así que, allí que me fui cuando llegó el momento. Y resultó un chorro de agua fría como antaño, porque Mystic Quest y Secret of Mana siguen en inglés y a un precio a todas luces desorbitado para un conjunto de roms: 40 euros.
Me atuso la barba que no tenía hace veintitantos años y me digo, bueno, fue un suplicio reunir en el 93 las 15000 pesetazas que costaba Secret of Mana para la Super Nintendo, así que, igual esto no es tan caro. Ese pensamiento termina de afianzarse al pensar en un Trials of Mana que, al contrario que sus compañeros en la terna, si viene traducido a nuestro idioma. De aquel juego solo catamos por estas tierras algunas imagenes en las revistas de la época (recuerdo perfectamente en ellas el cangrejo gigante que hemos podido ver en el tráiler).
Y aquí estoy, con Mystic Quest en la mochila y contando los días hasta el 20 de septiembre para reunirme de nuevo con Link en la isla Koholint. Me he hecho a la idea de que, gracias a la racanería en la distribución de Nintendo y a esos especuladores sin corazón, me he quedado sin la edición limitada de Awakening. No me duelen ni la bonita caja de cartón ni el precioso libro de arte, sino ese alucinante steelbook que representa el juego en una Game Boy de antaño. Sufriré en silencio, es lo que queda. Cuando llegue el momento y tenga por fin ambos juegos, será cuestión de forzar un largo viaje en bus a cualquier parte para doblegar de nuevo el tiempo y el espacio. Mi viejo kit antiaburrimiento con Game Boy, walkman y libro estará ahora compuesto por Switch, iPod y Kindle. El envoltorio tecnológico estará a años luz de entonces, pero la gozosa magia que encontraré será la misma de siempre.
Collection of Mana, desarrollado y editado por Square Enix para Switch, es un recopilatorio de las tres entregas originales de la saga RPG Secret of Mana.