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Total War: Three Kingdoms

Total War: Three Kingdoms

Romance e ilusión

Total War: Three Kingdoms, análisis

La saga Total War da el salto a China tras un bonito periplo por tierras británicas. Total War: Three Kingdoms es la nueva entrega de una serie que sigue incombustible y con mucha historia por contar.

Era cuestión de tiempo que la saga Total War diera el salto a China. No lo decimos por una mera cuestión de afinidad, sino más bien porque el territorio asiático es de los más fascinantes a nivel histórico. Al fin y al cabo, hablamos de la formación de un gigante que ahora mismo controla el mundo. Total War: Three Kingdoms narra los albores de este mastodonte militar y económico.

Tras un más que notable Total War: Britannia que sirvió para paliar la necesidad de una nueva entrega (no olvidemos que fue una “entrega menor”), ahora se da un avance en todos los campos para hacer más popular a la serie. Y os aseguramos que merece la pena todos y cada uno de ellos.

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El futuro es el origen de todo

La historia de China es muy convulsa, con centenares de batallas, enfrentamientos y conflictos políticos. Lejos estaba el territorio de conseguir una unificación como la que existe en la actualidad, por lo que el dominio de los diferentes señores y familias era la nota predominante en el año 190.

Este es el punto de partida de este Total War: Three Kingdoms. La Dinastía Han se está agrietando y su “inquilino”, en este caso el emperador, no es capaz de satisfacer las necesidades de la otrora China. La buena sintonía entre las familias se empieza a agrietar, lo que desemboca en diferentes revueltas que terminan aupando al poder a Dong Zhuo, todo esto tras las sombras.

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En Total War: Three Kingdoms tenemos que disfrutar del trayecto de la unificación de China y combatir a las fuerzas que lo impiden. Y sí, seremos nosotros los encargados de lograrlo. Para ello nos dan a elegir entre 11 señores de la guerra (12 si contamos el adicional desbloqueable, que es anterior citado Dong Zhuo, “el malo”): Sun Juian, Cao Cao, Liu Bei, Zheng Jiang, Gongsun Zan, Yuan Shu, Kong Rong, Lui Biao, Zhang Yan, Ma Teng y Yuan Shao. En nuestro caso, hemos elegido a Liu Bei, ya que es el mismo que utilizamos cuando fuimos a probar el juego a Londres a comienzos de año. Allí nos familiarizamos con sus características, para ir ahora más avezados en las batallas y las gestiones cuando saliera el juego.

Lo primero a destacar de esta entrega es que SEGA ha buscado introducir a nuevos usuarios en la franquicia. No queremos decir que la haya simplificado –de hecho, es más compleja-, sino que ha insertado un potente sistema de ayuda. Gracias a esta inclusión, los nuevos usuarios van “tutorizados” en todo momento, es decir, basta con pulsar sobre el botón en cuestión (F1) para que el juego “te explique qué hacer”. Eso sí, el título prosigue con su particular curva de dificultad que puede echar atrás a los novatos por mucho que se les guíe.

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A partir de aquí, tenemos varias maneras de jugar a Three Kingdoms. La campaña principal se puede disfrutar en el modo para un jugador u online con otros amigos (con diferencias en la manera de conseguir la victoria respecto a otros Total War). Por otra parte, tenemos un apartado denominado “Batalla” que deja sobre la palestra un Single-Player, Batallas Históricas de la era y multijugador de 4 vs 4 máximos.

Es importante recalcar que el modo para un jugador viene con una de las grandes novedades de este Total War: el “Romance” y el “Registro”. Estos dos nombres hacen referencia a los escritos de la formación de China: el primero es El romance de los Tres Reinos del siglo XIII y el segundo es el Registro de los Tres Reinos. El primero es más fantasioso y pintoresco, mientras que el segundo busca relatar los hechos de manera más fidedigna. Esto se traslada al juego de una forma muy peculiar: en el “Romance” nuestros héroes son casi invencibles, lo que puede sacar un poco del contexto realista de la serie; en el segundo, en cambio, sí son mortales y sufren daño.

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A nosotros nos ha fascinado esta modalidad “Romance”, ya que ofrece algo nuevo que no estaba presente antes. Además, esto también se incorpora a las batallas, donde podemos enfrentar a los héroes en espectaculares combates 1 vs 1 contra generales de otras familias. Son duelos muy llamativos, alejados de lo “clásico” de la franquicia Total War y que se agradece entre tanta gestión militar y política.

De hecho, y abordando ya este último punto en cuestión, este Total War incorpora novedades jugosas, así como la mejora de otras ya existentes. Si algo bueno tiene la gente de Creative Assembly es que recoge el feedback de los usuarios; en otras palabras, todo lo bueno que apareció en Britannia está ahora en Three Kingdoms. Por ejemplo, la faceta diplomática tiene la importancia de este último título, con especial preponderancia por los matrimonios, linajes familiares y saber conjugar bien la moral de los soldados de alto rango dándoles puestos de importancia (el sistema Guanxi, tal como se le ha denominado).

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A partir de estos lazos de sangre o políticos surgen también los movimientos de espionaje. Three Kingdoms incluye una mecánica nueva mediante la cual nuestros allegados pueden estar traicionándonos si las cosas no salen bien. Así mismo, nosotros también podemos conseguir información preciada del enemigo si sabemos jugar nuestras caras de manera correcta. El espía por antonomasia, sin más.

La gestión política se complementa con el buen ejercicio de nuestras labores como señor de la guerra. Las batallas vuelven a ser multitudinarias, con miles de soldados en pantalla si los ejércitos son grandes. Las mecánicas son las ya conocidas en la saga, así que aquí se innova poco más allá de los citados duelos. ¿Lo bueno? Lo que se ofrece desde hace años ya es excelente.

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Cabe recalcar que este Total War: Three Kingdoms es el más espectacular de todos a nivel técnico. Britannia era una apuesta más conformista y continuista, pero aquí se ha dado el salto de verdad que se demandaba. Tropas, escenarios, modelados, físicas, etc., responden al unísono con un grado de detalle nunca antes visto en la franquicia, algo de elogio cuando se ven tantos soldados en pantalla. Eso sí, hay que ser honestos: hemos jugado con 16 GB de RAM, una 1060 y un i7 de última generación, todo con configuración Alta o Ultra (e incluso conectado a una televisión 4K para ver cómo luce).

Acompaña a este portentoso apartado gráfico y técnico una parcela sonora con melodías asiáticas. Así mismo, un detalle a tener en cuenta: el doblaje intercala el chino con el castellano, algo muy curioso y que casa con la jugabilidad a pesar de llamar la atención al comienzo.

Conclusión

Total War: Three Kingdoms es posiblemente el juego más ambicioso de la franquicia. Tras unas pequeñas iteraciones que han dado tiempo de desarrollo, Creative Assembly ha puesto toda la carne en el asador y no sólo introduce novedades de peso, sino que incorpora todas aquellas que funcionaron en esas entregas de “menor nivel” predecesoras. La clave no estaba en sustituir, sino en potenciar, y no nos cabe duda de que lo han conseguido.

Lo mejor

  • El mayor portento técnico de toda la saga Total War.
  • Buena combinación de la gestión política y militar.
  • El "Romance" ofrece una perspectiva de combate novedosa (y los duelos también)
  • El Total War más completo hasta la fecha.

Lo peor

  • Aunque tiene un modo tutorizado, la curva de dificultad de entrada para los novatos es alta.
9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.