Darkest Dungeon, ¿qué lo hace especial?

Hace ya más de dos años que un pequeño estudio, Red Hook, nos sorprendiera con un videojuego nacido en Kickstarter, con Tyler Sigman a la cabeza. Este oriundo de Seattle no presentaba unas crecenciales curriculares a la altura de otros grandes nombres que han recurrido al crowdfunding para financiar sus proyectos, pero el haber trabajado en una saga como Age of Empires dejaba bien a las claras que, de momento, algo entendía del género de la estrategia. Este género estaba presente en nuestro título protagonista, Darkest Dungeon, pero ni mucho menos era el único, y combinado con el RPG por turnos, dio lugar a uno de los mejores dungeon crawler al estilo clásico de los últimos años. Bienvenidos a la mazmorra más oscura, adjetivo que ni mucho menos es baladí.

La locura y el estrés en su máxima expresión

El gran público no está familiarizado con Darkest Dungeon, y de hecho tampoco podemos aseverar que goce de una comunidad excesivamente grande, pero sí muy participativa, ya que hablamos de un juego extremadamente adictivo, como al fin y al cabo, casi todos los que se basan en la exploración y el loot. Habiendo recaudado cuatro veces más de su objetivo en su campaña de Kickstarter (313.000 dólares sobre un objetivo de 75.000), está claro que Darkest Dungeon empezó con buen pie, y Red Hook Studios no lo ha descuidado en absoluto, añadiendo actualizaciones gratuitas, amén de contenido de pago como los DLC The Crimson Court y The Colour of Madness. Seguramente no podamos hablar de un título revolucionario, pero que sí implementa un factor prácticamente inédito y que aporta profundidad, complejidad y mucha, mucha dificultad: el estrés.

En Darkest Dungeon contamos con una cantidad de personajes de diferentes clases con distintas aptitudes, algo hasta ahora nada novedoso, y que puede aumentar conforme avancemos en sus mazmorras de completa locura, pero añadiendo la muerte permanente, ese estrés se traspasa también al jugador. Es realmente doloroso ver cómo un personaje desarrollado durante horas, en el que hemos invertido no solo tiempo, sino también oro -un bien escaso- para mejorar sus armas y habilidades, puede no solo fallecer, sino también ser presa de alguna enfermedad mental de las muchas presentes. Por si fuera poco, el mencionado DLC The Crimson Court implementó la Maldición Carmesí, un mal de difícil remedio y que para colmo, es contagioso para el resto de nuestra tropa. El principal problema y a la vez desafío, es que estos arrebatos de locura son en la gran mayoría de ocasiones completamente aleatorios, impredecibles, y sin solución una vez metidos en faena salvo el abandono total de la misión, algo que el juego penaliza duramente.

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Afortunadamente, cuando uno de nuestros personajes es afectado por algún tipo de aflicción, esta no tiene porqué ser negativa, ya que puede hacerlo incluso más eficiente en combate, aunque más tarde, una vez en el poblado, haya que tratarlo a cambio de una gran cantidad de monedas de oro. Esta locura puede producirse por varios factores, ya que algunos personajes están más predispuestos que otros, y entre ellos está la oscuridad, algo que depende completamente del jugador gracias al uso de las antorchas. Sin embargo, a mayor oscuridad, enemigos más peligrosos, lo que conlleva mejores recompensas, así que la cuestión es: ¿estamos dispuestos a jugárnosla por un botín más suculento sabiendo que el precio a pagar por el fracaso es muy alto?

Darkest Dungeon tiene también dos virtudes que lo hacen único. La primera de ellas es otorgar al jugador la posibilidad de avanzar completamente a su ritmo, con muchas mazmorras siempre disponibles en cada momento con dificultades variantes. Es decir, podemos ser conservadores y avanzar poco a poco o intentar ganar tiempo explorando esa mazmorra en la que el éxito es improbable, pero la recompensa muy grande, pero siempre con el desafío como constante. ¿Por qué? Porque nuestros personajes, además de frágiles, son caprichosos, y si una incursión está por debajo de su nivel, ellos mismos se encargan de dejar claro que no van a malgastar sus virtudes en tan nimia misión. La planificación, por ello, es clave, no solo haciéndonos previamente con un inventario solvente, sino conjugando a los héroes de manera que se complementen a la perfección, y siempre teniendo en cuenta que no todos van a querer compartir aventuras con un licántropo o un leproso, por citar dos de las peculiares clases de personaje.

¿Qué esperar de su secuela?

Esta semana se ha anunciado “por sorpresa” Darkest Dungeon 2, y entrecomillamos porque no siempre los estudios independientes siguen el camino de desarrollar una nueva entrega de un éxito ya existente, como ha sido el caso de Motion Twin y su Dead Cells. Partamos de la base de que una de las mejoras principales que debería implementarse es una curva de dificultad inicial más llevadera, una de las mayores críticas del original, ya que las primeras horas a Darkest Dungeon pueden hacerse muy cuesta arriba. A partir de ahí, Sigman y compañía ya han prometido varias novedades en una entrevista con PC Gamer.

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Darkest Dungeon 2 ofrecerá un entorno completamente diferente del visto en la primera entrega, ambientándose en un entorno post apocalíptico conocido como The Howling End del que no han dado muchos más detalles, pero que sin duda estará bien representado, ya que de hecho el equipo de Red Hook ha aumentado. Como el propio Sigman ha asegurado, solo cinco personas estuvieron a cargo del primer juego, formando ahora parte del estudio 14, con la intención de llegar a 30 en unos meses. Esto les otorga también la posibilidad de mejorar la presentación visual del combate, que aunque jugablemente era completamente sólido, no era algo en absoluto vistoso.

A buen seguro que en Red Hook también han tomado nota de otra de las críticas más comunes respecto al original, y es la sensación de repetitividad bien avanzada la aventura, algo que dicho sea de paso, es también un reto para un equipo que, a pesar de todo, es pequeño. Por concepto, debe ser un juego longevo, y no parece sencillo seguir ofreciendo novedades no ya argumentales, sino también en forma de enemigos -muy repetidos en DD-, escenarios u objetos, elementos todos ellos que se solucionaron con los DLC de pago.

Con todo, y siendo Darkest Dungeon un juego que no es especialmente célebre, no podemos dejar de recomendarlo para quienes busquen un desafío no a la altura de las expectativas, sino incluso por encima. Está disponible en PS4, PS Vita, Nintendo Switch y PC, y siendo un juego muy adecuado al uso del teclado y el ratón, su carácter de juego independiente lo hacen especialmente disfrutable en la híbrida de Nintendo, contando con una Ancestral Edition completísima con el juego base más todo el contenido descargable incluido.