Desciende la presencia de la mujer en la industria española del videojuego
La cifra pasa a ser del 16,5% en 2018 a pesar del notable crecimiento de la industria a nivel de facturación, según recoge el nuevo Libro Blanco.
Este pasado miércoles se presentaba en Madrid el Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos 2018. A pesar de los datos positivos que reflejan el crecimiento de la industria en un 15,6% interanual, hay unos cuantos aspectos donde el sector sigue presentando síntomas de mejora, tal como repasamos en este artículo. Y uno de ellos, no en vano, es el de la presencia de la mujer, que ha caído medio punto porcentual en un año.
Según refleja dicho documento oficial, la presencia de la mujer en la industria continúa siendo un reto para nuestro país, puesto que el empleo femenino se ha quedado en tan solo el 16,5%. El dato, bajo de por sí respecto a otros países de Europa, es peor que el reportado en 2017, cuando estábamos en el 17%. De hecho, incluso en 2016 y 2015 veníamos de una mayor presencia de la mujer en el sector al datarse un 17% y un 18% respectivamente.
Para poner en contexto la información, países como Finlandia y Suecia se saben como un objetivo para el actual Ministerio al contar con un 20% y un 18% de mujeres trabajando en la profesión respectivamente. Francia, por su parte, está aún peor al contar en 2018 con solo un 14% de presencia femenina en su industria del videojuego.
Belén Mainer Blanco, directora del grado en Creación y Narración de Videojuegos de la Universidad Francisco de Vitoria, dijo en su comparecencia ante los medios que “Estamos en un sector que aspira a que la presencia de la mujer incremente significativamente”. Su compromiso es “luchar por la paridad”.
El ministro de Cultura y Deporte de España para el actual Gobierno, se ha comprometido a ayudar a cambiar la imagen del videojuego a nivel nacional e internacional; pasar de ser “una imagen de entretenimiento banal, y conseguir convertirla en una imagen de industria cultural”. A ello añadió que su voluntad era potenciar la presencia femenina, que calificó de “escasa”.