Bleep Bloop: un breve y bien diseñado puzle para Switch y PC
Desarrollado en el tiempo libre del equipo compuesto por Ludipe and Friends (A Place for the Unwilling, Flat Heroes, Candle), los cubos Bleep y Bloop protagonizan un título de puzles donde la cooperación y la originalidad en las mecánicas brillan.
La industria del videojuego, ya sea en el sector de los títulos de alto presupuesto o los independientes con visos de ser comercializados, se desarrolla en un marco que restringe la creatividad de los diseñadores y artistas que trabajan en ella. En ocasiones uno de los lados de ese marco puede ser un estudio de mercado y audiencias que enfoque el juego hacia uno u otro lado. Otras veces serán las modas basadas en las listas de más vendidos o vistos en plataformas de streaming. Otras tantas, quienes restringen esa creatividad son los propios jugadores: los desarrolladores y quienes consumen sus obras están en contacto a través de redes sociales, comentarios en Kickstarter y publicaciones en foros, y estos últimos exigen ciertas características que quizá no gustan tanto a quienes terminarán integrándolas en su juego, pues todo sacrificio creativo es poco para ganarse el pan.
Puzles en cooperativo
De esa situación nace Bleep Bloop, un pequeño, simpático y original juego de puzles que llegará el próximo 31 de enero a Nintendo Switch y PC. Luis Díaz Peralta, conocido en la escena independiente española como “Ludipe”, es conocido por títulos como Missing Translation, por participar y promover game jams (eventos donde multitud de artistas se juntan durante un tiempo limitado de apenas unos días u horas para crear juegos), por ser uno de los organizadores de GDC – Gente Dando Charlas, y por ser el game designer de A Place for the Unwilling, una aventura financiada por Kickstarter con fuertes referencias a la obra de H. P. Lovecraft y que promete ser uno de los indies recordados de 2019. Pero a pesar de que este último proyecto le ocupa cada día una jornada completa en las oficinas de Al Pixel Games, su pasión por el diseño de juegos no acaba ahí. Tras su trabajo formal, experimenta con pequeñas creaciones y conceptos que suelen quedarse en el cajón. “Siempre estoy cacharreando con ideas nuevas”, nos cuenta en el evento de presentación de Bleep Bloop celebrado en el Showroom de Nintendo el 24 de enero. Pero este título creado en su tiempo libre se ha pensado, trabajado y pulido lo suficiente para que llegue a las manos del nicho de jugadores que buscan lo mismo que le llevó a crearlo: un título de puzles accesible al que poder jugar en cooperativo.
En Bleep Bloop el jugador controla a dos cubos que solo pueden moverse en cuatro direcciones con el objetivo de situar a ambos en dos portales que los llevará al siguiente nivel. Pero inspirado por los puzles con suelo helado de las mazmorras de Zelda o las cuevas de Pokémon, Bleep y Bloop no pararán de moverse hasta que se encuentren con un obstáculo en su camino. Así, los niveles están creados para tener que jugar constantemente con el movimiento y la posición de ambos: zonas de las que no podrán salir si uno no sirve de punto de apoyo para el otro, lugares a los que no se podrá acceder si el otro cubo no se sitúa en cierta zona, y pasillos en los que los dos tendrán que coordinar sus movimientos para ir avanzando hasta los portales; una fórmula que se va complejizando conforme se introducen y se desechan nuevas mecánicas.
Mecánicas con aroma Nintendo
En total, el juego cuenta con 30 niveles repartidos por cinco mundos. Cada vez que terminamos una de las fases, se nos envía a un hub para acceder al siguiente nivel desbloqueado y por el que moverse supone un desafío en sí mismo: el movimiento coordinado de ambos cubos es igualmente necesario en ellos. Los mundos están construidos con cierto aroma Nintendo en su diseño: el primero de los niveles te enseña una mecánica que se desarrollará de manera más profunda y difícil en los siguientes, siempre teniendo en cuenta la “teoría del flow”, que según Ludipe es tener en cuenta que no puedes tener siempre al jugador al límite; tras un gran reto hay que darle algo más accesible que le haga relajarse momentáneamente. Tras acabar un mundo, la mecánica de este no la volveremos a ver en los sucesivos, pues las siguientes son “destructivas” con las anteriores, es decir, no se podrían plantear fases mezclando dichas formas de jugar.
Por ejemplo, en uno de los mundos hay que jugar con unas bolas de chicle que, al pisarlas con uno de los cubos, se expanden creando cuatro zonas viscosas que pararán al otro cubo; mientras que en otro, todos los niveles se basan en la interacción con unos botones que activarán o desactivarán muros y bloques del mismo color. Así, el transcurso de las partidas se basa en la observación atenta y analítica de cada una de las fases antes de comenzar a movernos (aunque nunca habrá posibilidad de que un error en el movimiento nos obligue a reiniciar la fase), pero la calma y la paciencia se tornan en risas y discusiones cuando dejamos de controlar a Bleep y Bloop con un Joy-Con en cada mano y pasamos a jugarlo en cooperativo con nuestro compañero Borja Ruete; la reflexión interna pasa a ser conversación (cuando no gritos) sobre hacia dónde debe ir cada uno, cuál es el mejor camino a seguir, qué botón hay que pulsar primero, los “quítate de en medio que no me dejas pasar”, o sobre por qué una persona de más de 30 años sigue confundiendo derecha con izquierda.
Los pequeños detalles
Para un lanzamiento comercial que Ludipe no tenía previsto en ningún momento cuando empezó a trabajar en Bleep Bloop hace dos años, el título tenía que pulirse y repensarse. Admite que “no hay un trabajo de arte brutal, casi todo es diseño de niveles”, y aunque es cierto que gráficamente es simplista y poco efectista, también es verdad tiene pequeños detalles visuales y sonoros que hacen más satisfactoria la breve experiencia (en poco más de hora y media llegamos hasta el tercer mundo). Los cubos dejan una estela al moverse y tienen un gracioso efecto rebote al chocarse, lo que transmite un agradable game feel que no nos extraña al saber que tras él están los componentes de ParallelCircles, los creadores de Flat Heroes. Los cubos se miran entre sí cuando están juntos, se echan a dormir cuando están parados y una banda sonora ambiental de 50 pistas (del compositor de Candle) transmite una agradable tranquilidad. De hecho, ese “pulirse” ha alcanzado el tener que rehacer el juego para Nintendo Switch y después realizar el port para PC – que permite jugar en cooperativo con un solo teclado.
A lo largo del desarrollo se han dejado cosas fuera, como una historia, hacer que el color de los cubos cambie según el color del Joy-Con y otros detalles que no acababan de encajar, que colisionaban con el objetivo principal que Ludipe and Friends tenían para el juego: que fuera “accesible, cooperativo y profundo”. Una meta que, por los niveles probados para este texto, tiene pinta de haber alcanzado, y sorprendente para un proyecto que se creó para disfrute de su creador después de pasar largas jornadas diseñando otros títulos.
- Puzle
Descubre y conoce a Bleep y Bloop, dos cubos que tendrán que ayudarse entre sí para superar todos los desafíos que se interponen en su camino. Un juego de puzzles de aspecto sencillo que nos hará disfrutar de una experiencia colaborativa única. Bleep Bloop es un videojuego tipo puzle a cargo de Ludipe y Zerouno Games para PC y Switch.