Resident Evil 7: el terror salda su deuda con Capcom
En la semana Halloween, reflexionamos cómo Resident Evil influenció en el movimiento indie y a su vez, este sobre esta séptima entrega de la franquicia.
El terror en los videojuegos no sería lo que es de no haber existido Resident Evil y Silent Hill, dos títulos que representan un género como casi ningún otro y que esta semana hemos recordado con el vídeo que acompaña este texto. Ambos son no solo emblema del survival horror, sino también de una generación, la de los 32 bits, de la que se consideran imprescindibles, y que como no podía ser de otra manera, dieron lugar a una gran cantidad de sucesores que quisieron acercarse a su nivel de calidad, algunos en muy buena consideración: Dino Crisis, Project Zero, Parasite Eve y un muy largo etcétera. Pero de ambos, fue la licencia de Capcom la que llevó el género al gran público en 1996, otorgando además a los zombies un aterrador prestigio que no poseían al haber ejercido de enemigos en juegos clásicos como por ejemplo Ghost N Goblins.
La fórmula de la trilogía original es por todos ya sobradamente conocida: sustos, escasez de munición y recursos en general, un perfecto equilibrio entre puzles y acción… Sin embargo, este equilibrio comenzó a romperse con Resident Evil 4, otrora exclusivo de Game Cube, y que a pesar de mantener gran cantidad de las señas de identidad de la franquicia, dejaba vislumbrar la dirección hacia la que se encaminaba el que una vez fuera estandarte del terror en los videojuegos. Esa dirección queda patente cuando recordamos que Devil May Cry fue concebido originalmente como una nueva entrega, e influida por la acción más palomitera, Resident Evil dio el giro definitivo hacia el espectáculo en detrimento de la oscuridad, la investigación y el miedo.
Resident Evil 5 y Resident Evil 6 ya tenían poco de que conocíamos, y mientras la franquicia lo pagaba en Metacritic, no lo hacía así en ventas, con ambos juegos entre los 5 más vendidos de la historia de la compañía nipona, ambos ocupando el segundo y tercer puesto respectivamente y solo superados por Monster Hunter World. Pero unido a esto, una extraña política de desarrollar spin offs como Operation Raccoon City o Umbrella Corps que no encajaron en ningún sentido, y entre todos, dejaron a Resident Evil sin rumbo fijo, y a una Capcom a la que pocas salidas le quedaban tras una sexta entrega principal que tal vez quiso tocar demasiados palos.
Al tiempo que esto ocurría, el auge del desarrollo independiente rescataba el verdadero terror del ostracismo, y el movimiento era imparable. Amnesia: The Dark Descent u Outlast son los más populares, pero vale la pena también mencionar otros menos conocidos como Lone Survivor -lo más cercano a un Silent Hill en 2D-, Slender Man o SOMA. Son todos ellos de unos valores de producción muy alejados de los grandes AAA, evidentemente, pero capaces de hacer sentir al jugador aquello que Resident Evil ya no podía, y se erigieron como las mejores alternativas para pasar miedo frente a la consola o PC con prácticamente las mismas propiedades, añadiendo una mayor indefensión al protagonista ante el peligro, si cabe. Y a pesar de ello, no conviene olvidar un hecho, y es que todos ellos son grandes deudores de la franquicia de Capcom, y es que sin esta, probablemente no habrían existido jamás.
Y sorprendentemente, Capcom, lejos de continuar con la tendencia que derivaba ya definitivamente hacia el shooter en tercera persona, sorprendió no solo volviendo a los orígenes, sino dejándose influenciar por estas pequeñas producciones que tanto le debían. El terror había adoptado la perspectiva en primera persona casi como norma, reforzando la inmersión para el jugador, una justificación más que convincente que dio la editora japonesa para implementarla también en esta séptima iteración, con la que confesaron no querer solo volver a los orígenes, sino también mirar al futuro tras plantearse realmente qué era Resident Evil.
Y curiosamente, y como recogimos en nuestro pertinente análisis, a pesar de todas aquellas influencias del terror independiente y sentirse muy diferente a lo acostumbrado, Resident Evil 7 seguía sintiéndose como parte de la franquicia, porque al fin y al cabo, la herencia del terror independiente era prácticamente el legado de Resident Evil: poca munición, exploración, una mecánica de gestión de recursos que popularizaría entre las masas años antes el excelente The Last of Us, y por supuesto, sustos y jefes finales, todos ellos aspectos que conforman lo que significa Resident Evil, aún desde un plano distinto y sumando reminiscencias del cine clásico como La Matanza de Texas o también más reciente como La Casa de los Mil Cadáveres.
Y quienes deseaban este cambio no pudieron estar sino de enhorabuena, ya que no solo las críticas acompañaron, sino también las ventas. En la lista que mencionábamos antes, Resident Evil 7 ocupa el nada despreciable séptimo puesto, y subiendo. Se ha decidido que esta es la dirección que quiere tomar ahora, y ante la ausencia de noticias de rarezas como las que tratábamos antes, orientadas al multijugador, entendemos que las cosas están muy claras después de haberse cobrado la deuda que el género del terror sostenía con Capcom.
- Acción
- Aventura
Resident Evil 7, desarollado por Capcom para PC, PlayStation 4, Xbox One, Stadia, PlayStation 5, Xbox Series y dispositivos iOS, es la séptima entrega numerada de la popular saga de acción y aventura Resident Evil ahora bajo perspectiva en primera persona con un fuerte componente de terror y survival horror. Los sucesos tienen lugar después de los eventos de Resident Evil 6 en una América rural.