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Blizzard y Nintendo, por fin unidos

Diablo III: Eternal Collection, Impresiones

Te traemos nuestras impresiones de Diablo III: Eternal Collection, versión definitiva del título de Blizzard disponible por primera vez en Nintendo Switch

Diablo III: Eternal Collection, Impresiones
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Tras un lanzamiento turbulento para Diablo III, con el famoso error 37 dando paso a una Casa de Subastas que prácticamente eliminaba todo el aliciente de las fases posteriores del juego, Blizzard ha sabido sacar el máximo provecho de un juego que saben se lo merecía. Para el lanzamiento de su primera (y hasta ahora última) gran expansión, Reaper of Souls, el juego había alcanzado ya su potencial y desde entonces no ha hecho más que mejorar con otra pequeña actualización que añadía el nigromante como clase jugable. Ahora Blizzard nos trae la edición definitiva de este título con todo el contenido previamente disponible y algunos extras para la híbrida de Nintendo. Su nombre es Diablo III: Eternal Collection y ya la hemos probado. Te contamos nuestras experiencias.

Optimización impecable

Al entrar en el evento de presentación de Diablo 3: Eternal Collection cuatro compañeros están todavía en plena sesión de juego, usando personajes avanzados y jugando en equipo. Lo primero que nos llama la atención es la impecable fluidez en la jugabilidad que inmediatamente nos confirmo la capacidad de Nintendo Switch para manejar el ARPG de Blizzard. A pesar de haber cuatro personajes jugables en pantalla, decenas de enemigos y miles de partículas de explosiones, no pudimos observar ninguna ralentización en la acción, algo que sería verdaderamente preocupante en un título tan acelerado como Diablo III.

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Más adelante, durante nuestra propia sesión de juego, escogimos el Nigromante por ser la única clase que no habíamos podido probar en la versión original de PC. Esto resulto ser la elección perfecta, pues se trata de una clase que con muy pocos niveles es capaz de invocar auténticos ejércitos para que le ayuden, la prueba perfecta para comprobar si la potencia de Switch sería efectivamente suficiente. Pero a pesar de que nuestros siete esqueletos y cinco magos se uniesen a la refriega, el juego se comporto de forma admirable y en ningún momento fuimos capaces de doblegarlo.

La clave detrás de esta maravillosa optimización es una resolución dinámica que, debido a la naturaleza desenfrenada del título, es muy difícil percibir pero ayuda enormemente a mantener una tasa de fotogramas constante. Gracias a la necesidad de concentrarnos en enormes dosis de acción será imposible darnos cuenta de que la resolución del juego ha bajado y tan solo el ojo experto y atento será consciente del cambio.

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En el terreno portátil esta nueva versión se comporta de maravilla, con unos gráficos algo disminuidos con respecto a la versión de sobremesa pero que cumple a la perfección con la promesa de un Diablo III portátil. Quizás sean las texturas del suelo las más afectadas por la pequeña pantalla, pues se pierde bastante detalle en las mismas, pero la fluidez de la acción compensa sobradamente esta pequeña perdida de calidad.

Contenido a raudales

Desde el lanzamiento de Diablo III la cantidad de contenido disponible para el mismo se ha doblado. Con una gran expansión y otra más pequeña se han añadido dos clases, varias zonas nuevas, aumentado el nivel máximo, etc. El resultado final es una experiencia completísima donde la única traba a la hora de perder gran parte de nuestra vida en ella es la carencia de la suficiente complejidad. Aun así, podemos estar seguros de que varios cientos de horas perecerán ante esta nueva edición, donde la portabilidad contribuirá a esa sensación de no poder dejar de jugar que ya de por sí es prevalente en el título.

Además de esta sobrédosis de contenido previamente disponible para el título la versión de Nintendo Switch contará con contenido exclusivo, en forma de dos sets que nos permitirán lucir las armaduras de Link y Ganondorf. Asimismo, podremos equiparnos alas exclusivas basadas en otras propiedades de Blizzard como Overwatch o Starcraft. Se trata así de la versión definitiva de un título que parece estar por fin terminado, más de seis años después de su lanzamiento.

Una experiencia en consola casi perfecta

Los controles de Diablo III se han traducido perfectamente al empleo de un mando, como ya se demostró en la versión de PS4. La mayoría de hechizos se lanzan automáticamente en la dirección aproximada a la que apunta nuestro personaje, con ayudas del juego para que sus efectos se acerquen lo máximo posible a enemigos. Nuestros únicos problemas con los controles son la incapacidad de comparar dos objetos sin cogerlos y la nula utilización de la pantalla táctil, que no podemos evitar pensar sería perfecta para administrar el inventario.

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Jugar con cuatro jugadores de manera local es posible, si bien en la versión que probamos la ejecución no era perfecta. Para empezar la partida basta con escoger nuestro personaje y unirnos a un anfitrión, un proceso relativamente simple pero que puede resultar confuso en un principio. Hecho esto, jugar los cuatro es de lo más simple pero desafortunadamente no podemos decir que fuese perfecto. Cosas menores como que las escenas animadas no ocurriesen de forma simultánea para todos los jugadores son menos importantes, pero lo cierto es que tras casi una hora jugando nos encontramos con una gran ralentización durante una pelea que nos afectó a todos. Aunque se resolvió sin mayores incidentes ni la perdida de ninguna vida no deja de ser preocupante, pero desde Blizzard nos aseguran se debió a que las consolas llevaban un día completo de actividad y la versión probada no era la misma que llegará a las tiendas en Noviembre.

En definitiva, se trata de una excelente versión de Diablo III que cumple con el requisito principal de tener la jugabilidad fluida característica de esta saga. Problemas de fotogramas habrían sido una condena de muerte para un título así pero por lo que pudimos probar son inexistentes. La gran cantidad de contenido disponible hace que se trate de una de las mejores ofertas disponibles en la consola para robar nuestro tiempo y si consiguen solucionar los problemas que encontramos con el modo de cuatro jugadores esta se puede convertir en una de las mejores ofertas del mercado si buscas algo para pasar una tarde con tus amigos. Pero lo más importante es que llegado el 3 de Noviembre podremos disfrutar por primera vez de Diablo III como siempre nos merecimos disfrutar de Diablo III: en el baño.