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Viejas sagas nunca mueren

Capcom y el respeto por el legado de los clásicos

La empresa japonesa mantiene muchas sagas del pasado que están triunfando en la actualidad, aunque no todas hayan corrido la mejor suerte a lo largo de los años.

Capcom y el respeto por el legado de los clásicos

Todos coincidiremos en que los videojuego necesitan mimo, pero cuando se trata de una saga clásica, la responsabilidad es todavía más grande. Mantener el nivel a lo largo de los años no es tarea sencilla, más teniendo en cuenta la rápida evolución del sector. Esto significa que las mecánicas del ayer puede que no funcionen hoy, por lo que es crucial saber adaptar la jugabilidad a los tiempos que corren, pero sin que con ello se pierda la esencia de los personajes y del planteamiento jugable. Se trata, ciertamente, de un equilibrio difícil de mantener, algo que han sufrido en sus carnes no pocas compañías, Capcom entre ellas.

Como empresa veterana que es, Capcom trabaja diariamente con sagas que llevan décadas entre nosotros. A medida que han pasado los años, algunas de ellas han mutado, no siempre en la mejor dirección. De este modo, después de publicar Resident Evil 3: Nemesis y Resident Evil: Code Veronica, los síntomas de agotamiento eran evidentes. Shinji Mikami, padre de la franquicia, era consciente de ello, por lo que decidió darle una vuelta a la fórmula y desarrollar un Resident Evil 4 distinto al que se había concebido inicialmente.

Una de cal y otra de arena. La evolución de Resident Evil se sentía natural en la cuarta entrega, pero los siguientes juegos se fueron alejando más y más de la esencia, hasta el punto de que su identidad se difuminó a pasos agigantados. Si bien el sexto capítulo no vendió tan bien como Resident Evil 5, sus más de ocho millones de unidades comercializadas demostraron que no gozaba de mala salud. Sin embargo, en Capcom tomaron la decisión de volver a los orígenes y replantear de nuevo el concepto. Para Resident Evil 7 se tomaron elementos de otros survival horror de la época, diseñados en primera persona y con situaciones en las que el jugador no se puede defender y tiene que poner pies en polvorosa.

No existe una único camino evolutivo. Las ramas se abren en una y otra dirección, algunas más sutiles, otras más pronunciadas. Por otra parte, la evolución implica cierta continuidad. Aunque se trate de un remake, Resident Evil 2 es el ejemplo más claro de que una fórmula clásica puede modificarse sin erosionar su identidad como saga.

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Mega Man 11, el mejor homenaje

Decíamos que no había una única manera de evolucionar y que a veces esos cambios podían ser más sutiles. SEGA lleva años chocándose contra un muro con Sonic, pues aunque han desarrollado buenos juegos, en general nunca alcanzan el nivel demandado. Al final, Sonic Mania, que ni siquiera ha sido diseñado por los equipos internos de SEGA, ha conquistado el corazón de los seguidores. Pero en este caso, hablamos de una evolución tenue, ya que estamos ante un producto que sigue las bases de los juegos de MegaDrive, lima asperezas y adapta sus bonitos gráficos bidimensionales a las máquinas de hoy día.

Capcom, por su parte, tiene su propia saga de plataformas. Mega Man, conocido como Rock Man en Japón, fue ideado por el equipo de Keiji Inafune en las postrimerías de los ochenta. Mucho ha llovido desde entonces, pero las nuevas entregas han seguido en marcha. Lo curioso es que a diferencia de otras series, los videojuegos principales de Mega Man han mantenido su condición de títulos retro. Es decir, en lugar de evolucionar, han preferido dejarlo congelado en la cámara del tiempo.

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Es más, durante la generación de PlayStation 3, Xbox 360 y Wii, tras una década de ausencia, Capcom resucitó a su carismático personaje de una manera muy particular: regresando al pasado. Mega Man 9 y 10 se crearon con la idea de capturar la esencia de los juegos de NES, por lo que todos los apartados se construyeron bajo la premisa de que el juego pareciera un título de ocho bits. Después de completar estos desarrollos y de finalizar la aventura de Dead Rising, Inafune abandonó Capcom e intentó elaborar un sucesor espiritual de Mega Man, Mighty N.9, que a la postre resultó ser un fiasco.

Hace unos días, tuvimos la oportunidad de probar varios niveles de Mega Man 11, nueva secuela que saldrá a la venta en PlayStation 4, Xbox One, PC y Nintendo Switch. Salvando las distancias, este título y Sonic Mania comparten algunos puntos comunes: por un lado, es una experiencia que recoge el alma de los clásicos; por el otro, tanto en lo gráfico como en lo jugable se adapta a la época actual. No lo hace simplificando mecánicas ni tratando al jugador como si fuera tonto, sino que lo hace desde el respeto a la saga y a sus seguidores. De hecho, el juego es muy complicado de superar, incluso en los modos de dificultad más fáciles.

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A lo largo de sus ocho niveles—nosotros pudimos probar cuatro—, el personaje dispara, salta, evita ataques del contrario y recoge objetos de los escenarios. Pero nada de esto funcionaria sin un diseño de niveles a la altura. Mega Man 11 te hace pensar, pero a veces lo tienes que hacer en una fracción de segundo, cuando ya estás pasando por una plataforma mientras las bombas destruyen el camino a tu paso. Justo cuando estás a punto de llegar al punto de destino, descubres que no puedes pasar erguido, así que en un instante debes reaccionar, pulsar el botón correspondiente y deslizarte por debajo para evitar el fuego de las bombas y salir airoso de la situación.

Sorprende y mucho la calidad de algunos jefes o subjefes. Se nos quedó grabado en la retina una situación en la que Mega Man queda encerrado en una habitación con dos vagonetas llenas de enemigos furiosos. De un lado a otro de la pantalla, y cada vez más rápido, ambas vagonetas recorren el escenario con la intención de aplastarnos, y todo ello mientras aparecen criaturas enemigas. Por lo tanto, tenemos que valernos de nuestros reflejos para saltar en el momento preciso y así evitar el atropello, mientras a la vez nos posicionamos para disparar a la vagoneta y a los enemigos que caen de ella.

Mega Man 11 mantiene su condición de clásico, pero supone un paso hacia adelante. Estéticamente es precioso, luce unos gráficos en dos dimensiones de muy bella factura, con unos escenarios ingeniosos y llenos de elementos que el jugador deberá tener en cuenta. La jugabilidad no se siente tosca en ningún momento, sino más bien todo lo contrario. Se trata de un título construido con el pasado en mente, pero sin que ese pasado le pese como una losa. Es un pasado que no solo mira al futuro, sino que lo abraza y lo hace suyo. Si sobrevives a sus alocados niveles y te gustan los plataformas, está claro que Mega Man 11 posee las características para convertirse en un gran título.

Capcom ha errado en ocasiones, no siempre ha llevado a sus franquicias clásicas por el buen camino, pero en los últimos años existen motivos para confiar: Devil May Cry 5, Resident Evil 2 Remake y Mega Man 11 representan la mejor cara de la compañía japonesa. Otras sagas como Street Fighter tropezaron por aspectos que poco tenían que ver con su propuesta jugables, pero más allá de eso, la compañía nipona parece que ha encontrado el modo de hacer bien las cosas.

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Mega Man 11

  • NSW
  • PS4
  • PC
  • XBO

    Mega Man 11, desarrollado y editado por Capcom para PC, PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch, es una nueva entrega de la popular saga de acción y plataformas 2D, ahora con gráficos tridimensionales.

    Carátula de Mega Man 11
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