Resident Evil 2: El concepto de remake, remasterización y port

Mientras se apagaban las últimas luces de la vetusta Super Nintendo, PlayStation y SEGA Saturn competían por una hegemonía que la recién estrenada plataforma de Sony no tardó en conquistar. La tercera en discordia, Nintendo, se tomó su tiempo, para regocijo de sus dos competidoras, pues su alianza con Sony se había quebrado y había causado heridas difíciles de sanar. Por aquel entonces, Capcom y Shinji Mikami perfilaban una franquicia que tiempo después gozaría de enorme popularidad: Resident Evil.

Este survival horror reforzó su estatus de culto cuando se publicó la secuela, que introducía dos personajes diferentes, Leon y Claire. Aunque ambos se encontraban en ciertos puntos de la aventura, lo cierto es que sus caminos se bifurcaban, de modo que el jugador vivía distintas experiencia dependiendo del personaje elegido. Resident Evil 2 estuvo presente en PlayStation, pero luego se desarrollaron conversiones a consolas como Nintendo 64 y Dreamcast.

No existe una verdad absoluta: los límites de las categorías

El breve repaso del nacimiento de la franquicia nos lleva a GameCube y al acuerdo firmado entre Nintendo y Capcom. De la rubrica de este contrato surgieron varios proyectos, pero nos centraremos en uno en concreto: el remake de Resident Evil. Durante años, el término “remake” ha estado unido de forma inherente a esta revisión del clásico, pues además de adaptar los gráficos al hardware de la consola, se introdujeron ciertas novedades jugables y mejoras argumentales. El control de tipo tanque, sin embargo, sí se mantuvo inalterable...por el momento.

Una vez pasada la llamada generación de los 128 bits, el boom de las reediciones de juegos antiguos, muchas veces incluso de la plataforma predecesora, comenzó a desbordarnos con una nueva palabra que a partir de ese momento nos ha acompañado sin descanso: remasterización. El concepto se refiere a los videojuegos procedentes de otras plataformas que se publican en una nueva, pero de mayor potencia. Generalmente se trata de una depuración de los gráficos, que se traduce en una mejora de la resolución y un lavado de cara de las texturas y otros aspectos relacionados con el ámbito audiovisual.

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Sin embargo, distinguir un remake, una remasterización y un port no es siempre una tarea sencilla. Es más, en algunas ocasiones resulta complejo especificar qué rasgos determinan que un juego esté en uno u otro grupo. Por ejemplo, los juegos de PlayStation 2 que se publican en PSN para PlayStation 4 pueden parecer remasterizaciones porque lucen a mayor resolución, pero no dejan de ser versiones que funcionan bajo un emulador. Otros títulos, véase Resident Evil Evil 0 HD Remaster, parte del “port a Wii que se hizo del original de GameCube”, publica Kotaku, por lo que conserva sus características, mejora la resolución y añade “actualizaciones cosméticas”. La versión remasterizada de Wii incorporaba también mejoras jugables y la posibilidad de controlar a los personajes sin el ya rudimentario estilo tanque. De acuerdo con lo que se suele afirmar, bastaría con una mejora sustancial de los gráficos para que un juego sea considerado remake. Por otra parte, otros opinan que un remake debe también plantear mejoras jugables.

El regreso de Claire y Leon: Resident Evil 2 sí es un remake

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Bajo la primera visión, la versión de Resident Evil 0 publicada en Wii apenas varía en lo visual si lo comparamos con el original, de modo que debería ser considerado una remasterización. Si nos atenemos a la segunda corriente, que da valor a los cambios jugables, tal vez sí podría entrar en la categoría de remake. ¿Pero lo es realmente? Las bases son las mismas, salvo los cambios de control motivados por el peculiar mando de la consola.

Está claro que la escala no se mueve siempre en el espectro del blanco y del negro, que los maticen existen y que tal vez nos pueda esa necesidad de categorizar las cosas y de añadir nombres a listas terminológicamente. El gris existe, hay que analizarlo cuidadosamente y tener en cuenta que es posible que la respuesta no sea única y verdadera, que depende de criterios diferentes y de prismas que no siempre son coincidentes.

Por supuesto, hay ejemplos cristalinos en los que es difícil discrepar. De la misma forma que todos tenemos claro que Resident Evil: Umbrella Corps nunca va a ser considerada una obra maestra—más bien todo lo contrario—, nadie dirá que Resident Evil 2 Remake es una remasterización o un port. En este caso, se ha tomado la idea original, la esencia, su historia base, para construir una producción casi desde los cimientos. Una reinvención, podríamos decir.

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La trama de Claire y Leon continúa ahí, pero se ha enriquecido con nueva narrativa, se ha modificado el núcleo jugable con un sistema de control y de cámaras adaptados a los tiempos que corren, con todo lo que ello conlleva. Esto es, como los controles han variado drásticamente, el propio planteamiento del juego ha tenido que ser rediseñado. Esto se refleja especialmente en la lucha contra los enemigos finales, que ahora cuentan con nuevos patrones y puntos débiles. Por añadidura, los propios enfrentamiento con los zombis normales también son distintos, pues el título ha dejado los fondos prerrenderizados y las cámaras fijas para mostrar al personaje desde una perspectiva más cercana, a la altura de los hombros. El mero hecho de poder mover la cámara o de tener la habilidad de disparar mientras nos movemos ya modifica sustancialmente la experiencia de juego.

En Resident Evil 2 Remake, gráficos, jugabilidad e historia configuran un videojuego diferente al que disfrutamos en la primera PlayStation, pero lo hace sin perder su esencia. Square Enix, que está trabajando en otro título catalogado como remake, Final Fantasy VII, tendrá que equilibrar los cambios para que el clásico de antaño no se evapore entre fuegos artificiales. Siempre y cuando lo hagan desde el respeto, como en el caso de la saga de Capcom, Cloud y los jugadores pueden estar tranquilos. Eso sí, en Square Enix no han engañado: Final Fantasy VII Remake será una reinterpretación del clásico. Esperemos que esa revisión esté a la misma altura de lo que parece que va a estar la segunda entrega de Resident Evil. ¿Cuáles son tus apuestas?

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