Pokémon Let’s Go y el adiós a la figura del verdadero rival
El concepto ‘friendly rival’ plantea un panorama que ha disgustado al segmento más dedicado de jugadores de Pokémon, que añoran el papel que asumieron Blue y Silver en el pasado.
Cuando se anunciaron Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! para Nintendo Switch, fue imposible no rememorar aquellos momentos en la región de Kanto durante la época de Game Boy. La lógica de volver al lugar donde todo comenzó es acertada tanto para los que comenzaron a jugar hace casi veinte años como los que más neófitos, un trámite necesario según la perspectiva de Game Freak de cara a la octava generación de la franquicia en 2019.
Nos pensábamos que ese legado se iba a trasladar a todos los efectos, y será así a medias. Se calcará el tamaño del mapeado, la posición de los emplazamientos de las ciudades o los enfrentamientos contra ciertos entrenadores: una Kanto renovada dos décadas después. Sin embargo, hay una serie de obstáculos que sí hacen fruncir más de un ceño y que, nos guste o no, demuestran el target principal al que irán dirigidas estas obras.
Apelando a los más jóvenes, una opción deliberada
Ya desde el E3 2018, cuando se evidenció la obligatoriedad de llevar a los gimnasios un Pokémon súper efectivo contra el tipo principal del líder, quedó claro que el título guiará al jugador de principio a fin. Que Let’s Go será más aventura que RPG, más enfocado al coleccionismo e intercambio de criaturas que al combate propiamente dicho.
Ahora, con motivo del último tráiler publicado, hemos visto en acción a Brock, Misty, el Team Rocket e incluso al rival… al ‘friendly rival’. Pero ese rival ya no es Azul (Blue, Gary, como queramos), ya no es nuestro némesis. La pérdida de un contrincante a la altura que sirva de revulsivo para seguir adelante no es algo trivial, porque aquellas apariciones fortuitas de Azul a la salida de una larga cueva o antes de entrar a un Gimnasio fueron un quebradero de cabeza que daban sentido al esfuerzo de seguir entrenando.
Porque esos enfrentamientos servían como evaluación de nuestros progresos. Se veía quién de los dos había mejorado más su equipo; desde el Wartortle convertido en un potente Blastoise hasta el Eevee ahora representado como un veloz e imparable Jolteon.
Antes el rival te hacía sudar por cuándo usar cada poción; ahora nos dará unas cuantas antes de enfrentarnos a él.
Es temprano para apresurarse y pensar que el desafío será nulo a lo largo de toda la aventura, pero ni lo visto en gameplays ni lo nombrado por la propia The Pokémon Company invitan a pensar lo contrario. Independientemente de la dificultad que pueda tener el título, Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! no deberían olvidarse de que para coronarse en la Meseta Añil hay que vencer no solo al Alto Mando sino grabar en nuestra memoria el tema que resonaba de fondo en la consola mientras elegíamos el siguiente ataque a utilizar.
Gary wants to fight!
Los segundos que entonces eran horas están acostumbrando a ser un simple bulevar. Lo vimos desde la Generación V con Bel en Teselia; con Xana en Kalos; lo vimos también con Tilo en Alola. Cero desafío. Por suerte, en todas las entregas mencionadas había otro contrincante más que sí asumía el rol de tipo molesto, talentoso e inteligente, uno que pudiera llevarnos de un plumazo debilitados al Centro Pokémon pidiendo ayuda.
El nieto del profesor Oak, consciente de sus capacidades, se topaba con nosotros cerca de una decena de veces antes de aspirar a la Liga Pokémon, siempre con un Pokémon principal cuyo tipo era el opuesto al nuestro, sin dudar un instante en hacernos daño cuando estábamos al borde del K.O. Siempre iba un paso por delante: a la entrada de los Gimnasios veíamos su nombre escrito: “Gary ya ha estado aquí”. Fuésemos a donde fuésemos, el rival se anticipaba a nuestra presencia. Su intrahistoria, el sufrimiento que infunde en él la pérdida de un ser querido, lo transformaron en un personaje mucho más interesante incluso que el propio protagonista. Un tipo con filias y fobias, con sus virtudes y sus puntos débiles. Con un equipo variado y sin apenas flaquezas.
Esperamos, no obstante, que el ‘friendly rival’ de Pokémon: Let’s Go esconda tras de sí otra figura más preparada y fiel a lo que fue Gary en la Kanto original o Silver en Johto, tal como bien lo narró el manga cediendo casi un 50% del protagonismo al rival, que no era tanto un enemigo sino la sombra que nos perseguía incluso en la oscuridad.
Pokémon: Let’s Go, Pikachu! y Let’s Go, Eevee! se ponen a la venta en exclusiva para Nintendo Switch el próximo 16 de noviembre.
Pokémon: Let's Go, Pikachu! / Pokémon: Let's Go, Eevee!
Pokémon: Let's Go, Pikachu! / Pokémon: Let's Go, Eevee!, desarrollados por Game Freak para Nintendo Switch, representan el regreso al RPG clásico de la saga. Regresaremos a la región de Kanto para sumergirnos en esta nueva serie derivada de la saga principal a modo de híbrido entre RPG y GO, con quien mantendrá cierta conectividad. Asimismo, se ha anunciado un periférico con el que trasladar la experiencia, similar a Pokémon GO Plus.
Una conferencia de prensa realizada por The Pokémon Company en Japón ha sido el escenario elegido para revelar esta pareja de títulos, que en efecto están basados en Pokémon Amarillo (1998, GB) e inauguran un nuevo estilo artístico. El Pokémon acompañante será Pikachu en una edición y Eevee en la otra edición, permitiéndonos interactuar con ellos como si fuesen una mascota cuando estemos alejados de las batallas; similar a lo visto en las entregas de 3DS (Generación VI y VII). Otros Pokémon podrán acompañarnos como Lapras en zonas acuáticas, Onix en rutas o Electrode en otras situaciones. Estas ediciones solo incluirán inicialmente las primeras 151 criaturas originales de la región de Kanto, igual que en la Generación I al no ser totalmente pertenecientes a la saga principal sino más bien de la familia GO. Al menos Pikachu y eevee se podrán personalizar con lazos y otros elementos.
Pokémon: Let's Go, Pikachu! / Pokémon: Let's Go, Eevee! inauguran un nuevo sistema de combate similar al de Pokémon GO: lanzando la Poké Ball directamente con un gesto. El Joy-Con directo de Switch será el elemento que usaremos para controlar el título, que se puede manejar solo con uno de ellos al permitirse el juego cooperativo tanto para desplazarnos por el mundo como para capturar criaturas de forma conjunta con el giroscopio. Dichas partidas cooperativas no serán a pantalla partida sino completa.