Mario + Rabbids Kingdom Battle: Donkey Kong Adventure, Análisis

Si por algo se caracterizan los contenidos descargables es por habernos malacostumbrado a materiales de muy corta duración. Debido a ello, el concepto en sí ha ido perdiendo preponderancia entre el público, tanto que al final se ha creado una dicotomía férrea entre lo que es un DLC y una expansión.

Para nosotros, Donkey Kong Adventure es una expansión, más que un DLC –aunque se venda así, que también vale, repetimos-. Son diez horas de juego adicionales que, lejos de repetir los patrones de la aventura original y mantenerse en un peligroso conservadurismo, coge el feedback de los usuarios y lo traduce en una producción que brilla con sello propio. Donkey Kong nunca pudo lucir mejor.

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Un mundo alternativo

Donkey Kong Adventure tiene su propia trama, es decir, no se ve alterada por la principal de Mario + Rabbids. Tanto es así que la aventura no se juega desde dentro del juego homónimo, sino que en la pantalla de selección inicial se debe elegir qué producción es la que se quiere jugar.

Si contamos esto es porque demuestra que tras esta expansión existe mucho mimo. Mucho detalle. Para ello, se coge a Rabbid Peach, uno de los personajes más icónicos de la otra aventura por su desfachatez, y se introduce en el universo alternativo de Donkey Kong. ¿Cómo se llega hasta este mundo? Pues “cosas” que le pasan a Rabbid Peach, como querer cargar su smartphone en la máquina del tiempo presente en Mario + Rabbids.

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Una vez más, el tono cómico es el que aborda toda la obra. Los guiones sacarán una sonrisa y todo se entremezcla con un antagonista que ha cobrado mucho poder tras las irresponsabilidades de Rabbid Peach. Y sí, la clave es arreglar la máquina del tiempo para volver al mundo real.

En este punto entran las dos grandes novedades de Donkey Kong Adventure: el propio Donkey Kong y el Rabbid Cranky, un abuelo cascarrabias que protagoniza momentos muy divertidos. Son los únicos tres personajes que se manejan durante todo el juego, quizás el único punto negativo que presenta. No obstante, a su vez hay que agradecerle al estudio el haber introducido dos luchadores completamente nuevos, con sus habilidades, armas, animaciones y toda su idiosincrasia. Como decíamos en párrafos anteriores, se podría haber optado por un inmovilismo tradicional en estos DLCs, y en cambio se nos han ofrecido variantes completamente nuevas. Chapó.

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Y el combate, que no falte

Estos dos luchadores debutantes van en consonancia con los enemigos de la aventura de Donkey Kong. Algunos ya son conocidos por estar presentes en el juego principal, pero otros se han incluido desde cero en esta expansión. Son rivales muy variopintos, como unos que roban piezas u otros que directamente pueden invocar a otros rabbids. Ubisoft ha escuchado a los jugadores y se ha trabajado nuevos enemigos sólo para esta aventura; y eso se agradece.

De igual manera, todas estas batallas, que continúan siendo con tres personajes aliados máximo en pantalla, tienen nuevas modalidades. Además de las clásicas “acaba con todos” o “llega hasta la meta”, ahora se suman nuevas tareas como “no permitir que el enemigo llegue a la zona indicada” o “recuperar las piezas de la máquina” (de los nuevos enemigos que se dedican a esta labor).

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Son nuevos modos de juegos en el plano de la estrategia, pero es que en el de los puzles también existen novedades. Son originales, divertidos y algunos incluso desesperantes. Resolverlos no es cuestión de unos segundos, sino de unos minutos –y muchos- en algunos casos.

No hay que olvidar que la resolución de todos estos puzles da, a su vez, múltiples archivos coleccionables, además de armas especiales. En otras palabras, la aventura se puede completar sin resolver casi ninguno de ellos (hay algunos obligatorios, como es obvio), pero dejarlos por el camino sería perder la otra mitad de diversión del juego.