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Onrush

Onrush

  • PlataformaXBO7.8PS47.8
  • GéneroConducción
  • DesarrolladorCodemasters
  • Lanzamiento05/06/2018
  • TextoEspañol
  • EditorCodemasters

Onrush, Análisis

Aunque Evolution Studios ya no exista, sus integrantes habitan ahora bajo las faldas de Codemasters y están dispuestos a ofrecer una reinterpretación de su exitoso MotorStorm con novedades jugables nunca antes vistas en el género del motor en su nuevo título llamado Onrush. Lo analizamos a continuación.

Actualizado a

Es imposible comenzar el análisis de Onrush sin mencionar al equipo que hay detrás de él. La antaño desarrolladora Evolution Studios creadora de uno de los juegos más adictivos de lanzamiento de PlayStation 3, MotorStorm, vuelve al redil con un nuevo trabajo ahora bajo el amparo de Codemasters pero todavía manteniendo su residencia en Cheshire.

MotorStorm fue, sin duda, uno de los lanzamientos más importantes de 2007. Aquél videojuego cambió la forma de disfrutar de la conducción con pistas enormes, duelos sobre el barro, táctico uso del turbo y una bestial banda sonora. Otro de los motivos de su éxito -al menos una pequeña parte- fue que podíamos manejar los vehículos con una característica que prometía diferentes usos pero que quedó relegada al olvido rápidamente, el sixaxis o sensor de movimiento. Una novedad incluida en el primer mando de PlayStation 3 (sin Dualshock -vibración-) que más allá de juegos como el buscado Folklore o Lair poco pudimos disfrutar de pleno.

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Evolution llegó a sacar tres títulos más bajo la marca MotorStorm y terminó siendo una saga de renombre que encandiló a miles de usuarios. Sus ventas quizás no fueran tan gruesas como las de un capítulo de Gran Turismo pero si pronunciamos su nombre en cualquier reunión de amigos más de uno recordará el día que compró su consola PlayStation 3 junto a su primera iteración. Con la llegada de PlayStation 4 el estudio se puso manos a la obra en crear una nueva propiedad intelectual, un videojuego ambicioso -también de conducción- de gran calidad con el que tuvieron muchos problemas en su lanzamiento, sobre todo en su faceta online. No obstante los británicos consiguieron subsanar sus errores antes de cerrar la persiana de Evolution Studios. Driveclub, el juego al que nos referimos, sigue siendo a día de hoy un título de conducción muy valorado, con unos gráficos espectaculares y con buenas maneras jugables.

MotorStorm meets Burnout

Con la incorporación a Codemasters de prácticamente todo el equipo del ya difunto Evolution Studios en 2016, la compañía madre dio rienda suelta a la imaginación de los creativos para formar su próximo videojuego, uno en el que volvieran a sentirse cómodos. El resultado es Onrush, un producto que toma prestado elementos de su querida marca MotorStorm donde le añaden características de títulos como los Burnout. Pero Onrush no es solo una mezcla de videojuegos de conducción, aúna también novedades nunca antes vistas en el género que dan un soplo de aire fresco al mismo. ¡Y menudo soplo!

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Onrush no tiene carreras, no tiene podio a simple vista, no tiene posiciones finales y no tiene un sinfín de cosas más tan habituales en los juegos de coches. Entonces ¿qué diantres es Onrush? Una delicia jugable que nos hará disfrutar de los vehículos de cuatro y dos ruedas de una forma totalmente diferente a la que estamos acostumbrados. Es una forma de ver a los mismos especial, una vuelta de tuerca que solo se le ha ocurrido a las mismas mentes que nos hicieron disfrutar con MotorStorm.

Codemasters reinventa el género de conducción

Para que os hagáis una idea, Onrush es una suerte de juego de competición -firmemente apoyado en el multijugador online- entre equipos de seis jugadores donde nuestra posición en la pista importa menos que la vida privada de Petete. No hay un número determinado de vueltas, tampoco premio por llegar en primera posición -porque no es posible- y ni tan siquiera es importante adelantar. Hay cuatro modos de juego llamados Overdrive, Switch, Countdown y Lockdown donde batirnos en duelo gomoso con el contrario y de nuestra habilidad al volante dependerá la victoria o derrota de nuestro equipo. Es importante recalcar que Onrush dispone únicamente de estos modos de juego y que puede aburrir rápidamente al jugador, más aún cuando en Partida Rápida online suelen salir los mismos modos una y otra vez de forma continuada. Se agradece mucho que Codemasters haya querido innovar en el género de la conducción pero cuatro modos se tornan escasos a las pocas horas de juego. No obstante estamos seguros de que si Onrush es un éxito en ventas podría dar pie a una continuación con más modos que se sumarían a los clásicos de ahora. A favor de la balanza está el hecho de que los piques entre jugadores están a la orden del día y el objetivo principal de cada uno de ellos se difumina cuando tenemos a alguien entre ceja y ceja y queremos darle caza ya sea empujándolo fuera de la pista, aplastándolo en un salto o haciéndole chocar contra un muro.

Overdrive es quizás el modo que mejor deja ver la filosofía de Onrush. En él debemos encadenar impulsos -turbos- para rellenar la mayor cantidad de veces posible nuestra barra de Rush, una habilidad especial dada por el vehículo escogido, y así obtener más puntuación que el contrario. Switch es una carrera de eliminación donde los jugadores -12- comienzan con una motocicleta y van cambiando de vehículo hasta en tres ocasiones cada vez que son eliminados de la pista. Gana el equipo que menos cambios haya realizado. Countdown es un modo que obliga a los corredores a atravesar checkpoints con el fin de añadir tiempo al cronómetro del equipo y siendo el grupo perdedor aquél que su marcador llegue a cero en primer lugar. Y quizás el más interesante es el último, Lockdown, un modo donde los jugadores deben conquistar una zona circular que se mueve por la pista hasta en ocho ocasiones manteniendo nuestra posición en ella.

Cada modo es distinto entre sí pero también la forma de jugarse. Esto se debe a que hay ocho clases de vehículos disponibles y cada uno de ellos cuenta con tres habilidades únicas que se adaptan a cada estilo de juego. Los hay que apoyan a los compañeros ofreciéndoles impulsos, otros arrollan a los enemigos de forma más contundente y otras aplican estados alterados al contrario. Dos de ellos son motocicletas, ágiles y veloces pero a su vez frágiles y peligrosas. Son expertas en aplastar a los contrincantes y suelen obtener beneficios al realizar trucos en el aire. Su manejo es algo distinto a los vehículos de cuatro ruedas pero la conducción con ellas es gratificante. Las seis restantes se dividen entre buggys, 4x4 o moles tipo Hummer capaces llevarse por delante todo lo que se interpone en sus caminos.

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Ocho vehículos, cuatro modos de juego y una selección de pistas muy variadas de gran tamaño llenas de caminos alternativos ideales para emboscar al contrario. Os recordamos que aquí nuestra posición en la pista no es importante y, de hecho, el videojuego cuenta con un sistema llamado Estampida que coloca al jugador en el meollo si se adelanta o retrasa demasiado. Es decir, nunca iremos por delante o detrás de la acción, por lo que en algunos modos viviremos un estrés constante para no ser embestido. Conduciremos por zonas embarradas, en las laderas de un volcán, en pistas verdes, en otras de construcción. La variedad está a la orden del día y sus diseños están trabajados.

Como último apunte comentar que en la vertiente online, y hasta la fecha, solo existen dos formas de disfrutar de la red de redes; Partida Personalizada y Partida Rápida. Existe un hueco llamado Clasificatorios que todavía no está disponible pero nada más. Ni campeonatos, ni salas para quedar con amigos ni otra forma de aprovechar más las bondades de una conexión rápida a internet. Sí es cierto que en nuestras pruebas todo ha ido como la seda, sin ningún atisbo de lag o problemas en la ejecución de las partidas. De hecho las mismas se sucedían rápidamente y encontraba jugadores al instante incluso antes de configurarlas a nuestro gusto. Parece que el equipo tras Driveclub ha aprendido de sus errores.

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Para compensar la escasez de modos de juego se ha añadido un pequeño modo “campaña” donde jugar contra la máquina al mismo tiempo que cumplimos los objetivos que nos marca la prueba que disputemos. Pueden ser realizar cierto tipo de habilidades, burlar a los contrarios o conseguir puntos. Completar cada prueba al 100% nos abre el acceso a nuevas rutas aunque lo cierto es que no tardaremos demasiado en completar este modo para un solo jugador. Por otra parte con las monedas obtenidas por los retos del día o nuestros hitos en las contiendas tenemos acceso a un amplio armario de personalización tanto del conductor como de los vehículos, firmas visuales o celebraciones entre otros. Todo funciona con el dinero del juego y, aunque hay loot boxes, estás se ofrecen como recompensa al subir de nivel a nuestro avatar. Nada se compra con dinero real. Del mismo modo también existen recompensas por realizar acciones como conseguir medallas que otorgan al jugador una buena suma de monedas para gastar en la tienda del juego. Completar todo este armario virtual nos llevará unas cuantas horas pero, al fin y al cabo, todo es estético y no afecta para nada a la jugabilidad.

Apartado audiovisual de escándalo

Onrush es efectivo tanto en lo visual como en lo auditivo. Los chicos tras Driveclub han desarrollado un videojuego de una gran calidad gráfica que, sin llegar a despuntar en alguna de sus facetas -si acaso en la sensación de velocidad- no se le puede recriminar nada. Ofrece una tasa de imágenes por segundo bastante sólida sin ningún atisbo de caída, una sensación de velocidad asombrosa, una distancia de visión más que decente y unos escenarios cargados de elementos visuales. No obstante sí queremos señalar que cuando la acción se acentúa el videojuego sufre de un tearing apenas imperceptible pero que ahí está. No empaña para nada la jugabilidad y de hecho si no se está atento al horizonte apenas os daréis cuenta de él. Los efectos climatológicos son también dignos de mención. No son tan espectaculares como los de su anterior título de conducción pero son lo suficientemente efectivos como para empañar la visión del jugador y hacer que éste se estrelle con cualquier elemento de la pantalla.

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La banda sonora es impresionante e incluye artistas de renombre como DJ Kentaro, el brasileño Amon Tobin o Giraffage. Techno, Rap, Rock, Electrónica e incluso Jazz como hilos conductores de lo que puede ser una de las mejores listas de música en videojuegos de este 2018. Cualquiera puede sonar durante una partida pero al utilizar la habilidad especial de cada vehículo se vuelve dinámica y cambia de tercio hasta que la potenciación se disipe, todo ello en tiempo real. El videojuego llega completamente localizado a nuestro idioma tanto en texto como en voces pero por desgracia en este último punto es un desastre absoluto. Las voces tanto femeninas como masculinas son un auténtico disparate, un trabajo horrendo para un título de este calado. Narraciones faltas de entonación y llenas de desidia que arruinan la experiencia completamente. Por suerte la mayor parte de ellas están en los tutoriales que enseñan cada disciplina o vehículo así que una vez narradas nunca más sabremos de ellas… aunque algunos comentarios se colarán durante la partida.

7.8

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.