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Ciencia y tecnología

METALES EN EL HUMO

Vapeadores nocivos: los metales tóxicos que contienen los cigarrillos electrónicos


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Vapeadores nocivos: los metales tóxicos que contienen los cigarrillos electrónicos

Convertido en un fenómeno hace unos años, El cigarrillo eléctrico o vapeador es un sistema electrónico inhalador diseñado en su origen para simular y sustituir el consumo de tabaco. Estos dispositivos utilizan una resistencia y batería para calentar y vaporizar una solución líquida. La solución líquida (llamada líquido de vapeo) puede o no contener aromas y nicotina líquida. Desde su salida, el e-Cig ha traído una considerable división de opiniones: los defensores lo presentan como una alternativa al cigarrillo tradicional con un impacto mucho menor a la salud, o como terapia de reemplazo de nicotina para dejar de fumar. Sus detractores reseñan que sigue siendo algo perjudicial, algo que un nuevo estudio les da la razón.

Vapeadores nocivos

El estudio, publicado por la revista científica Environmental Health Perspectives y escrito por investigadores de la prestigiosa Universidad Johns Hopkins, ha encontrado que el humo que crea un vaporizador expone a los usuarios -y a quien esté cerca- a “toxinas dañinas y agentes cancerígenos como cromo, plomo e incluso arsénico”.

Un vapeador o cigarrillo electrónico
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Un vapeador o cigarrillo electrónico

Para investigar más sobre el tema, los autores del estudio analizaron las muestras de 56 dispositivos vapeadores diferentes obtenidos por usuarios reales de cigarrillos electrónicos que el equipo encontró en tiendas y convenciones de vapeadores. La idea era probar vaporizadores que la gente usara a menudo, aquellos que sus dueños han adaptado a sí y personalizados.

Los autores del estudio probaron tres elementos habituales en los e-Cig: el líquido en sí usado, el líquido una vez colocado en la cámara del vaporizador y el aerosol o vapor en sí. La clave era saber si la bobina de metal, la resistencia que el dispositivo usa para calentar el líquido y convertirlo en vapor soltaba o generaba metales tóxicos.

Tenían razón: el humo es tóxico

Tras las pruebas se descubrió que la hipótesis del equipo de investigación era cierta: no había una cantidad significativa de metales tóxicos en el líquido del vaporizador en sí, pero en la mitad de los dispositivos analizados, el líquido en el interior del dispensador y el aerosol contenían niveles significativos de cromo, níquel y plomo. El cromo y el níquel han sido relacionados con enfermedades respiratorias y el cáncer de pulmón, y el plomo puede provocar neurotoxicidad -neurotoxinas que atacan al tejido nervioso- y enfermedades vasculares.

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¿Qué reseñan las conclusiones de este estudio? Que en sí el principio detrás del cigarrillo electrónico no es nocivo, y las sustancias cancerígenas y metales tóxicos no están presentes en el líquido, sino que se generan por culpa de las bobinas que lo calientan en el dispositivo y que el equipo autor espera que organismos como la FDA regulen. Pero otro descubrimiento significativo es que descubrieron arsénico en un 10% de los vapeadores analizados.

A diferencia de los metales, el arsénico se encontraba presente directamente en el líquido, y no había aparecido como consecuencia del uso de la bobina de calor. Y como ha llegado el arsénico hasta esos líquidos es algo que el equipo de investigación se sigue preguntando.