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Simuladores de citas: el amor hecho videojuego

El amor es uno de las experiencias más hermosas del ser humano, y uno de los motores principales de la vida. Pocas dichas son comparables a las de amar y ser amado, y este sentimiento muestra múltiples rostros: el amor familiar, el fraternal… Hoy, 14 de febrero, se celebra el amor de pareja y os hablamos de un género en videojuegos que versa sobre los romances: los simuladores de citas.

Simuladores de citas: el amor hecho videojuego

El amor como fantasía 

Los videojuegos crean un espacio donde vivimos aventuras imposibles, descubrimos mundos mágicos y, a diferencia de otras obras de ficción, nos convierten en participantes activos de la historia. En cada título, ejercemos el papel de un personaje con el que, en más de una ocasión, nos sentimos identificados o nos despierta el deseo de ser como él, lo cual se conoce como fantasía de poder. A más de uno le encantaría tener la súper fuerza de Kratos y su frondosa barba, y a más de una le gustaría tener poderío y magia como Bayonetta. Y es que muchos títulos nos plantean fantasías para cumplirlas virtualmente: ser el héroe que salvará el mundo, el dueño de un vasto imperio y/o tener amantes muy deseables son algunos ejemplos. 

Los simuladores de citas proponen la fantasía de protagonizar un romance. Por supuesto, quien más, quien menos ha vivido una historia de amor —con las luces y sombras propias de esta experiencia vital—, pero la aventura que nos ofrecen los simuladores de cita está más ligada a lo fantástico, a jugar a vivir un romance con un amante ficticio y cercano a nuestro ideal sentimental. Son la versión lúdica de las novelas románticas, en la los jugadores somos sujeto sexual e interés erótico de otros personajes deseables.

El origen de este peculiar género reside en Japón, donde encontramos uno de los máximos exponentes del género: Tokimeki Memorial (Konami), que asentó las características básicas que definen a un simulador de citas: múltiples opciones de romance, tiempo límite y cualidades del personaje que debían potenciarse para llevar a cabo la conquista. Además, Tokimeki Memorial incluía el efecto bomba, que eran la difamación contra nuestro protagonista por parte de una amante desatendida, con lo que las demás jóvenes perdían interés en él y forzaba a crear una estrategia de organización que permitiera cuidar todos los amoríos.

Dentro de los simulador de citas existen subgéneros, como el bishojo, destinado al público masculino heterosexual, que consiste en seducir a muchachas hermosas; y el otome, dirigido a las féminas interesadas en vivir amores virtuales con bellos caballeros. Enfocados a los romances homosexuales, tenemos los GL y BL, destinado a mujeres y hombres, respectivamente.

¿Qué contiene un simulador de citas?

El formato más habitual en el que se plantea el simulador de citas es similar a la novela visual, lo cual permite la generosa accesibilidad del género: las mecánicas se centran en la narración y elección de respuestas en los diálogos y/o toma de decisiones, gracias a lo cual construimos nuestra propia historia. La puesta a prueba de habilidades como la puntería, el sigilo, etc. quedan relegadas a un rol secundario, puesto que el objetivo de un sim-date es crear una experiencia relajada en la que la imaginación sea el elemento más activo y vuele sin la presión de morir al recibir demasiados disparos o derrotar a un jefe final complicado. 

El punto de vista se dará, casi siempre, en primera persona, y pocas veces tendremos un retrato de nuestro personaje. Esto nos ayuda a sentirnos identificados con el protagonista y, tal vez, a imaginarlo con nuestro aspecto para fabricar una fantasía de autoinserción. No en vano se nos pregunta nuestro nombre en muchos de estos títulos, para que los personajes se dirijan a nosotros como prefiramos. 

El objetivo de un simulador de citas es culminar una historia de amor, la cual puede desembocar en varios finales. Mientras que en algunos títulos el sexo se plantea como la cima de una relación (Ganguro Girl), en otros la historia puede plantear diversos desenlaces, clasificados en una escala —o dualidad— del más satisfactorio al más trágico (Mystic Messenger), con lo cual se premia o castiga al jugador en función de lo acertadas que hayan sido sus decisiones, las cuales se basarán en la intuición y en la empatía que desarrollemos con nuestro romance virtual.

¿Y qué clase de pretendientes tendremos en un simulador de citas? Por lo general, conoceremos a varios personajes que, a su vez, se plantearán como candidatos para convertirse en nuestro amante. Para incentivar al jugador, muchos de esos títulos recurren a clichés efectivos para crear personajes que resulten atractivos tanto en físico como en personalidad: los galanes y damas de cuerpos esbeltos y/o sensuales son los que más se estilan, y tampoco faltarán estereotipos como el chico reservado y estudioso, el caballero distante cuyo corazón anhela ser derretido, la chica dulce y tímida, etc. Con todos ellos interactuaremos hasta forjar un lazo. Cada juego plantea sus propias mecánicas que utilizaremos para intimar con el personaje al que deseemos convertir en nuestra pareja: bien pueden ser conversaciones en la que debemos escoger la opción adecuada, o bien pueden ser actividades que compartiremos con nuestro candidato, o regalos que podamos realizar a éste, teniendo en consideración sus gustos, los cuales habremos descubierto durante nuestras charlas. Asimismo, en muchos sim-date dispondremos de un tiempo determinado —un curso escolar, unas vacaciones veraniegas— a través del cual se desarrollará la historia del juego, durante la cual debemos construir nuestro amor, cuyo desenlace dependerá del progreso que hayamos realizado. El hecho de que los posibles romances presenten personalidades estereotipadas puede ser un detalle a favor, puesto que deduciremos más fácilmente la actitud que mantener con nuestro posible amante; así, si deseamos conquistar a alguien tímido, sabremos que los avances bruscos no funcionarán y si queremos convertir a un ratón de biblioteca en nuestra pareja, nos decantaremos por las actividades intelectuales. 

Un simulador de citas, en definitiva, nos ofrece varios tipos de romance que suelen cubrir los gustos generalizados del público al que van destinados. Suelen ser aventuras muy breves, pero con múltiples posibilidades de rejugabilidad, y en las que su principal aliciente radica en una historia emocionante protagonizada por personajes cautivadores, con sus propias inquietudes e intrigas, y con los que viviremos un idilio en formato lúdico. 

El teléfono móvil, la plataforma ideal

Debido a su sencillo formato de novela interactiva, los simuladores de citas proliferaron en portales de videojuegos en Flash. Sus creadores, además, solían recurrir a personajes populares del manga y el anime —y no siempre bajo sello oficial— como posibles romances para sus títulos. Así, se crearon simuladores de cita basados en Evangelion, Love Hina o Naruto. No es ningún secreto que los personajes de ficción forman parte de las fantasías eróticas del público que consume sus respectivas obras, con lo cual son una apuesta inteligente a la hora de diseñar un simulador de citas exitoso. 

Asimismo, la breve duración de esta clase de juegos y la simplicidad de su jugabilidad los convierten en títulos apropiados para teléfonos móviles, con lo que llenarán de diversión y sensualidad los trayectos en transporte público y las tediosas colas de espera. 

Actualmente, disponemos de un abundante catálogo de simuladores de citas en los portales de juegos de navegador y en las tiendas de aplicaciones para móviles. Entre todo un bosque de romances virtuales, destacan algunos títulos por su propuesta, tan sugerente como original, en los que profundizaremos a continuación. 

Mystic Messenger (Cheritz)

Con el salto de las novelas visuales al teléfono móvil, el estudio Cheritz supo utilizar esta plataforma a su favor y crear así unas mecánicas innovadoras para el género; la aplicación de mensajería incorporada en este título conforma el núcleo de la jugabilidad de Mystic Messenger. En él, controlamos a una joven —cuyo nombre asignaremos—, que se descarga la aplicación mencionada y viaja hasta un apartamento, desde el cual debe organizar la fiesta de una asociación benéfica llamada RFA. A través de dicha aplicación, contactaremos con seis personas, con las que nos comunicaremos por correo electrónico, mensajes instantáneos y llamadas telefónicas en tiempo real. Durante once días, iremos conociendo a los miembros de la asociación, con la posibilidad de intimar con uno de ellos y, según la atención que le hayamos prestado y las decisiones tomadas, desencadenaremos finales distintos.

Tras la RFA se oculta un complejo misterio, del cual desenredaremos una parte con cada ruta romántica que completemos, lo cual estimula la rejugabilidad de este título. Los posibles romances (Jumin, Zen, Jaehee, 707, Yoosung y V) presentan personalidades muy dispares, con lo cual mantienen una relación difícil entre ellos. Cada uno, además, tiene una trama propia, llena de problemáticas actuales como el rechazo social o las relaciones abusivas, ante lo cual tenemos la posibilidad de intervenir, como heroínas cotidianas. 

Hatoful Boyfriend (Pigeonation Inc, Mediatonic)

Este excéntrico título destaca en su género por la disparatada idea que plantea: romances con palomas. Su llamativa premisa, que a simple vista parece una parodia de los simuladores de citas, ha hecho de Hatoful Boyfriend un videojuego de culto que ha inspirado varias obras derivadas, como novelas literarias, una línea de peluches, una serie por Internet y una saga de cómics digitales.

Aquí nos situamos en una dimensión alternativa, en la cual una especie de palomas inteligentes ha sustituido a los terrícolas. Encarnamos el papel de una muchacha humana que acude al instituto con otras aves, entre las cuales hallaremos posibles amantes basados en clichés propios del cine romántico adolescente: el amigo de toda la vida, el deportista, el estudioso solitario, el líder de la clase, etc. Para proseguir una aventura con ellos, deberemos acudir a las aulas que frecuentan y asistir a las clases en las que potenciemos cualidades que les llamen su atención (música, atletismo, matemáticas, etc.).

No obstante, el aparente carácter cómico que puede representar la idea de coquetear con palomas parlantes no debe confundirnos. A cada uno de los romances les acompaña una historia trágica y, en algunos casos, muy turbia, y con cada una de las aventuras románticas —con desenlaces que no podrían clasificarse exactamente como finales felices al uso— descubriremos fragmentos de la historia principal que envuelve este extraño universo, para lo cual contaremos con secuencias metalúdicas, como un blog que podemos consultar en nuestro navegador.  

Dream Daddy (Game Grumps)

Generalmente, los simuladores de citas están enfocados a los romances entre hombres y mujeres, y algunos de ellos incluyen una opción con alguien del mismo género que el protagonista. En 2017 surgió Dream Daddy, una novela visual que planteaba dos innovaciones al género en su vertiente occidental: la primera, el hecho de que un hombre protagonista busque como pareja a otro hombre; la segunda, que tanto el protagonista como sus posibles parejas fueran padres de familia. En muchos sim-dates, tanto el protagonista como los personajes que se nos presentan como romances no poseen trasfondo familiar, y Dream Daddy propone una historia de amor en la que participa nuestra hija y los retoños de nuestro amante, visibilizando así la población adulta con una familia formada y que busca enamorarse de nuevo. En Dream Daddy somos viudos que iniciamos una nueva vida junto a nuestra pequeña en el pueblo costero de Maple Bay, donde nos topamos con el grato hallazgo de tener como vecinos a otros padres de familia receptivos ante nuestras atenciones amorosas: Mat Sella, Craig Cahn, Hugo Vega, Brian Harding, Damien Bloodmarch, Robert Small y Joseph Christiansen se presentarán como personajes estereotipados (el macarra, el gótico, el intelectual, etc.). Además, la seducción no requerirá sólo de opciones de diálogo, sino de minijuegos para impresionar al papá de nuestros sueños. 

Diseñaremos el aspecto a nuestro papá protagonista, y la personalidad que reflejen nuestras elecciones estéticas condicionarán la conexión que tengamos con los otros padres, con lo cual será más sencillo establecer una relación con aquellos con los que tengamos mayor afinidad.

Cute Demon Crashers (Sugarscript)

La tónica habitual en los simuladores de citas es plantear la seducción como un desafío, en el que debemos conocer al personaje que a priori nos atrae y utilizar la información que obtengamos para conquistarle, esto es, elegir la opción de diálogo que represente lo que desea oír, realizar actividades acorde con sus aficiones y hacerle regalos acorde con sus gustos. Si cumplimos con esa misión, el mismo juego nos obsequiará con la consolidación de dicha relación, que se formalizará mediante una escena de cama más o menos explícita.

El sexo forma parte de cualquier relación sentimental, con lo cual no es de extrañar que quede representada en un simulador de citas. El estudio Sugascript lanzó en 2017 un título que enfocaba la faceta erótica de las relaciones desde una óptica más positiva: Cute Demon Crashers. En él, manejamos a Claire, una estudiante universitaria que se dispone a masturbarse, cuando tres íncubos y un súcubo se aparecen ante ella para proporcionarle su primera experiencia sexual. A partir de ahí, nos enfrascamos en una sensual aventura con el demonio que más nos guste, con el cual viviremos el despertar erótico y sentimental de Claire. 

Lo más reseñable de Cute Demon Crashers es el valor que se le da al consentimiento; en todo momento podemos detener los avances sexuales sin que se nos penalice por ello y sin que nuestra relación virtual se vea perjudicada. Asimismo, veremos temáticas eróticas tratadas desde una perspectiva didáctica muy saludable: el BDSM o el uso del preservativo estarán presentes durante la aventura sensual que viviremos en este título.

Otomevania (CaraPapaProductions)

Castlevania es una de las sagas más longevas y adoradas de la historia. En 2017, su universo fue revivido a través de la homónima serie de Netflix, en la que mantenía la fidelidad de su transfondo y agregaba un gran componente de crítica social. Trevor Belmont, descendiente de una célebre familia de cazadores de vampiros, se convierte en el aliado forzoso de Alucard, el hijo de Drácula, y ambos planean la derrota de este último. El apabullante carisma de ambos personajes alimentó la inspiración del estudio español CaraPapaProductions, que nos obsequió el pasado año con Otomevania, un humilde y cómico simulador de citas basado en la franquicia y en el que nos plantea una aventura amorosa con Trevor o Belmont. O con los dos a la vez.

Nos metemos en la piel de una mujer que busca refugio tras una larga excursión, y acaba hallando el lúgubre castillo de Drácula, en el que es recibida por ambos caballeros. Trevor, con su carácter frívolo y descarado, contrasta con la elegancia y bagaje cultural de Belmont. Ambos parecen mostrar un interés halagador en nuestra protagonista, a través de la cual es fácil crear una fantasía de autoinserción, puesto que escogeremos su nombre y no le veremos el rostro. Según las actividades que decidamos realizar en nuestra velada, intimaremos con Trevor o con Belmont, e incluso puede que logremos formar un feliz trío. Todos los desenlaces culminan en un final feliz, que puede incluir encuentro erótico a elección del jugador, y es que la intención de CaraPapaProductions era huir del cliché del sexo como premio. 

Estos son algunos de los títulos que nos plantean el amor como una divertida fantasía lúdica. No son exigentes en cuanto a dificultad, pero nos obsequian con aventuras alegres, relajadas y sensuales, dignas de disfrutar en el día del amor.    

Hatoful Boyfriend

  • PS4
  • PSV
  • PC
  • OSX
  • Simulación

Hatoful Boyfriend, desarrollado por Mediatonic y distribuido por Devolver Digital para PCMac, PlayStation 4 y PlayStation Vita, es un simulador de vida virtual en el que una joven chica deberá encontrar el amor en un instituto de... palomas.

Carátula de Hatoful Boyfriend