Cómo afecta sonido en la jugabilidad de Monster Hunter World

El sonido y su efecto mecánico en Monster Hunter World

Monster Hunter World es un título colosal. Después de más de 80 horas, el título te sorprende con el desbloqueo de una nueva zona que añadir en el mapa, una más compleja, hostil y vasta. Y de nuevo, el sonido es uno de los ejes vertebradores de la jugabilidad.

Si hay algo que nos ha convencido después de exprimir la nueva obra de Capcom estas últimas semanas, además de todos los cambios que todos estamos experimentando en nuestras carnes, es la importancia del sonido para entender el contexto situacional de cada escena. Cuando pudimos charlar con Hideki Kosoi, director de sonido del juego, tuvo a bien contarnos el objetivo principal que tenían con esta entrega a la hora de recrear temas y crear nuevas melodías: “las melodías deben causar un fuerte impacto en el jugador porque en ocasiones se escucha primero el tema antes de que aparezca el monstruo”.

Y así es.

El silencio juega un papel fundamental cuando entramos en una de las zonas donde puede aparecer nuestra posible presa, generando tensión y obligándonos a dar vueltas al joystick por si se da el caso de que aparezca una criatura que ponga en riesgo nuestra barra de vida.

Cuando finalmente llega el momento del enfrentamiento, cuando comienza el pulso entre jugador y monstruo, la música empieza a aumentar el ritmo, con tonos más fuertes y sin apenas pausas. El silencio desaparece y los instrumentos, la orquesta, la estridencia, empapan la pantalla hasta causar la suficiente tensión como para quedarnos pegados al mando.

En ese momento el tiempo se para y no volvemos a ser conscientes de cuántos minutos hemos invertido hasta que termina el enfrentamiento; en ocasiones con nosotros levantando los brazos en señal de victoria o tumbados en el suelo en señal de derrota.

Y de nuevo, el sonido explica absolutamente todo.

Días atrás hicimos el ejercicio de jugar una partida rápida contra un Jyuratodus… pero sin volumen. El objetivo era comprobar hasta qué punto las melodías ambientaban el enfrentamiento y si verdaderamente hacían que la implicación del usuario aumentase en todo momento. Fue inevitable sentir que algo fallaba, que la música, al final, no solo complementaba sino que era una de las columnas que sostienen este inmenso monumento.

Por suerte para todos, la industria del videojuego puede presumir de tener bandas sonoras tan espectaculares como ésta.