PES 2018, Impresiones E3 2017

PES 2018, Impresiones E3 2017: Ya lo hemos jugado

Konami consiguió deshacerse de su pasado con la entrega del año pasado, el mejor PES de la década y uno de los grandes juegos de fútbol de los últimos tiempos. Todo basado en la jugabilidad, ya que fue algo conservador en modalidades y en tema de licencias está muy lejos de conseguir compararse con su principal rival. Con los mimbres establecidos y con el éxito de crítica -solo hace falta ver Metacritic- de su parte, la compañía quiere dar un pasito más en esto de la simulación del deporte rey con PES 2018, una entrega que llega con varias novedades y, por fin, con una versión para PC a la altura de las circunstancias. Lo hemos probado durante el E3 de Los Ángeles y así es como pinta a día de hoy. 

Empezamos por los datos. La compañía nos explicó que esta vez han querido ampliar y modificar algunos de los modos de juegos disponibles. Una de las grandes novedades será el modo de tres contra tres, algo que se podrá probar entre el 20 y el 31 de julio en Europa en forma de beta abierta para los jugadores. Como es bien sabido, PES ha tenido problemas online en los últimos tiempos y para preparar el terreno quieren probar la infraestructura antes de que salga a la venta, de ahí esa beta que permitirá, también, jugar partidas rápidas. Se ha confirmado que añadirán más ligas a PES League y una de las grandes novedades es la versión de PC, comparable a la de consolas y no con un motor antiguo como pasó el año pasado.

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El detalle curioso llega con MyClub, la versión Ultimate Team de PES, que cuenta con un invitado especial: Usain Bolt. El rey de la velocidad da el salto al mundo del fútbol y será un jugador para el videojuego, que también ha anunciado que renueva el contrato con Maradona durante tres años para que sea una de las leyendas presentes en dicho modo. El título sale a la venta a mediados de septiembre en Europa y, aunque no se nos ha confirmado, podemos decir que hemos vuelto a escuchar Carlos Martínez como comentarista principal del juego. Tenemos confirmados también tres equipos licenciados como Barça, Dortmund y Liverpool y campos de la liga española como el Camp Nou y Wanda Metropolitano. En el caso del primero, incluidos los vestuarios y túneles por donde pasan los jugadores.

Sobre la cancha

El juego mantiene la base que lo hizo triunfar en el año pasado, y eso significa un fútbol fluido donde el toque se impone a las individualidades. Mantenemos los controles básicos en ataque (pase, profundidad, centro, disparo, R3 para regates, L2 para pases y disparos manuales, control de balón con R2, tiro de calidad con el mismo botón y sprint) y en defensa también lo mismo: un botón pulsado para presionar, intento de robo pulsándolo dos veces y la redonda para hacer las segadas. La fluidez con la que circula la pelota es una de las grandes virtudes del juego, a lo que se le han añadido nuevos movimientos. Es cierto que Konami te explica las características nuevas, pero solo cuando estás jugando puedes ver si realmente forman parte del minuto a minuto. Y en este caso es así.

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Hemos visto una gran cantidad de nuevos controles, de maneras de usar el cuerpo en el uno contra uno tanto en carrera cuando se aguanta la pelota, y eso permite hacer que todo sea mucho más realista y convincente. Ya lo era en 2017, pero se ha pulido en este caso. Los partidos que hemos podido realizar nos han dejado sensaciones similares al año pasado, con el balón como gran protagonista, con los regates solo para el momento preciso y con el uso del pase manual como gran arma para buscar los balones al espacio.  

Hay que decir que al menos en la demo, posiblemente por el estilo ofensivo de los equipos que hemos usado, nos hemos encontrado con algunos huecos en defensa mayores a los deseables, sobre todo para buscar el balón largo por la banda o en ciertos momentos, con centrales algo abiertos en exceso. No es algo grave pero sí que en algunas situaciones nos parecía más sencillo de la cuenta. Por el contrario, el disparo de calidad desde fuera del área nos ha parecido menos efectivo que antaño, con balones que se van más fuera que dentro y los porteros más acertados en estas acciones.

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Un punto y aparte merecen precisamente los guardametas. Hace dos años eran un coladero, en 2017 mejoraron mucho y en esta entrega son grandes protagonistas. Les han añadido muchos tipos de paradas nuevas que mejoran sus prestaciones y dejan sensaciones mucho más reales. Paradas con los pies, manos fuertes a zambombazos de fuera del área y rechaces más verosímiles. Un ejemplo: falta al borde del área que chutamos, toca en la barrera y el balón sale desviado. Oblak, medio trastabillado, se deja caer y mete una mano milagrosa a ras de suelo para evitar el gol. Gran sabor de boca en este aspecto.

Además de la experiencia durante los partidos hemos podido ver como en el menú de tácticas se mantienen las opciones y tendencias tanto ofensivas como defensivas del equipo. Eso significa que podemos escoger como queremos de avanzada y agresiva la defensa, el estilo de juego más directo o de toque, buscar las bandas o la combinación por el centro, etc. Todo ello afectando a los movimientos automáticos de los jugadores como pasaba en el año anterior. En definitiva, PES es continuista porque la base del año pasado así lo merece, con mejoras en varios puntos y con la esperanza que a nivel de modalidades el juego dé un paso al frente tal y como han prometido. Veremos cómo funciona el online en la beta de verano, pero la saga de Konami vuelve a presentar su candidatura al título.

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