Grow Home
- PlataformaPC7.8
- GéneroAcción, Plataformas
- DesarrolladorReflections
- Lanzamiento04/02/2015
- TextoInglés
Grow Home
Una unidad robótica especializada en botánica rumbo a su hogar en lo más alto de una preciosa enredadera infinita. Ubisoft Reflections aparca los coches de Driver y se enreda en este imaginativo y sorprendente plataformas de exploración y escalada que empezó siendo material de uso interno para los empleados.
Ubisoft está dándonos últimamente algunas pequeñas joyas coquetas y reseñables. Child of Light o Valiant Hearts: The Great War sorprendieron el año pasado, y este 2015 empieza también muy bien con Grow Home, proyecto o idea jugable que circulaba de forma interna entre estudios de la compañía gala pero que por fin llegó a manos de los directivos oportunos y tomó el impulso necesario como para convertirse en juego comercial completo y cerrado de verdad. Reflections, el estudio vinculado tradicionalemte a la serie Driver, ha sido la encargada de contarnos esta fábula de un robot jardinero que debe volver a casa aprovechando el entorno que mejor conoce, el de la botánica. Inicialmente es exclusivo de Steam (PC), a un precio de 7,99 euros.
Grow Home es un producto no demasiado duradero -bastan 2 o 3 horas para llegar al final- ni de ésos que inspiran una experiencia que se guarde en la memoria para siempre. En cambio, es una delicia pequeña, ensimismada y coqueta, un bombón muy particular dentro de las propuestas alternativas y totalmente despreocupadas de los poderíos gráficos o las vidas útiles que justifiquen el precio. Su planteamiento es sencillo, llevar al pequeño robot B.U.D. (Botanical Utility Droid) hasta casa, la Star Plant, en lo más alto de un pequeño planeta verde repleto de islas flotantes, cuevas y cascadas, y con una gran planta enredadera en su centro cuyo tallo debemos hacer crecer y crecer llevando sus ramas hasta los islotes alimenticios.
Esta idea se expuso en su momento en un mundo poligonal y de triángulos a la vista. Y así nos ha llegado, consiguiendo una estética muy minimalista pero con bastante fuerza e identidad que además cuenta con buenas animaciones para el robot, algunos efectos de color y brillos destacables o distancias de dibujado y elementos en pantalla satisfactorios. Pero sin más, tampoco encontramos aquí un portento audiovisual que nos haga hablar de algo realmente inspirador y memorable. Ocurre lo mismo con el sonido, muy agradable en música y soniditos que va emitiendo nuestra rojiza unidad de botánica, pero nada que lo haga sobresalir entre los mejores apartados de audio de la escena indie. Se aprecia que audiovisualmente no está muy tratado, que fue un prototipo de juego para uso interno llevado rápido a la masificación de Steam.
B.U.D. podrá saltar y planear entre superficies, se adhiere a cualquier pared con sus manitas metálicas, lo que el jugador maneja manteniendo pulsados e intercalando los gatillos del mando (o teclas del teclado), una idea de manejo que lo hace intuitivo y divertido, aunque también presenta alguna imprecisión molesta en determinadas situaciones, agarres diagonales, a mucha velocidad, etc. Pero esa sensación de no estar nunca del todo seguros en las alturas es parte del encanto de la jugabilidad de Grow Home, que va desde el suelo al cielo, permitiendo a nuestro personaje en su camino buscar gemas que incrementan las posibilidades del jugador con comandos como mover y alejar las cámaras, contar con un propulsor, incrementar el salto, etc.
En Grow Home el camino a casa lo marca el jugador con su escalada de la descomunal enredadera, que recuerda a la fábula de Las Habichuelas Mágicas o a las clásicas plantas ascendentes hasta las nubes de Super Mario Bros. B.U.D. solo tendrá que llegar hasta las ramas en flor para montar en su punta y dejar que se alarguen guiándolas como un cohete hasta cualquiera de los islotes cercanos para que así empiecen a alimentar la gran planta de la que parten. Esto crea caminos distintos según los giros y volteos que hagamos con estas ramas que van estirándose, lo que puede generar estampas verdaderamente enrevesadas y muy divertidas de explorar y recorrer. Entornos siempre moldeados por nuestro movimiento y distintos a los de otro jugador. Eso sí, no importa demasiado cómo lo tracemos, es muy fácil llegar a conectar las ramas y los islotes y eso no afecta demasiado al avance ni dificultades encontradas.
Con el progreso en la pequeña aventura, iremos accediendo a nuevos movimientos y habilidades, como una margarita que sirve de paracaídas o prolongador del salto, hojas que nos dejan rebotar y subir más rápido que escalando, una ala delta natural para largas distancias, portales de reaparición cuando suframos caídas mortales, etc. En ningún caso, no obstante, debemos hablar de variedad potente entre zonas o situaciones. Tampoco hay tiempo para sentir como repetitivo el juego, lo que consigue que su suma de ideas y planteamientos sea realmente formidable y apta para todo tipo de públicos, jugadores habituales o no. La dificultad es adecuada y va in crescendo en su justa medida. Hay vidas ilimitadas y la única penalización por morir es tener que volver a subir el trecho de la caída.
Más interesante se pone ya el final del ascenso hasta casa, con el gran árbol sobrepasando la estratosfera y bajo nuestros pies metálicos todo el camino que llevamos recorrido o escalado, y el enorme lío de ramas que hemos dibujado hacia los islotes. Aquí nos encontraremos con algunos peligros como saltos más exigentes o criaturas que molestan o, también puede ser, están simplemente ahí para nada en particular. Grow Home se completa en una tarde y puede llevar a las 6 horitas si se quieren encontrar todos sus gemas y lugares secretos, sigue abierto tras acabarlo. Pero no invita demasiado a una segunda vuelta o búsqueda incansable de todo ya que su formato está claramente pensado para un único rato largo, como una curiosidad que funciona muy bien pero que tampoco sobrecoge y ni se hace imprescindible.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.