Tengami

En mitad de la enorme vorágine de títulos y aplicaciones que llegan semana tras semana a la AppStore, sólo en algunas ocasiones logran destacar propuestas que van más allá de un género o una franquicia de moda para así ofrecer al jugador nuevas experiencias o sensaciones. Este es el caso de Tengami, una aventura atmosférica basada en la resolución de puzles creada por el estudio indie Nyamyam, un grupo de creativos que decidieron dejar Rare ‒tras materializar proyectos tan conocidos como Diddy Kong Racing, StarFox Adventures o Kinect Sports‒ para plasmar en el formato táctil sus conceptos e inquietudes. Y el resultado no puede ser más prometedor, puesto que Tengami logra sumergir al usuario en un mundo ambientado en un Japón feudal fantástico, protagonizado por un enigmático personaje que deberá avanzar por el interior de un libro japonés troquelado. Conozcamos más sobre tan personal obra interactiva en nuestro análisis.

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Precisamente, es este uno de sus puntos fuertes, sino el mejor, aunque adolece de ciertas carencias que a continuación pasamos a detallar. Si bien la mecánica de de pasar páginas y jugar con diferentes elementos de los escenarios está muy conseguida ‒en ocasiones no parecerá estar ante un verdadero libro troquelado en formato digital‒, su desarrollo se presenta algo irregular, con demasiadas secciones pausadas que no hacen más que romper el ritmo en un género que necesita de más dinamismo, especialmente cuando el título ha sido concebido para smartphones y tablets; no olvidemos que se está ultimando la versión de PC y Mac y que debería llegar en breve como descarga digital. A ello debemos sumar que completar el viaje de Tengami no nos llevará más de cuatro horas, dependiendo de nuestra habilidad solucionando los diferentes rompecabezas.

Donde sí se ha dado en el clavo es en la excelente ambientación lograda con tan atractivo mundo de fantasía, llevándonos a visitar las más variadas localizaciones y proponiendo todo tipo de puzles. En este sentido volvemos a encontrarnos con algunos altibajos; mientras que algunos rompecabezas son insultantemente fáciles de resolver, otros nos llevarán a verdaderos quebraderos de cabeza por el aparente sinsentido de sus resoluciones, dando una extraña sensación al jugador gracias a una dificultad totalmente descompensada. Seguramente, los jugadores más acostumbrados a este tipo de juegos encontrarán un buen desafío en él, aunque el resto puede llegar a desesperarse junto a su particular ritmo de juego. Lo que sí es una gozada es la interacción lograda entre jugador e interfaz, con el que podremos pasar páginas y deslizar pestañas del troquelado de una manera sencilla e intuitiva.

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Algo que debemos tener en cuenta y que juega a su favor es que su particular apariencia despertará la curiosidad tanto de los jugadores más experimentados como de los más casuales, acostumbrados a títulos directos y sencillos. Y aquí reside la magia de Tengami, en su capacidad para atrapar a todo tipo de público, ya sea por su interfaz accesible o por su cuidada y delicada presentación. Por otro lado, los amantes de la cultura oriental disfrutarán de todo un homenaje a la época que toma como contexto, regalando infinidad de detalles y situaciones que los más entendidos identificarán sin muchos problemas. Un título que desprende genialidad y amor por el detalle gracias al buen hacer de sus creadores.

Como veis, Tengami ofrece cosas muy buenas y otras no tan amables con el jugador medio, aunque no podemos obviar uno de sus mayores logros: una puesta en escena única que rebosa personalidad por los cuatro costados y que nos cautivará por completo desde la propia pantalla de presentación. El hilo conductor de esta aventura se basa en nuestra interacción con el propio libro, presentando al espectador todo un mundo construido en papel y cartón, pero con una plasticidad y una belleza superiores. Su atmósfera nos atrapará sin remedio y nos veremos rápidamente deambulando por tan mágicos y planos parajes. Tanto los entornos como los diferentes personajes están realizados en 2D aunque nos moveremos de forma tridimensional, logrando un efecto bastante curioso.

Allí donde toquemos en la pantalla se dirigirá nuestro particular protagonista, siempre con el objetivo de resolver los rompecabezas que si irán cruzando en nuestro camino. Diferentes tipos de destellos nos informarán de la dirección a tomar o de los objetos con los que interactuar, mostrando un diseño de interfaz limpio, claro y minimalista, en línea con el propio espíritu del juego. Por otro lado, la banda sonora completa una presentación audiovisual que, si bien es bastante sencilla, encierra en su interior magia y pasión. De las melodías se encarga todo un veterano de la industria como el británico David Wise, compositor de la música de títulos como Donkey Kong Country, Diddy Kong Racing, Battletoads o el más reciente Donkey Kong Country: Tropical Freeze de Wii U; sus notas evocan a temas clásicos japoneses que casan a la perfección con la personalidad de la aventura: serenidad, sosiego, entereza o valor, términos que podrían definir la experiencia Tengami.

A nivel de efectos sonoros quizás no brille con tanta fuerza, pero el pequeño conjunto utilizado cumple con su función sin mucho que reprochar. Como decíamos antes, los rompecabezas son el eje central de Tengami y una vez completada la aventura, ciertamente, no hay muchos motivos para re-jugarla, más allá de volver a disfrutar de su notable ambientación. Su corta duración y la simplicidad de su propuesta juegan en su contra; presenta logros de Game Center ‒pocos a decir verdad‒ y los textos llegan traducidos a nuestro idioma, todo por 4,49 euros, una cantidad quizás algo elevada si tenemos en cuenta sus condicionantes, aunque justificada por su notable producción. Y a diferencia de la moda free to play que parece haberse instalado en los bazares digitales de nuestros dispositivos táctiles, Tengami llega sin micro-pagos u otros abusivos modelos de negocio, con lo que tendremos lo que pagamos: una experiencia única, quizás algo corta y tediosa para muchos, pero con una personalidad arrolladora.

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