Puppeteer, Impresiones
El director creativo de Puppeteer, Gavin Moore, es quizá uno de los artistas más interesantes del año, entrevistado aquí por MeriStation. Japan Studio dará vida este 11 de septiembre a un sorprendente teatrillo de marionetas en PS3 donde el plataformeo old school y los cambios constantes de mecánica y marco forman un juego capaz de girar tanto como sus hilos.
La magia de las representaciones de marionetas no solo es un gancho para niños, también los mayores hemos quedado impresionados a veces de lo que se puede lograr con personajes de tela y cartón que no buscan más que ganar vida manejados desde unos hilos o un guante interior. Y junto a ellos su escenario, la caja que los envuelve y es capaz de transportarlos de un lugar a otro en cuestión de segundos. Con esta idea en mente, Gavin Moore y su equipo de Japan Studio han formado Puppeteer, una de las propuestas más originales del año que llegará a PlayStation 3 este septiembre y que venimos conociendo desde el pasado verano por su atractivo automático en cuanto se ve en movimiento y se sabe su pilar jugable: variedad plena. Con estándar plataformero en formato clásico -difícil- y un particular uso del color y las formas, este viaje por la teatralidad más irreal de todas va a llevarse consigo a cualquier espectador, estamos seguros.
Una nueva demo nos ha enseñado el halo que envuelve a esta producción, además de su funcionalidad multijugador. El joven y descabezado Kutaro será acompañado por otro ente, Ying Yang, que puede ser manejado por un segundo mando o el stick derecho del primero directamente en caso de recorrerlo en singleplayer. La coordinación y el trabajo conjunto son la clave del éxito en una mecánica que basa su exigencia en la velocidad y la sorpresa, factores que determinan en realidad todo el título ya que su constante paso de una situación a otra sin mayor puente que los cambios de decorado le auguran esa imprevisibilidad memorable que también tiene una buena representación de la técnica marionetera. Y todo ello sobre 15 horas de duración, en busca de las 100 cabezas que Kutaro necesita ir probándose, tijera en mano, para devolver la paz a su reino.
"El rey Moon Bear ha robado la felicidad a los niños, y Kutaro en esta larga aventura va a tener que hacerle frente para recuperarla", resumía Moore la trama del juego mientras nos enseñaba un nivel inédito donde el protagonista debe adentrarse en una cueva de las profundidades haciendo surf sobre una esponja de mar y esquivando todo tipo de peligros subacuáticos como peces linterna, erizos de mar gigantes o los pequeños habitantes de un buque pirata hundido, sorprendente por la recreación de sus cubiertas y el reflejo de los rayos de luz atravesando el agua sobre los mástiles y roídas velas. Ciertamente, Puppeteer ha vuelto a demostrarnos que visualmente es una maravilla, ya no solo por el esmero artístico sino también por la exposición meramente técnica, por los gráficos, las físicas, las texturas, las inercias, los juegos de luces... y con ello, la sugerencia.
Tijera en mano, este periplo nos llevará a todo tipo de entornos, desde una sucia cocina hasta un palacio árabe, un bosque encantado o el mundo de las nieves. En Puppeter cabe todo, y también en materia de géneros, aderezándose toda la propuesta plataformera lateral de tramos centrados en la lucha, los Quick Time Events, puzles, minijuegos rápidos, conducción, disparos, avance vertical, y hasta algo de rol. Las cabezas que puede colocarse Kutaro para cambiar de personalidad y habilidades son la otra gran baza del transcurso, en torno a 100 en todo el juego y necesarias para pasar diversas puertas y abrir hasta 21 fases de bonus realmente bien escondidas. De ninja a bombero, todo vale para ganar otros combos y comandos. Lo decíamos antes, Puppeteer no es un título unitario y encorsetado, ni tampoco un juego fácil. La ayuda de Ying Yang será imprescindible.
Este segundo personaje actúa como una especie de hada, un ángel de la guarda que va allanándole un camino de otra forma inabarcable. También podrá recoger items, arrojar las bombas que tira Kutaro o activar mecanismos. Su movimiento es completamente libre, por toda la pantalla como un ente, pero sus tareas requieren concentración y destreza con los mandos. La sincronía se expresa en mecánicas como la de pulsar los dos jugadores al mismo tiempo un mismo botón o preparar uno un ataque mientras el otro lo recoge y lleva a cabo. Sin lugar a dudas, va a ganar muchos enteros jugado en compañía, sobre todo por la incertidumbre de qué es lo siguiente que tendrán que hacer uno y otro espectadores y buscar la forma de atravesar cada situación sin perecer en el intento, una mezcla de plataformeo ágil con constantes puzles y acertijos. La espada y las tijeras mágicas harán el resto, ya que éstas al cortar elevan la personaje, abriéndose así una nueva rama de vías en cualquier dirección. Los controles, con distintos tipos de salto, golpes y carreras son una buena muestra de la complejidad idónea de Puppeteer.
La intervención del público y el tratamiento del sonido en general son otro componente importante. Los aplausos o gritos de esta representación ayudan a obtener cierta información determinante, por ejemplo al buscar las cabezas o hacer frente a los cada vez más ingeniosos jefes finales. Patrick Doyle, encargado de la BSO, ha esbozado casi una centena de melodías para el juego, cada una capaz de sumergirnos en un ambiente distinto, justo lo que va sobreponiendo la constante variedad de escenarios y situaciones jugables, nunca superiores a 10 minutos seguidos antes de volver a cambiar. Puppeteer empezó como una producción indie y hoy, junto a Rain o Guacamelee va a acabar siendo de los más interesantes de de PlayStation 3, también debido a un refuerzo en presupuestos por parte de Sony una vez que la compañía ha comprobado el potencial de lo que se viene encima y cómo pueden jugar con una exclusivdad tan férrea. Sin versión para Vita de momento, lo cierto es que se presta a las características de la portátil, aunque bien es cierto que su suavidad y acabado gráfico puntero está obviamente pensado para PS3. El 11 de septiembre descubriréis la magia de este mundo de hilos.
- Plataformas
- Acción
Un impresionante despliegue artístico es la principal baza de Puppeteer. Ayuda al joven Kutaro, un niño convertido en marioneta, a escapar del castillo del rey Moon Bear con la ayuda de unas tijeras mágicas y su capacidad para cambiar de cabeza y así variar sus habilidades; en exclusiva para PlayStation 3.