El anuncio por sorpresa de una 3DS XL esta madrugada ha pillado por sorpresa a todo el mundo. Recabamos la opinión de los miembros de la redacción de Meristation.
Más grande y sin segundo stick integrado. Yo aquí veo una caja de problemas. Para empezar, esta nueva 3DS XL no se introduce en el Botón Deslizante Pro, es decir, en el Transformer que dice Nacho que es la peana negra con segundo stick. Zas. Hay juegos, como Metal Gear Solid 3D: Snake Eater o Kingdom Hearts 3D: Dream Drop Distance que sin tener la consola insertada en el aparato de segundo circle pad son prácticamente injugables. 3DS XL no cabe. Le sacarán uno propio, supongo. Pero ahora, si quieres cambiar, además de cambiar de consola tendrás que cambiar de Circle Pad Pro. Por otra parte, me imagino que Nintendo habrá testado bien su nueva súper pantalla pero lo primero que me he preguntado como aficionado a la máquina es si al tener la pantalla superior más grande no entorpece el efecto 3D u obliga a colocarse más lejos. Vamos a ver, sabemos que la tridimensionalidad se logra e intensifica cuanto más separadas entre sí estén las imágenes que llegan a uno y otro ojos. Al tener la pantalla más grande, ya de entrada se produce una separación mayor, lo que quizá obligue a colocarse un pelín más lejos de la portátil para percibir nítidamente el efecto óptico. Es difícil de explicar en esta breve intervención pero quiero tenerla ya entre manos para tranquilizarme con esto. Confiaré en Nintendo, que por cierto no sé a qué juega con esa especie de timo de no incluir el cargador en la caja de 3DS XL. Nada, la gran ventaja, como dice Enrique, es la mayor duración de la batería. Probaremos a fondo cómo se comporta la nueva pantalla, mucho más grande y que hace quedar a la máquina casi agobiada. No me convence el diseño estético. Ahora bien, ha sido una buena noticia desde el punto de vista tecnológico, es una consola con prestaciones superiores, qué duda cabe.
Ni frio ni calor; en todo caso, completa y absoluta indiferencia es lo que me ha producido el anuncio de esta revisión de la portátil de Nintendo. Una revisión que no resuelve ninguno de los problemas de la consola (pantallas en baja resolución, capacidades táctiles limitadas a una única pulsación simultánea y carencia de segundo stick analógico), pero que en cambio nos añade algunos nuevos, como dejar aún más en evidencia la falta de resolución de la consola al obligar a esos pixelotes a cubrir una mayor superficie, o hacer completamente incompatible ese horripilante segundo stick que todos tuvimos que comprar para jugar a Resident Evil Revelations como debía ser jugado. Algunos de mis compañeros han dicho que si Apple renueva sus productos portátiles como mínimo una vez al año, por qué no va a hacerlo Nintendo. La diferencia es que Apple no solo los renueva, sino que los mejora (más resolución, más memoria, una pantalla más grande –sin sacrificar calidad visual- como parece tendrá el próximo iPhone…). Que Nintendo no añada al menos una de las mejoras que su portátil necesita en esta revisión es simple y llanamente por una razón: abaratar costes. Así puede obtener un mayor margen de beneficios sin tener por ello que vender la máquina a un precio superior. Que esta política les va bien es evidente, solo hay que comparar la actual situación en el mercado de 3DS respecto a PlayStation Vita. Así que, aunque algo esté roto, si se sigue vendiendo no hay por qué arreglarlo.
Nintendo está jugando sobre arenas movedizas y poniendo en entredicho su credibilidad. Con cada una de sus plataformas portátiles han sacado infinidad de versiones, todas ellas mejoradas y que dejaban incluso obsoleta a la máquina original. Con Nintendo 3DS, ya antes del lanzamiento, se podía oír a la gente decir “me espero a la revisión”; y pese a que la compañía nipona negó en diversas ocasiones que dicha revisión fuese a llegar, al final lo ha hecho, un año después del lanzamiento de la consola: pantallas más grandes, más batería… y poco más. Puestos a dejar de lado al comprador de la máquina original, que para futuras ocasiones puede plantearse varias veces el adquirir la consola de lanzamiento en vista de la tendencia, podrían haber aprovechado para perfeccionar Nintendo 3DS con detalles como ese segundo stick analógico que hemos tenido que ponerle de manera precaria a nuestra 3DS. Que esa es otra: ¿hace falta comprar un nuevo periférico adaptado a las nuevas dimensiones de la consola? ¿Ahora que podemos jugar a Revelations en pantalla más grande, tenemos que sacrificar jugabilidad? Un movimiento muy, muy extraño que no está claro qué objetivo tiene… Y más con el lanzamiento de otra consola, WiiU, a la vuelta de la esquina.
Sin sorpresa alguna he recibido la noticia. Nintendo viene dando muestras de su controvertida política de lanzamientos y revisiones desde hace unos años y ya a nadie debería sorprender esta 3DS XL; ya pasó con la primera Game Boy y el resto de portátiles de la compañía nipona a lo largo de dos décadas. Personalmente, ni me compré la consola el pasado año ni pasaré por caja con dicha revisión. ¿Las razones? Esperaré al ciclo final de la consola con su tercera o cuarta revisión, con un catálogo consagrado lleno de títulos must have y con un precio mucho más ajustado. Y es que no me convence que las únicas diferencias sean una pantalla algo más grande y una hora más de batería, obviando por completo la opinión de la comunidad que viene criticando varios aspectos de la consola desde su lanzamiento. Los que adquirieron 3DS de salida, esta XL les parecerá una broma; tras el disparate inicial de la bajada de precio y una compensación exigua con juegos de hace 20 años o más, ¿cómo recibirán este nuevo hardware tras sólo un año de la 3DS original en el mercado? ¿Qué harán los poseedores del Circle Pad? ¿Volver a comprar la versión XL y el más que posible Circle Pad XL? Demasiados inconvenientes veo yo aquí. Aunque claro, si algo funciona y vende –como es el caso– no hace falta modificarlo, ¿verdad?
Reconozco ser uno de los pocos defensores del armatoste que conseguía dotar a la 3DS de un segundo stick. Es más, creo que era “el único” defensor por una simple cuestión: un segundo stick a estas alturas es imprescindible y prefería seguir la máxima de vale más tarde que nunca. En mi cabeza no cabía la posibilidad de una revisión, a todas luces esperada, sin que aportara ese nuevo stick en una clara señal de hacia donde iría el futuro de 3DS. Pues nada de nada. Es cierto, como apuntaba algún compañero de redacción de que es arriesgado al crear una fractura entre unos y otros usuarios y Nintendo habrá seguido el camino fácil, pero de ser así no entiendo la creación del aparato externo y que obviamente tendrá su versión XL. Quizás hubiera sido más rentable a la larga una transición a los dos sticks con una XL con él incorporado, y una rebaja importante del accesorio para los que tenemos la 3DS original, así poco a poco se lograría unificar los dos sticks y los juegos que sacaran provecho. En cualquier caso, la revisión no es una gran sorpresa, quizás su pronta salida lo sea, pero es algo que esperábamos un día de estos. Lo que ya no queda tan claro es como competirá esa pedazo de pantalla si mantiene la misma resolución contra las Oled y retinas del mercado, si tenemos en cuenta de que los juegos están diseñados para la mitad de tamaño. Será un éxito casi con total seguridad, pero se deberá sin duda al enorme catalogo presente y futuro de la consola, sea normal o XL, pero una revisión debería aportar más cosas.