Mass Effect 3: De las cenizas

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La polémica ha envuelto este contenido descargable sobre si el DLC estaba incluido o no en el disco. Se descubrieron algunos elementos que sí estaban dentro del propio disco, pero no todo el contenido se encuentra ya cargado en el disco. De hecho, sin ir más lejos la versión Xbox 360 necesita descargar más de 600 megas al disco duro, por lo que suena creíble la versión de la compañía en la que aseguran que hay ciertos elementos ya guardados para poder agilizar la descarga completa.  Dicho esto, hay que remarcar qué ofrece este DLC. Una misión completamente nueva que nos brinda la ocasión de conocer a Javik, único proteano que sigue con vida, y que se puede unir a nuestro pelotón. Además de esto, tenemos 50 puntos de logros (repartidos en dos de ellos) o dos trofeos y una nueva vestimenta para cada uno de los personajes que tenemos.

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‘De las cenizas’ sabe jugar muy bien sus cartas. Alejado de otros personajes en formato DLC que podíamos conseguir en Mass Effect 2, como por ejemplo Zaeed, en este caso el reclamo es más que interesante. Los proteanos fueron aniquilados hace miles de años por los Segadores –se presuponía- y poder dar con uno de ellos con lo que todo conlleva a nivel de diálogos y posteriores conocimientos es un atractivo. El mayor de todo el DLC sin duda. Javik es un personaje muy interesante por la raza a la que pertenece, por la particularidad de su sed de venganza y por los diálogos que nos irá dando a lo largo de la aventura una vez demos con él. Por todo esto, de hecho, sabe mal que si no se pasa por caja se pierda un personaje como este, especial por su naturaleza proteana.

La misión se nos activa mediante un aviso de que Cerbrus está investigando Eden Prime en busca de un artefacto proteano. Se convierte en misión prioritaria, ya que en nuestro camino por completar el Crisol –artilugio proteano que podría acabar con los segadores- todo lo que esté relacionado con esa avanzada y extinguida civilización nos interesa. Una vez en Eden Prime, el mismo planeta (de los primeros colonizados por los humanos) en el que Shepard tuvo las visiones de los segadores a través de una baliza y gracias a ello pudo conocer el peligro que corría la galazía, veremos que no es un artefacto sino un Proteano encerrado en una cápsula lo que Cerbrus intenta abrir. Javik es un personaje relevante dentro de su raza que en un momento determinado se encierra mediante Estasis avanzado para que en un futuro, otras razas y culturas puedan dar con él. Y él pueda recordar el honor de su raza y acabar con los proteanos. 50.000 años después han dado con él.

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Con esta premisa, nos encontramos con la cápsula nada más aterrizar, empieza una misión no demasiado larga de unos 40 minutos. En ella tenemos que explorar un poco la zona de Eden Prime para encontrar mecanismos para poder abrir la cápsula y dar con ese proteano. Durante el camino, más que interesantes conexiones al pasado y revelaciones sobre una relación entre Shepard y el proteano que ni ambos tenían conocimiento. Nos enfrentamos a diversas hordas de Cerbrus clásicas, sin sorpresas y con una mecánica igual a la de la trama principal. Torretas, ingenieros, enemigos con escudos y un meca como colofón final. La gracia está en la pequeña exploración que podemos realizar, que nos permite completar al máximo el DLC, y sobre todo en la figura de Javik. Jugablemente esta sección no aporta nada relevante que no veamos en muchas otras misiones, ni en variedad ni en dificultad.

Con todo esto, es difícil valorar la idoneidad de hacerse con este DLC o no. Por una parte queda claro que tanto el nuevo recluta como lo que conlleva (diálogos, información, particularidades de una raza con la que no habíamos contactado y también su fuerte personalidad) son un acierto y un plus importante en el equipo de la Normandía. Además de ser un elemento que da bastante juego en conversaciones y de que la ‘trama’ que se desarrolla en Eden Prime durante el DLC conecta con la primera entrega y es interesante. Por otro, es cierto que como contenido a cambio de diez euros parece algo escaso. No llega a los 50 minutos explorándolo todo, y la mecánica de la misión –cinemáticas y diálogos a un lado- es más de lo mismo respecto a cualquier misión de Mass Effect 3 en la que nos enfrentemos a Cerbrus. Y todo esto dejando a un lado, dicho sea de paso, la polémica decisión de sacar un DLC como este en la salida del juego. Porque la realidad es que todo el mundo debería conocer al Proteano Javik en Mass Effect 3. Sin tener que pasar por caja a poder ser.

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