Syndicate

Vuelve Syndicate, pero parece que los chicos de Starbreeze Studios han querido dar una vuelta de tuerca al concepto original, convirtiendo la estrategia en un shooter en primera persona que se ajusta a las tendencias que actualmente predominan en el mercado.

Syndicate fue una de las producciones más importantes de comienzos de la década de los 90, con un lanzamiento que irrumpiría tanto en compatibles como en consolas, en pleno auge de un mercado que estaba aún por explotar. Hablamos de una obra tan carismática como crucial para el devenir del género de la estrategia, un campo en el que Peter Molyneux -alma mater de Bullfrog, el estudio que acuñó el desarrollo- se había mostrado bastante ducho, aunque sin lograr llevar al mercado un producto redondo, único. Bien es sabido que al actual mandamás de Lionhead Studios a veces le pierde su espíritu de auto-exigencia (además de una verborrea un tanto excesiva), pero en aquellos tiempos el background acumulado con Populous servía como plataforma para atraer la atención de propios y extraños.

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El afamado título destacó principalmente por la ambientación que llevaba a escena, tomando como referentes las obras más importantes del género de la ciencia ficción y del ciberpunk, tendencia que no por casualidad comenzaba a llamar a la puerta de la industria del cine por aquella época. Sin embargo, Syndicate no empleaba este recurso como un mero recurso comercial, sino que hacía de él la base de su mecánica de juego. En un mundo futurista, inspirado en las terribles ensoñaciones de Orwell y/o Gibson, una nueva corporación surge con cierto poder económico, lo que le permite la creación de un pequeño cuerpo de élite (o espías, siempre con cierta base gubernamental) que ha de cumplir distintas misiones a lo largo y ancho del mundo.

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Cada misión granjea el dominio de una zona concreta (léase el caso de Europa), lo que conlleva obtener ciertos beneficios en concepto de impuestos. A mayores impuestos, mayor será la posibilidad de que el pueblo se revele, pero también será mayor el ingreso y, por ende, obtendremos más opciones de mejora para el cuerpo de élite. El susodicho está compuesto por ciborgs, robots humanoides que se integraban en esta hipotética sociedad a comienzos de siglo, llevando a un atroz debate social (como siempre suele suceder en estos casos). Como tales, es posible modificar o mejorar genéticamente sus atributos, además de ser controlados a través de nanomáquinas que permiten el uso de estimulantes (es decir, de estupefacientes), con una notable mejora en su capacidad de reacción, resistencia, etcétera.

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Además de las mejoras físicas, Bullfrog quiso ahondar en la posibilidad de destinar los fondos obtenidos a distintas áreas, por lo que el tiempo de investigación dependía del dinero que se hubiese invertido, por ejemplo, en la creación de un lanzallamas. Syndicate era en esencia un juego de estrategia en tiempo real que sacudió los cimientos de su industria. Recibiría una expansión (American Revolt), para años más tarde dar el salto a un nuevo formato a manos de Syndicate Wars, un título que pese a compartir el espíritu de su antecesor se quedaba muy atrás en cuanto a planteamiento jugable. A nivel argumental Syndicate siempre ha ofrecido una buena dosis de tramas conspiratorias, sin dejar atrás la reflexión moral, diríase incluso pseudo-filosófica, sobre la perspectiva de vivir en un mundo en el que religión, ciencia y las revueltas sociales son el pan de cada día.

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Con esta premisa no es de extrañar que EA Games se plantease recuperar la licencia durante varios años, algo perfectamente factible teniendo en cuenta la adquisición de Bullfrog y la consecuente ganancia de los derechos de las licencias que el estudio había creado hasta la fecha (de las cuales la gran mayoría han desaparecido). Justo cuando Molyneux aparecía en la palestra con ojos brillantes afirmando que su gran ‘ilusión' pasaba por la creación de una nueva entrega de Syndicate, Starbreeze Studios filtraba -algo que siempre han negado- el último proyecto en el que habían estado trabajando desde que finalizase el revamp para 360, PS3 y PC de Riddick. Curiosamente, pasaron dos años desde que estos datos vieron la luz hasta que finalmente se anunció con carácter oficial lo que se había dado a conocer horas antes en diversas comunidades de aficionados: Syndicate HD es una realidad. El regreso de la IP rompe parte de las expectativas de los acérrimos, en tanto deja atrás su peculiar mecánica de juego para entregarse a las tendencias que actualmente reinan en el mercado.

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Cada una ofrece su pequeño granito de arena en la consecución de su plan maestro. En este caso, el jugador toma el rol de Miles Kilo, un prototipo de agente a través del cual se experimenta con la posibilidad de mejorar su rendimiento a través de implantes. El más destacado de todos lleva por nombre DART6, y permite entrar directamente en contacto con el universo Dataverse. Este chip permite ver qué se esconde al otro lado de paredes y muros, ralentizar el tiempo, además de fortalecer la capacidad neuronal del usuario. Kilo es un agente con una capacidad intelectual fuera de la media: es perfectamente consciente de cuáles son las reglas que rigen al mundo ‘actual', a sabiendas de que su propio sindicato engaña y extorsiona a los consumidores.

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Atrás queda el tiempo en el que se necesitaba un ordenador o un teléfono móvil para acceder a la red: ahora basta con pestañear para entrar en un mundo de infinitas posibilidades que lleva a realizar con total facilidad extracciones bancarias, consultas del tiempo o incluso visionar un partido de fútbol en la televisión digital. Cada sindicato cuenta con sus propios medios para garantizar el buen hacer de sus negocios, y ahí precisamente es donde entra en juego la personalidad de Kilo y el concepto de trabajar en un equipo de varios agentes, cada uno supuestamente especializado en un campo concreto, ya sea la acción, el espionaje o la persuasión. Ciertamente, y aunque poco o nada recuerda todo este planteamiento al Syndicate original, resulta evidente el esfuerzo que Starbreeze está realizando para no desilusionar a los aficionados de la licencia; de ahí que se insista constantemente en la posibilidad de jugar en un modo ‘único' cooperativo online entre cuatro jugadores, que ofrecerá nueve misiones ‘reimaginadas' del Syndicate original.

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Aunque las comparaciones son odiosas, es difícil no ver cierta coincidencia entre este anuncio y la aparición de un título de corte muy similar a Syndicate que ha recibido valoraciones notables por parte de la prensa especializada. En cualquier caso habrá que esperar para comprobar si estas sensaciones son correctas o no. Por el momento es menester celebrar el regreso de una de las licencias más carismáticas de la década de los 90, así como de un título que se entrega completamente a una ambientación ciberpunk, futurista, íntimamente ligada al campo de la ciencia ficción, con lo que parece que este peculiar estilo está recuperando fuelle paulatinamente entre los nuevos consumidores.