Tournament of Legends
- PlataformaWii4
- GéneroAcción
- DesarrolladorHigh-Voltage Software
- Lanzamiento02/07/2010
- EditorSEGA
¿Legendario?
Los creadores de The Conduit no descansan: a la segunda entrega de la popular IP se le suma ahora uno de los títulos que más tiempo lleva en desarrollo, apuesta en firme para coronar el género de la lucha, aunque sin éxito en ninguna de las pretensiones que durante tantos meses fueron puestas en tela de juicio por parte de la comunidad de aficionados. Un juego mediocre al que le falta profundidad y divertimento para ser considerado un válido exponente para pasar un buen rato este verano, por mucho que su originalidad quiera demostrar lo contrario.
La actualidad de lanzamientos, especialmente durante la temporada de verano, se mueve gracias a las novedades de peso que aparecen en una u otra consola del mercado. No hay más remedio que poner la lupa sobre los títulos que llevan largo tiempo en desarrollo, algunos más que otros, y que ahora por fin están a punto de ver la luz por estos lares. A veces no sabríamos decir si la expectación se levanta por la necesidad de poder ir a la tienda para adquirir algo nuevo de lo que disfrutar o si simplemente se debe a que, en muchas ocasiones, el juego en cuestión es uno de esos que el público lleva esperando demasiado tiempo.
Es difícil acertar a decir si el juego que hoy presentamos, Tournament of Legends, reúne los requisitos necesarios para estar en una u otra categoría, o si el aval publicitario que ha recibido se debe más bien al hecho de ser una producción de un estudio reputado como es el caso de High Voltage Studios. Los americanos fueron los encargados de llevar el proceso creativo de The Conduit, otro de esos productos de la expectación que a poco de ver la luz perdía parte de su fuerza por no alcanzar la supremacía que muchos habían imaginado (sólo eso, imaginado, ya que sus propios creadores admitieron que fue su primer proyecto, una base para seguir creando en el futuro). De un tiempo a esta parte han decidido cambiar de aires, sustituyendo el shooter por otros géneros menos habituales en el panorama de la consola.
Pues bien, Tournament of Legends ha sufrido varios cambios a lo largo de su desarrollo, primero en cuanto al sistema de juego, luego a causa de un nombre nuevo por problemas con la licencia original que le ha condenado al ostracismo entre los usuarios que tenían constancia de su existencia. En Wii no tenemos la suerte de prodigarnos en el género de la lucha 1vs1, al menos no en lo que se refiere a una gran cantidad de títulos originales que hayan sabido aprovechar las posibilidades tridimensionales de la consola. Hay algunos referentes que por suerte mantienen el nivel, pero el futuro se plantea como una sucesión de nubarrones en los que, de momento, no se vislumbra un solo rayo de luz que esté llamado a cambiar la situación.
Al uso de un arma y de un estilo específico hay que añadir varios aspectos de importancia: por un lado, ataques mágicos que según el personaje elegido varían tanto en intensidad como en velocidad, así como la constante aparición de QTE (Quick Time Events) que cumplen diversos fines. En cada escenario se plantea un enemigo al margen del rival directo, de corte mitológico, que puede atacar a cualquiera de los dos personajes que se mueven en el ring. Para evitar su ataque es menester mover el wiimote y el nunchuk en una dirección determinada, lo mismo que al tumbar al enemigo, momento en el que comienza una cuenta atrás, para recuperar algo de energía durante el descanso. Los elementos que componen los combates son varios, pero la estructura de los mismos es, lamentablemente, siempre la misma.
En el menú principal no existe demasiada opción para elegir algo que vaya más allá del modo historia, en el que se explica grosso modo la implicación de cada personaje dentro del torneo que se está celebrando por medio de escenas al estilo cómic en las que los personajes tratan de relacionarse entre sí de una forma u otra. El interés de estas escenas es prácticamente nulo y se destina claramente a los más jóvenes de la casa. Las viñetas aparecen al empezar la historia de un héroe o al finalizar el campeonato, por lo que dentro de lo que cabe no resultan aburridas, aunque sí podríamos exigirles un poco más de contenido para justificar la duración de los combates. Al margen de las clásicas opciones y de un modo entrenamiento, no hay más donde rascar en cuanto a modos de juego se refiere.
No queda más remedio, por lo tanto, que centrarnos en la jugabilidad, en el modo historia, que a efectos prácticos es el único que ofrece vida útil al DVD. Seleccionamos a un héroe (Bast, Marcus, Jupiter, Kara, Bravehoof, Narcia, Volcanus ), elegimos su ataque especial y el arma que va a llevar de este momento en adelante. En un principio no existe tal cosa como la posibilidad de elegir, ya que es obligatorio superar varios rounds para obtener nuevos ataques y accesorios que emplear durante el combate. Podemos seleccionar un nivel de dificultad que permite tanto a jugadores noveles como expertos disfrutar del estilo de juego, que pasamos a descubrir a continuación.
A grandes rasgos, dos luchadores se mueven a sus anchas por un escenario delimitado, en el cual aparecen dos franjas de colores para indicar el campo de acción con el que cuenta cada uno. Es posible agitar el mando para realizar un ataque físico o pulsar un botón para poner en marcha alguno de los dos ataques secundarios con los que cuenta cada luchador, que o bien ralentizan el movimiento del rival o restan energía, según el gasto de mana que conlleve el uso de una u otra estrategia. A medida que realizamos ataques sube el contador de combos, que a posteriori premia al jugador que los haya realizado con distintas recompensas en forma de mayor daño físico al impactar contra el rival. Es posible que dos espadas impacten dando como resultado un alejamiento de ambas posturas, o una defensa mediante el escudo.
Curiosamente, el sistema que se utiliza en el plano técnico tiene mucho que ver con la mecánica general: gráficamente se aprecian detalles interesantes en lo que se refiere al comportamiento de tasa de frames por segundo, al igual que al número de escenarios, lo que contrasta con la poca definición de las texturas. Los personajes portan vistosas armaduras (de cuya resistencia también depende la duración del combate, que de cuando en cuando se toma una pausa para recuperar energía tanto física como a nivel de equipamiento) de las que se desprenden al recibir daños muy concretos. Los ataques especiales son vistosos, pero de nuevo se aprecia una nula definición al ponerlos en práctica. En general, el apartado gráfico cumple su objetivo, aunque se aleja de lo mejor que hemos visto en el género. Nada que añadir al sonido, que cumple una función muy limitada dentro del paquete final.
No quiere decir por esto que Tournament of Legends sea un bodrio imposible de disfrutar, que sus rasgos distintivos no sean los adecuados -con el uso de Quick Time Events, personajes mitológicos, escenarios con una serie de objetos secundarios, varios asaltos, distintos enfoques según las querencias del jugador-, sino que la puesta en escena, la jugabilidad, desmerece en comparación al fruto que se podía exigir de un título de este calibre. La ausencia de un multijugador empeora aún más las pobres condiciones de distribución de un título que, como mayor reclamo, se ha puesto a disposición de los usuarios a precio reducido, otra señal de las esperanzas que se han depositado en él.
Como decimos, la ausencia de multijugador y las pocas opciones para alargar la vida útil del juego sin sus principales defectos, que se tratan de paliar con un apartado gráfico que cumple sin cometido sin más, exactamente igual que el sonido. Tournament of Legends es uno de esos títulos destinados a un público poco exigente que sea capaz de disfrutar con un amigo (sin opciones de jugar a través de internet) y sin demasiadas pretensiones. A precio reducido tiene una pequeña oportunidad de destacar. Si buscáis algo realmente complejo y profundo, es mejor mirar hacia otro lado.
Mediocre
Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.