Una bruja de armas tomar

Ya falta poco para que Bayonetta salga, al fin, en nuestro país, con varias semanas de retraso con respecto a su estreno en Japón. Una espera que se hizo más larga de lo que cabría esperar, y por fin podremos disfrutar de uno de los títulos de acción más impactantes de los últimos tiempos, que viene precedido de excelentes críticas por parte de la prensa especializada, así como las alabanzas de los usuarios que pudieron probarlo desde su lanzamiento nipón. Haciendo un truco de esos que tan bien se le dan a la bruja de Platinum Games, Bayonetta se ha colado bajo todos los radares para acabar sorprendiendo más de lo que esperábamos; ya con la versión final en las manos, podemos confirmar que se trata de un título excelente en todos sus apartados, que consigue estar al nivel de los mejores del género.

Bayonetta surge de la colaboración entre Sega y Platinum Games, una relación que durará cuatro juegos y que ya nos dejó un excelente MadWorld para Wii. Concretamente, el título que nos ocupa es una apuesta de Hideki Kamiya, un hombre que se labró una reputación en Capcom creando obras tan exitosas como Devil May Cry o Viewtiful Joe, y que pese a todas las miradas que analizaban con lupa su última creación, ha conseguido salir airoso y superar con creces las expectativas. No hay muchos juegos que sean capaces de sobreponerse a una fama y una presión semejante, consiguiendo ofrecer una experiencia dinámica, divertida, profunda, épica y, sobre todo, con mucho estilo. Pasamos ahora a un análisis que se complementa con el artículo que publicamos hace unas semanas, en el que podréis encontrar más información de algunos aspectos concretos que no vamos a repetir aquí. Bienvenidos a un mundo en el que la acción da un pequeño paso adelante hacia nuevos estándares de calidad.

El avance del argumento es lento, y durante los primeros compases de juego tendremos más dudas que otra cosa, ya que se nos van sucediendo distintos flashbacks y conocemos a nuevos personajes sin saber realmente qué papel juega cada elemento en el gran cuadro. Sin embargo, no tardaremos en ir percatándonos de la profundidad y comprendiendo las distintas líneas del argumento, viendo cómo convergen para que todo cobre sentido al final. La historia nos sitúa en Vigrid, una ciudad ficticia de Europa, donde Bayonetta se dedica a acabar con ángeles y otras criaturas celestiales a cambio de jugosas recompensas. Estamos en un mundo en el que el infierno, el cielo y el purgatorio conviven en un enfrentamiento casi constante, y nuestra bruja está justo en medio de todo, eliminando a las criaturas celestiales para cobrar las recompensas que se pagan por sus halos.

Pero la cosa no es tan sencilla como parece a priori; ya desde la propia introducción vemos cómo Bayonetta parece haber pertenecido a una antigua orden, y cómo tiene una rival, Jeanne, a la que se enfrentó constantemente a lo largo de los siglos que tiene de vida. Según nos cuentan, Bayonetta estuvo inmersa en un profundo letargo durante 500 años bajo un lago, y desde que se despertó carece de recuerdos. Otros personajes son Rodin, el dueño de la tienda The Gates of Hell (donde compraremos armas y objetos), Enzo (un hombre extraño que acompaña a Bayonetta), Luka (quien odia a Bayonetta desde que era un crío porque la vio matar a su padre), y hasta una niña pequeña de la que no vamos a hablar más para no desvelar las sorpresas antes de tiempo.

Donde radica la diferencia es en las propias fases y en la gran cantidad de opciones de control que tendremos sobre Bayonetta. Para empezar, decir que cada uno de los capítulos está subdividido en una serie de Versos, los cuales hacen las veces de puntos de control, tras los cuales recibimos nuestra calificación según lo bien o mal que lo hagamos durante ese fragmento del nivel; y muy posiblemente, será mal durante nuestras primeras partidas, ya que es muy exigente el sistema de calificación, penando duramente las muertes o el uso de objetos. Lo interesante está en que hay mucha investigación por hacer durante estos niveles, y es posible llegar al final del juego sin haber visto casi la mitad de estos Versos; hay accesos ocultos y caminos secretos que nos llevan hacia nuevas pruebas de habilidad que son necesarios para llegar a encontrar todos los secretos del juego.

Así pues, pese al desarrollo lineal, hay opciones de investigación, que no sólo nos permitirán lograr las mejores puntuaciones (y superar retos como eliminar un determinado número de enemigos en un tiempo límite, que dotan de variedad al desarrollo), sino también encontrar fragmentos de vinilos con los que obtendremos nuevas armas disponibles en la tienda. Porque sí, Bayonetta visitará, siempre que encontremos un acceso, la tienda 'Gates of Hell', donde podremos intercambiar los halos por objetos (recuperación de energía, invulnerabilidad temporal, más fuerza, resurrección inmediata), habilidades varias para el personaje, extras de diversa índole, e incluso armas nuevas o mejoras de las que ya teníamos. Destacar que la gran cantidad de cosas por adquirir en la tienda hará que sea muy complejo conseguirlo todo en una sola partida.

Una vez hemos asentados las bases de juego y los elementos clave del desarrollo, pasemos a lo principal: la jugabilidad y las habilidades de Bayonetta. Es bien conocido el hecho de que la bruja porta dos armas de fuego en los tacones de sus botas, de las que no se despojará nunca, pudiendo llevar otras dos en las manos. Si llevamos cuatro pistolas, lo que se vivirá en pantalla será un verdadero espectáculo de tiros, digno de las mejores películas del oeste, donde Bayonetta realizará acrobacias imposibles descargando su plomo en todas las direcciones posibles. Pero no será la única posibilidad, y de hecho ni siquiera es la más efectiva; es más, para disparar sólo tendremos un botón, mientras que contamos con dos para realizar los ataques cuerpo a cuerpo. Eso sí, destacar que en todo momento, digamos lo que digamos a partir de ahora, es posible la combinación de distintos botones y habilidades, sin ningún tipo de problema en la fluidez o reconocimiento de nuestras indicaciones por parte del juego.

La variedad de combos es abrumadora, con toda posible combinación que se nos ocurra con hasta cinco botones por vez, y apenas tenemos pausa en nuestras acciones, si logramos desarrollar la habilidad necesaria para encadenar los combos de forma fluida. El hecho de que podemos atacar tanto en tierra como en el aire, con tipos de ataque completamente distintos pese a que las combinaciones puedan ser similares o las mismas, dota de una profundidad todavía mayor a las acciones de combate básicas. Porque, más allá del cuerpo a cuerpo y las armas de fuego que por defecto portaremos, a lo largo de la aventura podremos ir adquiriendo diversas armas. Estas pueden diferir mucho, y una de las primeras que podremos adquirir en la tienda es una katana, con la cual el sistema de control pasa a asemejarse mucho al de Ninja Gaiden, con movimientos de carga pulsando el botón incluidos.

Más adelante conseguiremos, entre otras, unas garras, o incluso lanzamisiles en vez de pistolas; y por supuesto, diferentes versiones de cada tipo de arma, con mejoras de ataque o rapidez de disparo. Del mismo modo que con la katana, toda nueva arma contará con distintas combinaciones de ataque, y requerirán tácticas y planteamientos de combate muy diferentes. Si ya de por sí, en las configuraciones más básicas de combate, nos encontramos con una profunda variedad de combos, el uso de distintas armas con controles diversos no hace sino dotar a Bayonetta de una gran variedad de sistemas de control, con posibilidades casi infinitas de combinaciones entre las armas de las manos y las de los pies. Pero todavía hay más, y es que Bayonetta puede recoger las armas que dejen caer al suelo los enemigos derrotados, ofreciendo en esas situaciones una nueva serie de opciones de control; tenemos, por citar un par de ejemplo, hachas o trompetas, cuya fuerza de ataque es brutal, aunque sólo se podrán utilizar durante un lapso corto de tiempo.

Nos queda adentrarnos en la magia, una de las opciones más interesantes del juego y que más se prestan a las combinaciones encadenadas de botones y ataques. Al ir eliminando enemigos, se irá cargando el medidor de magia; cuando tengamos abundante en reserva, podamos realizar un ataque de tortura a los enemigos. Pulsando los botones indicados en pantalla, Bayonetta invoca una dama de hierro o una guillotina, por poner un par de ejemplos, con los que tortura y aniquila a los enemigos; cada tortura es distinta según a la criatura a la que se la apliquemos. A esto hay que sumarle la posibilidad de encadenar golpes y acabar nuestro recital con la invocación de un tacón gigantesco o un puño de dimensiones sobrehumanas para acabar con la pobre criatura de rigor.

Para defendernos de las embestidas de los rivales, tendremos el muy de agradecer 'Tiempo Brujo'. Pulsando uno de los gatillos en el momento exacto de recibir un golpe (la precisión deberá ser milimétrica), todo se parará y podremos acabar con los enemigos sin preocuparnos por posibles represalias por su parte. Es una táctica arriesgada, pero muy recomendable para los enfrentamientos contra los gigantescos jefes finales. Sí, gigantescos, porque tal y como ya dijimos en un pequeño reportaje hace un par de semanas, son criaturas de tamaño descomunal que no sólo ocupan toda la pantalla, sino que en algunos casos son incluso el escenario sobre el que combatimos. Pocas veces se ha visto una galería tan bella estéticamente y, al mismo tiempo, tan impresionante, mortífera y espectacular.

Y es que 'espectáculo' es la mejor definición posible para Bayonetta, tanto a nivel audiovisual como en lo que respecta a las sensaciones que transmite a través del mando; tenemos control total y absoluto sobre el personaje, el cual responde a la perfección y con la más absoluta fluidez a todas las indicaciones que le podamos hacer, todo ello a pesar del frenetismo siempre presente en pantalla. A esto se le podrían sumar otras técnicas para potenciar la espectacularidad como el hecho de que cuando la luna esté en determinada fase, Bayonetta podrá correr por las paredes del escenario, algo que en determinados enfrentamientos da mucho juego. Por supuesto no faltan los puzles, en los que deberemos encontrar nuestro camino utilizando artilugios antiguos para ralentizar el tiempo, activando palancas, o encontrando la llave que abre determinada puerta. Son cosas sencillas, pero que dotan de cierta variedad al juego.

Todavía hay más, aunque se trate ya de pequeñas pinceladas para añadir más variedad si cabe. Durante los niveles, Bayonetta irá recogiendo componentes con los que luego, desde el inventario, podrá crear sus propios objetos de recuperación de vitalidad, potenciar defensa y ataque. También recogerá balas que luego podrá utilizar en un minijuego tras completar el nivel, pudiendo obtener también recompensas económicas o en forma de objetos. Este minijuego es una prueba de puntería, en forma de shooter, muy divertida y original, que consigue ayudar a desconectar y se convierte en un soplo de aire fresco con el que disfrutar entre niveles. El guiño a las recreativas de disparos clásicas no es más que uno de los muchos que componen el juego, hasta el punto de que uno de los últimos niveles es, de principio a fin, un completo guiño a un juego clásico de Sega.

El modelado de todos y cada uno de los elementos del juego es firme y de calidad, mostrando formas cuidadas y suaves, así como contornos bien definidos. Las texturas son muy buenas también, logrando transmitir con facilidad la sensación de que estamos ante superficies bien diferenciadas; el conjunto es espectacular, y el hecho de que todo siga un ritmo frenético en pantalla no hace sino potenciar las excelencias visuales, con unos efectos de luz bellos y llamativos que reproducen a las mil maravillas todos los juegos de sombra, destellos y efectos varios que se suceden en un frenesí que parece no tener fin. Tal vez no estemos ante el título más explosivo de la nueva generación en términos visuales, pero sí que es uno de los más cuidados y que más gusto da ver moverse en pantalla, con un resultado excelente en todas las facetas y sin ni un atisbo de posibles ralentizaciones o bajadas de la tasa de frames.

Lo mismo se puede decir del apartado sonoro, tan cuidado como el resto de la producción. En total, la banda sonora que salió a la venta en el país nipón está compuesta por cinco discos que recogen 150 temas, obra de compositores como Masami Ueda (Resident Evil 1-3, Devil May Cry, Viewtiful Joe, Okami), Akari Kaida (Resident Evil, Breath of Fire III, Dino Crisis, Onimusha 3, Okami), Yoshitaka Suzuki, Norihiko Hibino (Metal Gear Solid 2-4, Zone of the Enders 2, Rougue Galaxy, Yakuza 2, Ninja Blade), Hiroshi Yamaguchi, y Takahiro Izutani (Yakuza 2, Metal gear Solid 4, Ninja Blade). Basta ver el historial que tienen estos hombre sobre sus espaldas como para esperarse lo mejor de su producción para Bayonetta, y lo cierto es que no han decepcionado, con melodías tanto intensas y épicas como algo más propias del jpop, adaptándose a según qué situaciones pero logrando en general un acabado excelente.

Además, para los temas vocales se ha contado con la colaboración de la actiz y cantante belga Helena Noguerra, que lleva desde finales de los años 80 dedicándose con éxito al mundo de la música. Pero un apartado audiovisual para envidiar no sería nada sin una completa jugabilidad, y en ese aspecto es donde Bayonetta saca matrícula de honor, adaptándose con facilidad no sólo al mando de control, sino a la habilidad de cada usuario. Los diferentes niveles de dificultad permiten que los novatos del género puedan completar la aventura con sólo utilizar un botón, mientras que a los expertos les esperará un reto importante en el nivel más elevado, que requiere una importante precisión y un dominio casi total de las habilidades de Bayonetta.

Si tenemos en cuenta, además, la ya comentada variedad de situaciones (buscando siempre la espectacularidad), así como la profundidad de combos y abundancia de armas y ataques mágicos, Bayonetta es uno de los títulos más completos del género en el terreno jugable. La fluidez y la buena respuesta del mando permite que todo lo que se nos pase por la cabeza (o lo que hayamos practicado en las pantallas de carga) se vea reflejado en el campo de batalla, casi siempre con excelentes resultados. Comentar también la longitud del título, que en una primera partida puede moverse bien en torno a las doce horas, a las que luego hay que sumarle las consiguientes partidas para conseguir nuevas armas, habilidades, mejorar nuestras puntuaciones, conseguir encontrar todos los secretos del juego, acabar la aventura en otras dificultades, etcétera.