Star Trek D-A-C
Las nuevas aventuras cinematográficas del capitán Kirk y compañía tendrán su propio videojuego, concretamente un modesto y sencillo arcade a cargo de la desarrolladora Naked Sky.
Las nuevas aventuras cinematográficas del capitán Kirk y compañía tendrán su propio videojuego, concretamente un modesto y sencillo arcade a cargo de la desarrolladora Naked Sky.
La famosa franquicia Star Trek ha decidido romper uno de sus lemas y explorar una parte del universo donde el hombre ya ha estado en multitud de ocasiones: las adaptaciones videojueguiles de inminentes estrenos cinematográficos. En esta ocasión se trata del reinicio de la saga dirigido por Jeffrey Jacob "J.J" Abrams, co-creador de la archiconocida serie Perdidos. En lugar de apostar por un producto de gran presupuesto, la productora Paramount Pictures se ha decantado por un juego arcade de tintes más modestos que estará disponible para descargar por un módico precio. La desarrolladora Naked Sky Enterteinment es la encargada de llevar el proyecto a buen puerto, y para ello cuenta con la experiencia obtenida con su anterior Roboblitz.
Star Trek: D-A-C se caracteriza por una simpleza efectiva y rápida que -al igual que ocurrirá con la nueva película- atraerá a la generación que no tuvo la oportunidad de crecer siguiendo las aventuras del capitán Kirk o de Picard y compañía, mientras que los más fieles se llevarán las manos a la cabeza ante la oportunidad desaprovechada. La historia brilla por su ausencia, no hay rastro alguno de los míticos personajes... Es más, las similitudes con el film son tan nimias y poco desarrolladas que da la sensación de que originalmente se trataba de un juego-plantilla hasta que le metieron elementos de la franquicia con calzador.
Independientemente de sus orígenes, la nueva apuesta de Naked Sky es un shooter en dos dimensiones donde la Federación se enfrentará a los Romulanos en tres modos de juego. Paramount insiste en que el significado tras D-A-C -las siglas del título- es un misterio, pero el hecho de que sus modalidades se llamen Deathmatch -combate mortal- , Assault -asalto- y Conquest -conquista- ponen un poco en entredicho este intento por crear suspense. Cada facción contará con 6 pilotos, es decir, 12 jugadores en total que se podrán repartir de tres formas diferentes: Versus -seis contra seis-, Cooperativo -humanos contra bots- o Solo -un jugador contra 11 rivales controlados por la IA del juego-.
En Deathmath, gana el equipo que alcance primero la nada desdeñable cifra de 50 muertes dentro de un tiempo límite de 10 minutos. En caso de que se agote el tiempo sin haber alcanzado la puntuación exigida, vencerá la facción que más naves haya derribado. Conquest ofrece lo esperado por su nombre: controlar unas zonas determinadas del mapa para obtener puntos, teniendo en cuenta de que la base rival quedará al descubierto si se toma el control de las dos áreas neutrales. Finalmente, Assault se divide en dos rondas donde los contrincantes se turnan para atacar o defender un enclave estelar. Destacar que los participantes no podrán alterar los parámetros de los modos, impidiendo así la posibilidad de personalizar cada partida.
El juego contará con cinco mapas en total, y cada uno de ellos tendrá sus propios detalles para añadir cierto grado de profundidad, como asteroides danzando en la ingravidez o planetas descomponiéndose en el fondo -su función es puramente cosmética, los pilotos no colisionarán con estos elementos-. Las naves destacan gracias a su forma tridimensional, y se incluyen otra serie de efectos visuales que realzan la presentación del producto.
Habrán tres tipos diferentes de naves: la luchadora -rápida y ágil, pero carente de armamento pesado-, la bombardera -cuenta con poderosos explosivos pero le falta maniobrabilidad y defensa- y la nave insignia -la clásica Enterprise, un crucero lento y pesado pero con un devastador cañón de protones que se puede dirigir gracias a una retícula-. Las únicas diferencias entre los vehículos de la Federación y los de los Romulanos son puramente estéticas, de modo que no habrá factor estratégico a la hora de escoger bando.
Los controles son simples e intuitivos -al menos en las versiones para PS3 y 360-: todos los movimientos se pueden realizar con el stick izquierdo, mientras que con el derecho dirigiremos los disparos y con los laterales activaremos la aceleración de la nave. El medidor de impulso, el indicador de munición y el aguante del escudo aparecerán representados en la parte inferior de la pantalla, y se irán regenerando con el tiempo.
Al principio de cada partida los jugadores podrán escoger su nave, que entrará en el campo de batalla sin ninguna característica en especial. Ahora bien, para fortalecerá basta encontrar y recoger los orbes blancos que se encuentran repartidos por el escenario. Las armas de los vehículos espaciales irán aumentando de nivel -hay cinco en total- conforme se vayan acumulando estos particulares power-ups. Asimismo, las orbes reponen la energía de la nave, que se agotará gradualmente con cada disparo o aceleración. Todas estas ganancias se perderán cuando volvamos al mapa tras haber sido derrotados, aunque existe una forma de evitarlo: si el piloto se ve asediado por los enemigos, tendrá la oportunidad de escapar en una capsula de emergencia; si sobrevive cinco segundos, reaparecerá con todos los poderes intactos. Existen otras orbes de color naranja que ofrecen habilidades especiales de tiempo limitado, como invencibilidad o camuflaje.
Star Trek: D-A-C estará disponible para descargar en Xbox Live Arcade -Xbox 360-, PlayStation Network -PS3- y PC durante el próximo mes de mayo, coincidiendo con el estreno de la película. Los detalles revelados hasta la fecha pronostican que se convertirá en un juego ideal para partidas rápidas y directas. La única decepción a la vista es el poco provecho que se le ha dado a una franquicia profunda y rica en detalles, sin olvidar que su carencia de opciones y variedad hace peligrar significativamente su longevidad. De todas formas, una cosa sí que es segura: pronto nos podremos descargar la última frontera.
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