Boom Blox

El efecto domin

La colaboración entre Spielberg y Electronic Arts se extiende más allá de Wii, aunque ya sin el beneplácito del afamado director. Se mantiene la idea de que los bloques interactúen entre sí chocando, explotando o de distintos modos gracias a los diferentes tipos que hay de ellos, pero adaptándolo a las posibilidades de los terminales compatibles con N-Gage.

Electronic Arts continúa desarrollando títulos para N-Gage, unas veces con más acierto, como es el juego que hoy nos ocupa, y otras con menos, como sucedió con FIFA 09. Sorprendió que se anunciase la salida en la plataforma de Nokia de un título como Boom Blox, que requiere de un Wiimando para controlarlo, siendo además uno de los principales factores que le daba calidad y frescura a su particular mecánica. Sin embargo, aquí está, Boom Blox para N-Gage, y se trata de uno de los títulos más divertidos que hemos visto hasta ahora en este servicio de descargas.

Obviamente, tal cual, era imposible adaptar Boom Blox a teléfonos móviles. En primer lugar, por potencia, y en segundo por la ausencia de un Wiimando, que aunque podría haber suplido, quizás, usando la cámara o los sensores de movimiento de algunos teléfonos, no se hubiera logrado en absoluto un resultado correcto. Por ello, tiene aún más valor esta nueva versión, ya que partiendo de los conceptos primarios que dieron lugar al original en la consola de Nintendo, han logrado sacar adelante un juego que funciona perfectamente en un terminal.

Bloques, haber hay, y lanzamiento de bolas para golpearlos también. Algo que ya no aparece, por ejemplo, son las tres dimensiones. Los gráficos son ciertamente poligonales, pero la perspectiva se ha situado en 2D, con una cámara casi fija, que sólo se desplaza ligeramente hacia donde movemos la mirilla. El estilo visual sí que se conserva idéntico, muy colorido y con diferentes ambientaciones, como el salvaje oeste o algo más tétrico, un cementerio con sus fantasmas. El apartado técnico es sólido y funciona fluido, fácil teniendo en cuenta lo poco que mueve, lo que no quita que siempre es interesante que el juego se mueva correctamente.

Las físicas fueron un elemento muy importante de Boom Blox y en esta entrega vuelve a suceder lo mismo, aunque ahora todo es más sencillo. Los bloques chocan unos con otros transfiriendo la fuerza que llevan y la gravedad actúa adecuadamente, cayendo en los ángulos que correspondan según desde dónde han recibido el impulso que los ha lanzado y su potencia. Lo que se le debe exigir, ni más ni menos. La precisión del punto de golpeo de la bola es algo mejorable, ya que hay veces que das en un punto determinado y no recibes la respuesta que esperabas.

Dependiendo de si alcanzas una pieza en una esquina, lateral o justo debajo, ésta salta en diagonal, se desplaza hacia un lado o salta en vertical respectivamente. Hay varios bloques especiales que podemos activar disparándoles. Por ejemplo, encontramos un cubo de hielo que se va agrietando según recibe daño, pudiendo destruirlo de un único impacto a máxima potencia. Similar es el fantasma, que desaparece simplemente con ser tocado, ya sea por una bola o por un bloque. Las bombas explotan con apenas rozarlas, existiendo una variación que incorpora temporizador.

Una especie de mocos verdes vienen por pares, puesto que si llegamos a juntarlos estallan. Los muelles hacen rebotar lo que cae en ellos y si lanzamos una bola al bloque que tengan encima éste salta. Los agujeros de teletransportación... bueno, es obvio lo que hacen. Conservan la dirección con la que entran los objetos en ellos para determinar de qué forma salen. Finalmente, hay algunos personajes, al igual que en la versión de Wii, aunque en esta ocasión tienen forma de simple recuadro y se mueven de un lado a otro. Tenemos que evitar que se caigan por un extremo, pues nos restan puntos.

Con estos elementos de partida se conforma el sistema de juego. El objetivo es expulsar del escenario los bloques puntuados, habiéndolos de uno y dos puntos. Para ello disponemos de bolas que podemos disparar para golpear bloques u otros artefactos de forma que los diferentes objetos del escenario interactúen entre sí. Lo más normal es, por ejemplo, explotar una bomba que lance por los aires una pieza y ésta acabe fuera de la pantalla, y a partir de ahí imaginad la cantidad de rompecabezas que se pueden construir con los ítems especiales que hemos mencionado antes.

Aparte de los personajes, que ya hemos mencionado, también hay piezas con una calavera dibujada que restan puntos si se caen por algún extremo, lo que complica la resolución de los puzles enormemente. En cada fase existen tres puntuaciones objetivo, bronce, plata y oro, siendo la primera imprescindible de alcanzar para seguir progresando. Lograr hacer todos en oro es un reto considerable para el que hay que devanarse mucho los sesos. En total hay X niveles, con dificultad claramente creciente, y cada poco vamos cambiando el entorno de fondo y añadimos bloques especiales.

El número de disparos es limitado, generalmente uno o dos como mucho, excepto en niveles muy concretos en los que contamos con otros tipo de piezas especiales que, si logramos echarlas del escenario, nos dan una bola extra. Por ello, normalmente hay una única forma de resolver los diferentes desafíos, aunque no siempre es así. De hecho, gracias al sistema de físicas implementado y la interacción entre los distintos elementos de cada escenario en ciertas ocasiones es posible lograr soluciones diferentes a las previstas por los desarrolladores afrontando los niveles desde otros puntos de vista.

Hay un total de 40 fases, lo que da una duración aceptable, aunque en línea con otros juegos de la actual N-Gage, bastante lejos de lo que podemos encontrar en una consola, incluso metiendo en la comparación a las portátiles. El punto negativo radica en que el completísimo editor de niveles no puede ser aprovechado como nos gustaría ya que no existe opción de compartir nuestras creaciones a través de N-Gage Arena ni por Bluetooth con un amigo. Si hubieran habilitado esta opción la duración casi podría calificarse de infinita, una auténtica lástima. Lo único que tenemos son clasificaciones.

Respecto al nivel técnico, el resultado final es bastante digno, con un estilo que inmediatamente nos recuerda al juego original de Wii. El motor gráfico no necesita realizar grandes esfuerzos para mostrar los pocos elementos que se ven en pantalla, dándole todo el peso al motor de físicas. Los efectos sonoros se integran de forma acorde con el apartado artístico desenfadado, al igual que la música. Es más, la banda sonora merece una mención específica pues existen cuidadas melodías para cada ambientación (desierto, lejano oeste, cementerio, tropical y bosque) con una reseñable calidad de audio.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.

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