Otra AG con héroe amnésico

Si bien PC sigue recibiendo religiosamente su dosis de aventuras gráficas, aunque de forma mucho menos publicitada que antaño durante la época dorada de los títulos de LucasArts, las demás plataformas domésticas pueden contar con los dedos de una mano los representantes del género. En Nintendo DS es donde más se prodigan, principalmente por la inclusión de la pantalla táctil y la facilidad de acceso que da, acercando a point ‘n' click clásico del ratón y teclado.

Another Code abrió una brecha que continuó con Hotel Dusk, o los divertidos Phoenix Wright de Capcom; posteriormente viejas glorias como Mist o, más recientemente, Siberia, han dado el salto de compatibles a la portátil de doble pantalla. The Last King of Africa es sin embargo savia nueva, un producto de nuevo cuño que llega a Nintendo DS avalado por una compañía novel pero con buenas intenciones y un manejo más que aceptable de los entornos gráficos.

Sin embargo hay un pequeño 'pero' que hace que el título no llegue a más, principalmente un problema referente a la zona táctil y que comentaremos más adelante. Para empezar, habría que hablar de la historia, un eje sobre el que se distinguen los grandes títulos del género de los que no tienen mucho más que contar. Mientras que en el primer grupo tendríamos sin dudarlo títulos como Sam and Max, en el segundo podrían encuadrarse todos aquellos cuyos puntos de partida no son ni especialmente originales ni cuentan con el suficiente interés como para atrapar al jugador.

The Last King of Africa podría pertenecer a este último grupo, si bien no por que esté mal escrito o narraod, sí por optar por el clásico argumento que se ha visto en novelas, películas y videojuegos desde el principio de los tiempos. Todo comienza cuando una mujer amnésica se despierta en un harem, para descubrir segundos después que junto a ella se encontraba un diario firmado por una tal 'Ann'. Así, asume ese nombre y nuestro primer objetivo en el título será hacerla huir de ahí y descubrir de quien se trata en realidad.

El desarrollo del juego no cambia con respecto a lo que viene siendo habitual en el género: controlamos al personaje haciendo click sobre la zona concreta del escenario a la que queremos que se dirija, en esta ocasión haciendo uso de la pantalla táctil, como es de esperar. Esta simple mecánica se ve perfectamente adaptada a la consola, así como todo lo demás que en un PC correspondería al ratón.

Lo que tampoco varía es la interacción con los demás personajes de la localización, así como el uso de numerosos objetos que nos permiten avanzar en la aventura y resolver los puzzles que nos sugieren. Este aspecto está especialmente cuidado, encontrando retos en todo momento y verdaderos rompecabezas dispuestos a ser superados incluso para hacer las cosas más sencillas. Por poner un ejemplo de los primeros 20 minutos de juego, la cosa comienza con Ann debiendo entregarle un pañuelo a uno de los personajes.

Una vez hecho esto el objetivo es claro: tenemos que salir de ahí a toda costa, pues el señor del harem elige a su preferida y la utiliza como le apetece a posteriori. Nuestra idea es llegar hasta su habitación y cuando esté distraído escapar. Por tanto, Ann debe ir a ver a la preferida del señor, hablar con ella y descubrir que tendrá que hacerse pasar por ella. Para ir intimando la preferida le pide tomar un baño, y aquí entramos nosotros: tendremos que hacer uso de todos los objetos de los que disponemos para regular una máquina de vapor y preparar el baño. Un mechero, un bote de aceite, un paño, etcétera, son suficientes para cumplir este primer objetivo.

Tras hacer esto tendremos que colarnos en su habitación. Aquí vuelve a haber otro puzzle, primero para entrar a la habitación, que está bloqueada con un código de los pomos, para recoger el vestido negro de la preferida y usarlo para que Ann se haga pasar por ella. Y por si no fuera suficiente, luego se pude usar su perfume para que el líder del harem no se percate del engaño.

Todo esto se hace en apenas 20 minutos, a lo que le siguen puzzles igual de originales y entretenidos. El problema llega cuando el stylus no funciona perfectamente y activa las cosas mal, o con retardo, o directamente no las activa. Y es que hay que presionar en el punto exacto de la pantalla para que por ejemplo un botón se active, algo que aún así no se aclara del todo con el botón Select, que ilumina la zona de acción más cercana.

Más allá de esto, todo lo referente al stylus está medianamente bien implementado, pero numerosas imperfecciones hacen que lo que debería ser un control accesible y automático se aleje de tal objetivo. Más allá de esto no encontramos ninguna innovación, pues sigue a rajatabla las reglas del género, si bien por esto previamente comentado no llega a mucho más.

Apartados técnicos
Gráficamente sí que es un juego bastante trabajado. Los modelados de los personajes están bien diseñados, con un buen número de polígonos y unas animaciones si bien no espectaculares, sí salvadas con cierto oficio. Lo mismo puede decirse de los efectos de luz y los escenarios, cuidados sin ningún tipo de duda.