[E3] Infinite Undiscovery, Impresiones

Entre el catálogo de videojuegos de rol de Square Enix durante este E3 han brillado con luz propia Final Fantasy XIII por su anuncio en Xbox 360 y The Last Remnant, pero también otra licencia de nuevo cuño, Infinite Undiscovery, que pudimos probar en el stand de la empresa japonesa.

Dentro del ‘booth' de Square Enix muchos entrábamos preguntando por Kingdom Hearts en algunas de sus futuras formas (portátiles o ‘nextgen'). Cuando recibíamos respuesta negativa de los responsables de prensa de la compañía, y  tras haber probado anteriormente sus juegos anunciados, lo lógico hubiera sido abandonar el puesto para seguir descubriendo el E3, pero allí esperaba un título que engatusaba a los periodistas uno tras otro; Infinite Undiscovery.

Este RPG de Square Enix estuvo jugable en Los Angeles, con una versión donde pudimos apreciar durante casi media hora el avanzado estado de desarrollo que presenta esta obra desarrollada por el equipo de tri-Ace, que cuenta con artista de la talla de Hiroshi Ogawa y que pretende remozar el curtido género del rol tradicional. Para ello, el juego toma como punto de partida un sistema de lucha abierto y dinámico, donde los menús pesados y complejos de antaño pasan a un segundo plano a favor de la acción.

En la demostración nos pusimos al control de un grupo de aventureros conformado por cuatro héroes del juego. Se trataban de los personajes Capell, Aya, Sigmund y Luka, cuatro héroes con estilos de lucha muy diferentes, como bien podía apreciarse en sus habilidades. Capell presentaba un enfoque más físico, algo así como un personaje de mayor resistencia capaz de soportar duros golpes mientras que el resto, desde la distancia, curan, lanzan hechizos o también atacan al rival.

¿Pero dónde está la novedad? Pues en que Infinite Undiscovery juega con un sistema de lucha que bien podría ser calificado de híbrido entre dos títulos relativamente cercanos en el tiempo de Square Enix: Final Fantasy XII y Kingdom Hearts 2. Del primero toma el dinamismo de los combates, que dejaron de ser por turnos para ofrecer un enfoque más cercano al tiempo real, a los juegos masivos. Del segundo la forma en que son seleccionadas las opciones, es decir, mediante combinación de botones.

Todo se desarrolla de forma rápida, sin pausas, mediante la pulsación de los botones del mando, en nuestro caso de Xbox 360. Mientras que con el ‘stick' izquierdo controlamos el movimiento de personaje líder de la ‘party' y con el derecho la cámara, que es libre y podemos reajustar automáticamente con el gatillo izquierdo, con el botón opuesto fijamos el blanco para que todo el grupo ataque al mismo objetivo. Hecho esto, basta con pulsar 'A' para atacar físicamente al rival, 'B' para hacer sonar la flauta -hechizos-, 'Y' para arengar a nuestros aliados  -decirles que corran en una dirección, por ejemplo- y 'X' para el golpe secundario. Si mantenemos pulsado el gatillo superior derecho aparecerá una ruleta con los nombres de los tres personajes restantes que nos permitirá seleccionar qué habilidad deben realizar.

Pulsando 'X' y 'A' de forma continuada lograremos, además, que el personaje realice combos especiales como si de un juego de lucha se tratase. Lo mismo sucede si mantenemos pulsado el botón 'A' durante los segundos requeridos. En nuestro caso, el líder inició una serie de ataques apoyándose en su espada que nos sirvieron para embestir al rival y mermarle suficientemente la vida. Huelga decir que desde el menú principal del juego es posible modificar libremente la configuración de los botones.

Con este control estándar pudimos desenvolvernos correctamente a lo largo de un escenario desértico, donde los cuatro personajes intentaban llegar al punto de destino, una especie de ciudad-templo. Y lo conseguimos. Aunque no sin acabar antes con criaturas como cactus gigantescos u otra flora de esta región. Ya al llegar a la ciudad, disfrutamos de una escena cinemática donde los personajes debatían sobre cómo cumplir el objetivo: acabar con todos los orbes mágicos para romper el escudo que impedía el acceso. Aquí tuvimos que seleccionar cuatro personajes para formar un nuevo grupo de ataque. En total, se espera que la versión final del título presente hasta 18 personajes seleccionables.

Proseguimos la demostración atacando a todos los enemigos de la zona. En vano, no obstante, pues como bien nos indicó uno de los responsables de comunicación de Square Enix, los soldados no cesarían de salir hasta que no acabásemos con los cristales mágicos. Haciendo caso al consejo del compañero asiático, nos pusimos manos a la obra y fuimos acabando poco a poco con los orbes situados a ras de suelo, los más accesibles para nuestro guerrero. Después sólo quedaban en pie los cristales situados en el aire, por lo que para acabar con ellos recurrimos a , quien tras seleccionar la acción mediante la ruleta mencionada anteriormente nos permitía disparar flechas contra el objetivo desde una perspectiva en tercera persona.

Gráficamente, lo que hemos podido ver de Infinite Undiscovery no sólo en esta demostración sino también en los anteriores trailers demuestra que Square Enix se mantiene en su línea estética habitual, con personajes que presentan un estilo claramente influenciado por el rol nipón puro y diseños de escenarios fantásticos, enmarcados dentro de una ambientación medieval.

Infinite Undiscovery está mucho más cerca de lo que podríamos creer, pues llegará a todos los mercados a comienzos del próximo mes de septiembre. Este RPG de Square Enix para Xbox 360 es una apuesta firme, algo que podemos certificar tras estas impresiones. Su sistema de lucha es entretenido, dinámico y accesible, por lo que nos deja un dulce sabor de boca. Esperemos que argumental y visualmente consiga mantener las tablas. Más en casi dos meses.