RTL Crash Time

Aunque Europa no destaca precisamente por ser una potencia mundial dentro del mundo del videojuego, hay países que sin embargo van aportando sus granitos de arena con notable frecuencia. Uno de ellos es sin lugar a dudas Alemania, que cuenta en su haber con numerosos estudios generalmente de mediano y pequeño tamaño pero que, entre bastante producto mediocre, uno puede llegar a encontrar interesantes e inesperados lanzamientos de vez en cuando.

Este no es necesariamente el caso de RTL Crash Time, basado en una popular serie por aquellos lares y llamada 'Alarm for Cobra 11', pero prácticamente desconocida aquí por el gran público, inclusive para este redactor que suscribe. Buscando información complementaria al respecto encontramos, sin embargo, que no es Crash Time el primer producto que refiere a la mencionada serie y la desarrolladora viene en teoría avalada por productos como World Racing y World Racing 2, aparecido también para la Xbox original.

Básicamente estamos ante un arcade de carreras, a caballo de lo que hoy hace muy bien 'Burnout' y lo que hizo maravillosamente en su día - y que solamente recordarán los más viejos del lugar - 'Chase H.Q.'. El problema principal, y por lo que RTL Crash Time seguramente pasará sin pena ni gloria por las estanterías de los comercios, es que no hace ninguna de las cosas que intenta hacer remarcablemente bien. Sí, entretiene en algunos casos, pero poco más.

Esta es la sensación principal que uno extrae tras horas a los mandos y tras gastar mucha paciencia, pues la primera versión que llegó a nuestras manos tenía profundos y severos problemas de frame-rate desde la misma introducción y también de estabilidad bajo Vista pero también en XP, con frecuentes cuelgues que obligaban a reiniciar los dos equipos sobre los que probamos el juego. Algunos de estos problemas se solventaron tras probar una segunda versión del juego, aunque esta vez en alemán.

No sería cierto afirmar que Alarm for Cobra 11 no tiene sus momentos, incluso con detalles particulares bastante bien cuidados que no pasaron desapercibidos. De hecho hubo algunos ratos que lo pasamos bien, pero también hubo muchos otros en los que pensamos que se podrían haber hecho mucho mejor las cosas. El aspecto gráfico y la Inteligencia Artificial en general rozan gran nivel con algunos matices, pero está claro que cabían en este producto más horas de trabajo de las que han puesto las 10 personas que forman el estudio de desarrollo.

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El juego de Synetic propone dividir la acción en dos tipos de juego diferenciados: uno consiste en una especie de modo 'historia' en el cual avanzamos por una especie de distintas misiones o casos en los que tendremos que cumplir una serie de objetivos. El otro es un más reconocible sistema de carreras clásicas; en cualquier caso, RTL Crash Time propone velocidades imposibles, físicas increíbles, deformaciones de vehículos volando por los aires y persecuciones por calles pobladas de tráfico.

Especialmente a altas resoluciones, Crash Time presenta muy buen aspecto a costa de una exagerada demanda de requisitos, no tanto de RAM o de procesador como de gráfica. A tope de resolución y con filtros a medio gas dejaba asfixiada una 8800 GT de 512 Mb, que pegaba tirones desde la pantalla de inicio al cambiar el video de fondo. Pero, eso sí, luce generosamente bien con multitud de detalles y reflejos en las carrocerías de los coches. En parado se notaba alguna sierra en los bordes, pero nada que una vez en marcha se le pueda achacar en demasía.

Excelente trabajo también en el ‘blur' cuando vamos muy deprisa, utilizando ese recurso de borrosidad que además ahora megas de carga poligonal. Y eso que más de un millón de triángulos están presentes en todo momento en pantalla, si bien la mayoría concentrados en los vehículos protagonistas. Algo curioso es que la sensación de velocidad nos pareció correcta para ser un juego tipo Gran Turismo, mientras que nos pareció algo escasa para aspirar a algo tipo Burnout.

Pero aunque el tema de la velocidad lo creemos insuficiente, la física con la que está dotado el juego sí nos pareció acertada, un motor que resulta una evolución del de World Racing 2. Pero no hablamos de la física en lo que se refiere a giros o movimientos bruscos, en este caso de tinte claramente arcade (que nadie espere una exacta distribución del peso en la frenada), sino cuando respecta a las colisiones que de buen seguro se van a producir.

La estrella son las deformaciones en tiempo real de los vehículos, que acaban siempre con rayotes por todas partes, sin retrovisores, con una puerta menos y sin capó, partidos por la mitad… Y eso es normal, porque cada vez que choquemos nuestro vehículo saltará por los aires dando varias vueltas de campana, si es que no es ese precisamente el objetivo de nuestra misión. El nivel de daños sufrido es más severo dependiendo del nivel de dificultad, pero siempre teniendo en cuenta multitud de factores empezando desde la zona original del impacto o los objetos que arrastremos por el camino.

El audio es el clásico apartado que no resulta nada del otro jueves. De hecho, a falta de comprobarlo efectivamente con la versión de calle, el juego nos presenta la posibilidad de instalarlo en inglés o en alemán y ninguna de las escasas voces como los subtítulos están en nuestro idioma. Por lo demás, el resto del apartado sonoro cumple con normalidad, sin nada destacable que merezca el hecho de mencionarse aquí para lo bueno o para lo malo excepto tal vez la posibilidad de utilizar nuestra propia selección de canciones.

Por ejemplo, y por eso citábamos al principio del análisis a Chase H.Q., en algunas ocasiones tendremos que alcanzar a un sospechoso que huye, tras una breve introducción en la que se nos trata de explicar el por qué estamos en la carretera. En otras solamente deberemos llegar desde A hasta B de la forma más rápida que podamos o tratando de alcanzar la máxima velocidad posible. Y, para variar un poco, hay veces que deberemos lanzarnos a una rampa para conseguir un salto lo más espectacular posible.

De estas pruebas las hay que están conseguidas con bastante acierto mientras que otras, especialmente en el nivel de dificultad más alto, son exageradamente despiadadas, incluso más que algunas medallas de oro de Burnout. Las mejores son, a nuestro gusto, cuando se conduce el APC. La sensación de invulnerabilidad con el tanque respecto a los otros vehículos, que simplemente salen despedidos o quedan aplastados bajo nuestro peso, es fenomenal. Es la clásica sensación que uno busca después de una dura jornada de trabajo en la oficina.

Como dijimos, la sensación de velocidad ni incluso con los bólidos más veloces es abrumadora, pudiendo esquivar el tráfico rodado sin demasiada dificultad… cuando el juego se porta de forma honesta. Decimos esto porque la impresión que da no es que los coches estén permanentemente en el mapa esperando a que lleguemos, sino que van siendo dibujados a medida que nosotros nos acercamos y eso, siempre a nuestro parecer, provoca que en algunas ocasiones nos encontremos vehículos que no es que no debieran estar ahí… es que no estaban ahí.

Pudiera ser que esa fuera la causa de los súbitos bajones de frames sufridos en algunos momentos, especialmente con una 7800 de 256 Mb, pero sumado a que no existe ningún punto en el que se pueda salvar la partida entre sub-misiones, perder una carrera por este motivo resulta un poco frustrante. De acuerdo que muchas veces podemos perder por muchas otras razones ligadas intrínsecamente a nuestra poca habilidad a los mandos, pero ninguna debería suceder por causas ajenas a nuestras propias acciones.

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RTL Crash Time se maneja relativamente fácil desde teclado, aunque es mejor utilizar un pad analógico para ello. En nuestro caso, un Logitech hizo las funciones sin tener que realizar modificación de ninguna clase. La sensación general fue relativamente buena, aunque los coches tienen cierta tendencia a quedarse pegados al suelo en las curvas cerradas y a volar por los aires en los choques, aunque nada a lo que uno no pueda acostumbrarse.

Una cosa que está bastante bien conseguida es el tema de la Inteligencia Artificial. Por ejemplo, cuando estamos persiguiendo a un sospechoso por el mapa difícilmente escoge la misma ruta que la vez anterior. Incluso para llegar a un mismo punto, nuestros adversarios parecen seleccionar aleatoriamente las opciones, cosa que hace que nos tengamos que mantener alerta impidiendo que acortemos distancias por saber el lugar al que se dirige.

Eso tiene mérito porque cada una de las dos grandes zonas que forman el mapeado están formadas por casi cien kilómetros de carretera cada una, y las posibilidades son muchas. Un poco erráticos en la conducción sí que se muestran los enemigos, pero solamente cuando se encuentran por delante de nosotros mientras que si van por detrás son incapaces de producir ni el más mínimo error. Eso provoca a veces la sensación de que el juego nos hace trampas, lo cual puede no gustar a todo el mundo.

Durante el desarrollo de las persecuciones y las carreras, cada vez que el juego considera que ha pasado algo reseñable se produce la 'repetición' de la jugada, momento que podemos ver desde otro ángulo el resultado de nuestra acción. Muchas veces sucede de forma involuntaria y otras veces que quisiéramos que funcionara no lo hace, pero ahí está. No cabe duda, pero, que cuando realmente observamos el resultado de hacer chocar un vehículo de la calle contra un tren que viene en dirección opuesta, el resultado es altamente satisfactorio.

Está ahí el verdadero jugo que se le puede sacar a RTL Alarm for Cobra 11 Crash Time, en esos choques espectaculares y en la deformación de todo el entorno cuando destruimos lo que está en la carretera. Lamentablemente, muchos de los objetos que encontramos no están sujetos a las mismas condiciones que los vehículos y tampoco encontraremos a nadie a quién podamos atropellar estilo Carmaggedon. Con el permiso de las autoridades pertinentes, una lástima.

El multiplayer se limita a la acción mediante pantalla partida, sin posibilidades (por lo menos en la versión PC) de acceder a ningún tipo de juego online, lo cual resulta extraño. De hecho, rara vez este redactor que suscribe ha jugado a pantalla partida en un ordenador (no así en el televisor) y sorprende que esta sea la única forma multijugador presente en el juego. En la prueba que hicimos, el nivel gráfico bajaba algunos enteros en beneficio del rendimiento, algo comprensible.

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