El Imperio en Guerra - Fuerzas de Corrupción, impresiones

Empire at War nos volvía a poner al mando de las dos grandes facciones: Alianza e Imperio, trazando nuestras propias tácticas de gestión de tropas y navíos por toda la Galaxia, protegiendo planetas importantes, controlando las producciones industriales,...Incluso nos daba acceso a personajes importantes que podían morir y así cambiar la historia clásica. Darth Vader podía ser eliminado en las primeras misiones, dejando al Imperio sin su mejor comandante, por ejemplo. Incluso el mismísimo Luke Skywalker a bordo de su Ala-X podía ser destruido en cualquier momento, sin que ello supusiese nunca el final del modo historia.

En esta expansión el protagonismo se centra en Tyber Zann, un personaje nacido en el universo expandido de la saga. La historia gira en torno a su fuga de las minas de Kessel, ayudado por su guardaespaldas Ura Fen y por el mismísimo Halcón Milenario bajo los mandos de Han y Chewie. Una vez libre, el objetivo es el nacimiento de un nuevo imperio criminal, el Consorcio Zann, que busca vengarse de sus enemigos y dominar las rutas comerciales y de contrabando. Como principal competidor por el control del mercado y enemigo mortal tendremos al propio Jabba The Hutt.

Con este planteamiento nace una expansión que intenta resucitar la estrategia del juego original. Para los jugadores más veteranos, Empire at War se quedaba cojo en muchos aspectos de estrategia. A las pocas semanas de jugar, el entorno se volvía repetitivo y llegaba a aburrir.

El modo multijugador ampliaba mucho la vida el título, permitiéndonos medir nuestras fuerzas y habilidad con jugadores de todo el mundo, pero experimentaba ciertos problemas técnicos.

Corrupción galáctica

Para conseguir el control total del hampa y nuestra venganza tendremos a nuestra disposición el mundo de los bajos fondos. La principal novedad y núcleo de la expansión es la llamada 'Corrupción', una nueva manera de conquistar planetas que nos dará acceso a sus recursos criminales. Para lograrlo debemos enviar un agente saboteador (nueva unidad) a una nueva zona que aparecerá en los planetas: 'corrupción'. Nuestro objetivo entonces será eliminar a las fuerzas 'leales' del mapa, de distinta manera.

Hay un total de ocho formas diferentes que elegiremos en función de nuestros planes. Las opciones de Piratería, Secuestro o Intimidación, nos sumergirán en una batalla táctica contra fuerzas leales que deberemos eliminar. En Piratería el objetivo será eliminar la nave comandante enemiga, y en Intimidación tendremos que aplastas a las fuerzas leales del gobierno de turno.

Tras cumplir la misión de corrupción, en función del modo elegido, obtendremos una serie de beneficios. Por ejemplo, 'Timar' hará que el planeta genere créditos rápidos para nosotros, 'Intimidar' anulará la habilidad especial del planeta para la facción que lo domine,… La estrategia primará en esta variedad de acciones que enriquecen de manera notable esta expansión.

En función de nuestros futuros planes comerciales, deberemos elegir con cuidado qué queremos de cada planeta, recordando que la corromper no es sinónimo de dominio de planeta. La facción que lo domine seguirá ostentando el control total de la órbita y la superficie.

Además de los beneficios propios de nuestras acciones directas, cada planeta corrupto formará parte de una red de comunicaciones subterránea. Podremos navegar por esta red sin ser detectados, alcanzando los puntos más débiles en el corazón de cualquier facción. Esta característica permitirá que el Consorcio Zann pueda estar presente en toda la Galaxia a pesar de contar con menos recursos que rebeldes e imperiales.

Del mismo modo, los bajos fondos nos abrirán las puertas a mercados negros donde comprar nuevas tecnologías, vehículos robados imperiales o gangas rebeldes. Así, nuestra flota y ejército estarán compuestos por una mezcla de facciones a la que debemos sumar las mejoras tecnológicas de combate, como por ejemplo los droides zumbadores, el enmascaramiento o las bombas de racimo.

Un planeta puede ser anulado y devuelto al orden mediante acciones enemigas. Entonces podremos volver a corromperlo, optando si lo deseamos por utilizar otro modo. Un mismo planeta ofrece muchas alternativas y multitud de recursos para explotar y experimentar. Influir en la estrategia galáctica de la otras facciones, entorpecer la producción enemiga, movernos sin ser detectados, debilitar defensas, aumentar costes de producción enemigos,….

En cuanto a las facciones del primer juego, se han añadido nuevos vehículos de combate rebeldes e imperiales, como Alas B, interceptores TIE o el Súper Destructor Imperial, de un tamaño similar a once Destructores Estelares. Esta enorme máquina de combate resulta espectacular en la pantalla, temible si está contra nosotros, y una belleza si está de nuestra parte. Veremos al Ejecutor, nave insignia de Darte Vader, o al Eclipse, proyecto contrabandista secreto que rivalizará con la mismísima Estrella de la Muerte.

El combate terrestre ha sido ampliado para dotarle de un mayor componente estratégico. Anteriormente sólo era posible decidir qué estructuras y unidades compondrían las defensas en la superficie. Ahora podremos decidir sus posiciones, aunque de manera muy encorsetada en puntos fijos. Es decir, un pelotón podrá situarse en cuatro partes distintas del mapa, a nuestra elección, y en ninguna más. Si los cuatro puntos están cubiertos, no podremos enviar más tropas a ese planeta. También podremos distribuir las defensas estáticas o móviles. Aunque este punto es una novedad, queda mermado por el encorsetamiento citado.

Fuerzas de la Corrupción contará también con trece nuevos planetas que incluyen la Ciudad de las nubes de Bespin, Mustafar, Kamino, Utapau, Mandalore o Felucia, entre otros. Cada planeta tendrá sus propias características que nos ayudarán o dificultarán la conquista y defensa. Por ejemplo, las esporas tóxicas de algunas plantas mermarán a nuestras tropas en pie.

En cuanto a la campaña principal, las nuevas misiones tendrán un aspecto más cinematográfico que hasta ahora. Deberemos lograr unos objetivos dentro del contexto de la historia, muchas veces con recursos limitados a modo de 'misión' clásica, recordando a Battlefront.

Los personajes principales volverán a tener habilidades especiales que les harán temibles. Desde Zann hasta nuevos héroes como Yoda, el Príncipe Xízor del Sol Negro o los caza recompensas Bossk e IG 88, de El Retorno del Jedi.

En cuanto al multijugador, las opciones de juego en la preview no difieren de las del original.

El motor gráfico es el mismo que el del juego original, sin mostrar novedades. Se cumple el proverbio de 'Si funciona, ¿para qué mejorarlo?', aunque quizá se hubiese agradecido alguna novedad en este aspecto. Acercarnos a la batalla, con la ruedecilla del ratón o las teclas, muestra un gran nivel gráfico y nos deleitará con momentos muy gratificantes, viendo cómo nuestros mercenarios aplastan al enemigo.

Aunque en la versión preview no hemos podido escuchar las voces finales del juego, que estarán mezcladas en inglés y castellano como en Empire At War, el aspecto sonoro es sobresaliente, como siempre. La banda sonora tiene muchísima fuerza y cumple con su cometido. Los efectos especiales no defraudan y nos harán meternos de lleno en la batalla.

Los puntos débiles vienen a ser los mismos que en el anterior.  Los combates espaciales, a pesar de ser gráficamente de lo mejor que se ha visto de Star Wars, no dejan de ser similares a los combates terrestres, con unidades que se deslizan por un falso espacio abierto. No obstante, la inmersión en el título nos hace olvidar en todo momento este detalle técnico. 

Fuerzas de la Corrupción es una poderosa expansión, con muchas novedades jugables, personajes, vehículos, y modificaciones que dejan mayor libertad en la planificación terrestre.