Espía a doble pantalla...

Tras realizar sus pinitos en las consolas domésticas y en N-Gage, el espía más famoso de la NSA nos narra su particular Teoría del Caos en una interesante aventura a doble pantalla pero con un cierto sabor a su última misión en la portátil de Nokia. Aun así, Touch Fisher!         

Sam Fisher se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en uno de los personajes más famosos del mundo de los videojuegos, desde mediados de 2002, época en la que Ubi Soft dio vida a las novelas del aclamado escritor Tom Clancy (Rainbow Six, Ghost Recon…) acerca de este carismático espía ficticio de la NSA. Las tres entregas que ha protagonizado en las consolas de 128 bits y PC sitúan a la saga Splinter Cell como una de las más atrayentes franquicias en el subgénero de las aventuras de espionaje, al mismo nivel, o incluso más en ciertos aspectos, que la licencia Metal Gear Solid.

Desgraciadamente, esta calidad se limita a los juegos de sobremesa, ya que la saga (que, como otras, ha aparecido en consolas portátiles) ha sufrido más penas que alegrías fuera de las televisiones. La primera conversión de Splinter Cell para Game Boy Advance cambió los entornos tridimensionales por una típica aventura en dos dimensiones donde también aparecían las sombras y artefactos (o comúnmente llamados 'gadgets'). N-Gage recibió, unos meses después, una adaptación del título de la portátil de Nintendo con gráficos mejorados y el sobrenombre de Team Stealth Action. En esta ocasión, los chicos de Gameloft (desarrolladora de todos y cada uno de los juegos de la saga para portátiles) tampoco supieron reflejar la gran aventura de Sam Fisher.

Tiempo después, unos veinte días antes de la aparición de Pandora Tomorrow, la segunda parte de Splinter Cell, Sam se aventuró en una nueva misión en GBA, que calcaba el desarrollo y los gráficos (ligeramente mejorados) de su debut. Debido a ciertos factores que no vienen al caso, Gameloft y Ubi Soft decidieron que la saga sólo apareciera en los teléfonos móviles, y así lo hizo con un total de seis títulos hasta el momento (Splinter Cell, una expansión de este, Pandora Tomorrow y Chaos Theory, así como dos adaptaciones en 3D de los dos últimos). Aunque al parecer esto se rompió con el nuevo conocimiento que había adquirido Gameloft en el desarrollo de Asphalt Urban GT 2, Rayman 3 y Marcel Desailly Pro Soccer en N-Gage.

A la par que las versiones domesticas, SC: Chaos Theory también aparecía para la portátil de Nokia mostrando al mundo de lo que era capaz esta y que pocos títulos habían conseguido mostrar: un digno espectáculo visual, una conseguida jugabilidad hilvanada con varios modos multijugador y una larga historia y todos los aspectos del homónimo juego para PS2, Xbox, GC y PC. Sólo pecaba de ciertas características bastante mejorables en el desarrollo de las misiones, así como de una música repetitiva y una inteligencia rival bastante pobre. Visto el éxito del regreso de Sam Fisher a N-Gage, Gameloft no se lo debió pensar mucho para llevarlo a la nueva portátil de dos pantallas de la Gran N. Y es que, a ciencia cierta, Splinter Cell: Chaos Theory en Nintendo DS supone más una adaptación del homónimo título de N-Gage con la jugabilidad que otorga la pantalla táctil que un juego desarrollado desde cero. Pasemos a comentar todos y cada uno de los aspectos del debut de Sam Fisher en NDS.

A lo largo de las ocho misiones que conforman el título, Sam tendrá que recorrer medio mundo buscando respuestas a las preguntas, conociendo a criminales a cual más peligroso, a enigmática bellezas como Anna Grimsdottir e impidiendo que simples teorías se conviertan en masacres de inocentes civiles.

Pero las esperanzas que cualquier seguidor de la saga (o de las aventuras de acción en tercera persona) hubiera tenido acerca de SC: CH desaparecen una vez que se pincha con el stylus en el título (que da paso a una imagen de Fisher en ambas pantallas), ya que, una vez en el menú del juego, algo pasa. Todo va más lento de lo que debería. Quizás se podría pensar que es un efecto pasajero y que sólo ocurre fuera del juego en si. Pero no, una vez que has elegido uno de los modos de juego te das cuenta que esto también pasa durante las misiones. Llega a ser tan bajo el framerate del mismo que en ciertas ocasiones se llegan a ver cortes con franjas negras entre imagen e imagen. Un punto que afectará a la jugabilidad y diversión del mismo en ocasiones esporádicas pero que no llega a ser molesto ciertamente.

Eso por no hablar de algunos momentos de clipping (cuando una parte de un personaje atraviesa un elemento del escenario), cortes enigmáticos en ciertos objetos, dientes de sierra ocasionales, falta de filtro de texturas y la comentada escasa velocidad del título que pasa enigmáticamente de los 50fps a los 20 en un instante. No obstante, los efectos de luz y la conseguida ambientación de que estamos en lugares muy oscuros consigue subir algunos aspectos de este apartado, aun notándose mucho 'deja vú' por el camino.

Música y sonido FX

Destaca sin lugar a dudas la banda sonora, con temas de las versiones de las consolas domesticas aunque ciertamente se repiten demasiado y se emiten con una relativa falta de volumen. Los efectos de sonido, tales como cuando Fisher se pone las gafas de visión o cuando los enemigos nos descubren son bastante notables, aunque sin llegar a destacar. A pesar de que la gran mayoría de las conversaciones son por escrito en la pantalla táctil, en momentos ocasionales, oímos voces digitalizadas de los guardias en perfecto ingles, aunque no es algo criticable.

Lo más importante para superar las ocho misiones del juego es actuar con sigilo, aunque también se pueden superar matando constantemente a los enemigos y dando la alarma cada dos por tres (eso sí, a los tres toques de alarma la NSA abortará la misión y vuelta a comenzar). Así pues, desde la más recóndita oscuridad podemos realizar las técnicas más sutiles para neutralizar la vigilancia y llegar a nuestro objetivo. Entre la gran variedad de acciones se sitúa el ir agazapado para, una vez cerca de la espalda del enemigo, pulsar el botón Y, agarrarle por el cuello e interrogarle, fracturárselo o incluso usarle como escudo humano. Si realizamos la primera opción, que no está disponible en todas las ocasiones, Sam soltará una de sus parrafadas habituales y el terrorista nos revelará algo de información importante, aunque también se puede sacar de ordenadores y de nuestro propio jefe, Lambert.

El nivel de alerta consta de dos tipos de aviso (Danger y Precaution) que suben o bajan dependiendo del nivel de atención que tengamos respecto a los enemigos. Aunque si llegamos a eliminar a uno de estos es muy recomendable arrastrarlo y llevarlo a una zona más oscura para que sus compañeros no le vean. Por otra parte, como nuestro objetivo es no ser vistos y ver a los enemigos, para la primera opción disponemos de una muy útil habilidad para colgarse por las tuberías, yendo por lugares de difícil acceso (aunque así no podemos disparar a los terroristas) y para la segunda algunas también muy valiosas, como escalar estanterías o parapetarse detrás de una esquina y observar sigilosamente, para después girar rápidamente y disparar.

Otra sutil forma de eliminar a los enemigos es a base de disparos, aunque es bastante frustrante debido a que la cámara nos suele dejar vendidos y reflejar las diferentes situaciones de una forma incorrecta, normalmente para dar más emoción y espectáculo a las mismas. Para modificarla contamos con la pantalla táctil que además de esta función realiza otras tantas gracias al Stylus. Estas van desde apuntar a los objetivos, alternar la visión de Fisher (del modo normal al nocturno: iluminando el camino, o al térmico: viendo el calor de los cuerpos) a resolver dos simples mini-juegos que aparecen al abrir algunas puertas. Estos últimos consisten simplemente en teclear unos códigos numéricos y en subir unas rendijas en las cerraduras, un uso que podría haber sido mucho más explotado. También nos sirve para alternar entre las diferentes armas y ver la información de las mismas con tan sólo girarlas. Al principio sólo contamos con una ametralladora de 40 balas y una pistola de otras 30, pero a medida que superamos las misiones se van sumando otras tantas como el cuchillo, las granadas de mano u otras armas blancas.

Aparte del modo historia contamos con varios modos multijugador que se pueden disfrutar entre cuarto personas, cada una con su propio cartucho. Existen dos modos diferentes, el Cooperativo, con las misiones 'Asalto a Shadownet' y 'Hacker de Shadownet' donde dos jugadores deben elegir que tipo de espías quieren ser y alternan sus habilidades para superarlas. El otro modo que le acompaña es el Enfrentamiento, que permite luchar en equipos de dos personas (mercenarios y hackers) en una misión donde los informáticos deben filtrar unos datos y los asiduos al gatillo fácil, acabar con una amenaza.