Viajamos hasta las oficinas centrales de Nintendo, en Kioto, para saber más acerca de los creadores de la nueva maravilla para Nintendo DS: Another Code. Sigue leyendo para enterarte de todo.
Kioto, capital histórica de Japón. Es lunes. Estoy en la habitación del hotel. Quedan menos de cinco minutos para tener que bajar al vestíbulo, donde me reuniré con el resto de periodistas. Han venido desde el Reino Unido (desde Londres, más concretamente) para entrevistar, como yo, al equipo creador de la última maravilla para Nintendo DS, 'Another Code'. La empresa, CING, está basada en Fukuoka, pero han venido expresamente a las oficinas de la casa madre, Nintendo, en Kioto. Nada más y nada menos que en Nintendo.
Rikku, protagonista de Another Code para Nintendo DS
Y eso es precisamente lo que mantiene ocupada mi mente estos últimos minutos de soledad antes de emprender el corto trayecto desde el hotel hasta las instalaciones de la compañía de Mario. Miles de imágenes y recuerdos toman mi pensamiento al asalto. Nunca he sido hombre, en el mundo de los videojuegos, de una sola máquina o de un solo sistema; ni siquiera de una filosofía o idea. No. Lo que pasa es que voy a pisar una especie de 'centro espiritual' de este mundillo. Nintendo para mí no ha sido ni mejor ni peor que otras compañías. Tiene sus virtudes y sus defectos. Como todas. Pero lo que siempre me ha apasionado de ella es que busca e investiga nuevos territorios en lo que se refiere al ocio digital. Quiere innovar. Y la mayoría de veces lo consigue. Y eso no lo puede negar nadie. Precisamente ese halo de innovación y riesgo es el que ahora adorna mis reflexiones. Veo pasar a Mario, Donkey Kong, Kirby, Link, Fox, y a un largo etcétera delante de mí. Y todos parecen decirme: 'ven, pasa, y diviértete'. ¿Estaré paranoico? No. Simplemente voy a Nintendo por primera vez. Y me hace mucha ilusión.
Vista de la ciudad de Kyoto, central de Nintendo
Por fin llega el momento, después de este pequeño inciso, de reunirme con mis colegas en el vestíbulo. Ya no hay marcha atrás. Partimos hacia Nintendo.
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Durante nuestro trayecto, mis colegas y yo entablamos conversación. Pero casi no presto atención a lo que se está diciendo dentro del taxi, e incluso noto cierta inercia en mis respuestas o comentarios. La verdad es que sigo con mis pensamientos acerca de esta visita, que para mí significa tanto. No voy a ver a Miyamoto ni a ningún pez gordo de la compañía, pero eso a mi me es igual. Estar ahí ya es suficiente. Por fin llegamos a Nintendo. El edificio me impresiona. No es que sea especialmente bonito, pero impresiona. Es un gran bloque blanco que se alza imponente delante de mí. La sobriedad del conjunto es lo que le da ese aspecto imponente, al menos bajo mi humilde parecer. Alzo mi mirada para tener más perspectiva y allí, en una de las esquinas del edificio, puedo leer el nombre mágico: 'Nintendo'. Una especie de 'This is Anfield', pero a la japonesa. Más que nada para saber dónde se encuentra uno. Y todo lo que eso significa. 'Recuerda dónde estás', parece decirme.
Another Code (Nintendo DS)
Nada más cruzar el umbral que separa la calle de los dominios de Nintendo, nos dirigimos hacia la caseta del guarda. Allí le indicamos que tenemos cita y aprovechamos para ver, con cierta envidia sana, cómo la decoración de la caseta está compuesta de Marios, Pikmins, y demás mitología Nintendera. Así creo que es más agradable trabajar.
Pasaporte Japón: Another Code
Entramos por fin en el edificio y allí nos hacen esperar en el vestíbulo, una enorme sala (de unos 200 metros cuadrados), toda de mármol, como gran parte del edificio. Supongo que el blanco de este material ha sido elegido a propósito, por su nobleza y durabilidad. Quién sabe. Sólo especulo. Me gusta, de todas maneras. El hecho de que casi esté vacío y que el blanco del mármol es semiembriagador, hace que por un momento me traslade a otros mundos. No sé por qué, pero pienso en Matrix. ¿Será el efecto que querían conseguir? Quién sabe.
Pasaporte Japón: Another Code
Sólo han pasado cinco minutos, pero a mí me han parecido cinco horas. El tiempo dentro de Matrix parece pasar más rápido. Vuelvo a la realidad, ya que nos recibe el jefe de relaciones públicas de Nintendo, que nos va a hacer de traductor. Es un hombre alto (un metro noventa y cinco, calculo yo), afable y, sobretodo, con un gran carisma. Se le nota a la legua que ha nacido para las relaciones públicas. En un más que correcto inglés nos invita a traspasar el umbral que nos llevará a una sala de reuniones.
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Another Code (Nintendo DS)
Una vez allí, después de un pequeño paseo, nos acomodamos en las sillas que rodean a una gran mesa de reuniones. Nos han preparado té y aperitivos japoneses. En una esquina de la estancia puedo observar una televisión panorámica con una DS de desarrollo encima. Parece que vamos a ver las imágenes del juego a lo grande. Me gusta la idea. Después de un pequeño discurso de bienvenida y de las tradicionales presentaciones, al más puro estilo japonés, pasamos a la acción. Ponen en marcha el juego. Efectivamente, el juego luce espléndidamente en la pantalla grande. Nos hacen una pequeña demostración de las bondades de Another Code. Pero no quiero destriparos el juego. Para eso está mi compañero, Ramón Méndez, que ha escrito un fantástico análisis acerca del mismo. Lo que sí que voy a comentar es la sucinta demostración.
Pasaporte Japón: Another Code
Mientras un ayudante del responsable de relaciones públicas juega, éste nos introduce en el juego. Es una aventura que intenta alejarse lo más posible de los convencionalismos de este género, aunque se mantiene en él. Se utiliza profusamente la dualidad de pantallas de la consola para moverse y explorar el mundo. La pantalla táctil sirve, cómo no, para investigar, para comunicarse y para realizar acciones, además de para navegar por el sistema de menús. Podemos ver claramente cómo apuntando a un objeto de la pantalla, éste se presenta delante nuestro ampliado y, a partir de aquí, podemos investigarlo de mil maneras con el lápiz. En la pantalla de usuario (nuestro centro de operaciones) podemos ordenar los objetos que vamos recogiendo, utilizarlos, consultar un mapa, etc.). Nos explica que el juego en sí es bastante profundo, y que el nivel de investigación al que podemos llegar nos sorprenderá. En la pantalla superior podemos ver cómo la protagonista se mueve en un entorno en tres dimensiones, a vista de pájaro.
Another Code (Nintendo DS)
Another Code (Nintendo DS)
Después de ver y oír la demostración, la verdad es que la sensación que se le queda a uno es la de que le dejen solo para echar una maratoniana partida. Hay demasiado que explorar, y el argumento es incitador. Y ahora, pasamos a la rueda de entrevistas. Por un extraño designio del azar, me toca en primer lugar. Creo que es mejor así, estarán más frescos. Y quizás la conversación sea más amena de este modo.
Pasaporte Japón: Another Code
Another Code (Nintendo DS)
Pasaporte Japón: Another Code
Pasaporte Japón: Another Code
Another Code (Nintendo DS)
Another Code (Nintendo DS)
Después de la entrevista, pasamos a la sesión fotográfica de rigor, que se tornó en sorpresa para éste que os escribe, al ser objeto de agasajo por parte de los entrevistados. Os cuento. Ellos, como ya he comentado, venían de Fukuoka. Y, ni cortos ni perezosos, me obsequiaron (también a mis compañeros ingleses) con una muestra de la artesanía de esa zona de Japón. Un juego de taza y platillo de té exquisitamente decorado a mano, y una figurita femenina, como de una niña, realizada en escayola y pintada delicadamente a mano. Pero ahí no quedó la cosa. La sorpresa la dejaban para el final. Una vez finalizada la ronda de entrevistas, volvimos a reunirnos en la sala del comienzo y allí ¡nos firmaron diseños originales de algunos personajes del juego! Les estoy muy agradecido, la verdad. Ellos no estaban obligados a hacerlo, pero lo hicieron. Pensando mal, uno puede decir, para sus adentros: 'esto es para que hable bien de ellos'. Pero conociendo a los japoneses, y viendo el juego, poco malo puedo pensar. De todas formas, y se mire por donde se mire, todo un detallazo por su parte. Podéis ver el momento de las firmas en las fotos que acompañan a este reportaje.
Pasaporte Japón: Another Code
Y llegó la hora de la despedida. Triste por partida doble. Me tenía que despedir de esta gente tan amable y con tantas cosas que decir; pero, sobretodo, me tenía que despedir de Nintendo. Había sido una experiencia corta, pero intensa, como se suele decir. Pero no era un 'Adiós', sino un 'Hasta luego'. Y eso me consolaba.
Pasaporte Japón: Another Code
Hasta pronto, chicos de Fukuoka. Hasta muy pronto, Nintendo.