Famicom Mini Vol. 9 - Bomberman (GameBoy)

El hombre-coloca-bombas ha vuelto. Y esta vez no es la mejor, ni la más impresionante, ni siquiera la más divertida. Pero sí es la más original y nostálgica, ya que fue la primera vez que Bomberman apareció, su nacimiento. El primer Bomberman de NES, vuelve intacto a GBA, en la serie Famicom Mini.

Super Nintendo, Game Boy, Nintendo 64, PC-Engine, Mega Drive, Saturn, PlayStation, Dreamcast, Game Cube, PC… y en casi todas ha protagonizado más de un juego, lo que hace una suma de más de 60 juegos.

En aquel año, concretamente el 12 de diciembre, por tan sólo 4.900 Yenes (lo que eran unas 6.000 pesetas de la época al cambio de entonces, o unos 35 Euros al cambio actual) cualquier japonés podía llevarse un cartucho lleno de jugabilidad a prueba de bombas.

Claro que en aquel entonces, la característica más destacada de la saga, el modo multijugador, todavía no estaba presente. Sólo una persona podía liarse a bombazos contra los malos de turno, y el modo para varios jugadores tendría que esperar hasta la versión de PC-Engine en 1990.

Pero esa primera entrega de NES, ese mítico y clásico juego que luego propició toda una saga, ha vuelto a la vida por obra y gracia de Nintendo, y su excelente idea de resucitar todos los clásicos de aquella época y de aquella máquina, y trasladarlos a Game Boy Advance, para deleite de los nostálgicos, y para descubrimiento de las presentes generaciones.

La idea se basaba en manejar a un robot que tiene la capacidad de poner bombas por un laberinto plagado de monstruos (bastante simpáticos). El objetivo es acabar con todos los monstruos y encontrar la salida antes de que se acabe el tiempo. La perspectiva utilizada era cenital, lo que permitía tener una buena visión del laberinto.

Las paredes del laberinto estaban compuestas por dos tipos de bloques, algunos podían ser destruidos con nuestras bombas, y otros no. Aunque la mecánica para poner bombas también tenía su tela. De entrada Bomberman sólo podía poner una bomba, que estallaba a los pocos segundos.

La onda expansiva elimina todo lo que pillaba por delante, incluso a Bomberman si no se apartaba. Y ahí estaba la gracia del asunto, ya que había que calcular el tiempo necesario para plantar una bomba que acabara con los enemigos, pero sin que nos eliminara a nosotros.

Todo un elemento estratégico que se veía aumentado con los potenciadores que aparecían al destruir algunas paredes del laberinto. Con ellos se podían poner más de una bomba a la vez, o aumentar la onda expansiva.

La animación era escasa, pero había… y además, la diversión era infinita. Ese fue el gran acierto de Hudson Soft; una compañía que empezó vendiendo radios en 1974, y que no sabía el gran paso que daba al comprometerse con Nintendo 10 años después, uno año antes de que apareciera este juego.

Luego llegó el modo multijugador, los gráficos más variados y en general los juegos de Super Nintendo que fueron los que lo hicieron tan famoso como es hoy, especialmente en occidente. Las partidas a 4 bandas con el multitap de Super eran un vicio que sólo podía igualar el también excelente Super Mario Kart.

Además, la versión para GBA incluye una interesante opción para multijugador. Hasta 4 amigos pueden liarse bombazos con el juego original, teniendo sólo un cartucho y el correspondiente cable link. Un detalle muy de agradecer.

Desde luego es casi imposible que lo veamos por estas tierras de manera oficial, sobre todo por dos motivos. La diferencia de precio con nuestros amigos nipones, y la diferencia sentimental entre nuestros países.

Jugar hoy en día a Bomberman puede ser aburrido para muchos jugones. Incluso puede que pocos aprecien el sabor añejo o que les traiga algún recuerdo. Pero los más veteranos, los que vivieron esa época y la recuerdan, no podrán evitar una lagrimilla al volver a esos laberintos grises y verdes.