ToeJam & Earl 3 (Xbox)

Sin duda, el juego ponía el chip de sonido de nuestras Megadrive a tope, con unas músicas psicodélicas, pero de calidad, y unas voces digitalizadas de una calidad nunca escuchada en una megadrive; destaca la voz del "tio de la ducha" cantando "fígaro, fígaro...", o a la señora de la cámara de fotos gritando "Say cheeeeeeeessssss" antes de dejarte medio ciego con el destello. El resto del hardware de la máquina no era menos utilizado, poniendo en pantalla unos enormes sprites y muchos colorines. Así se consiguió un juego muy bueno a niveles técnicos, que además era divertido y muy variado. Al menos al principio.

Es cierto que el juego proponía diversos minijuegos o pruebas, así como "misiones", que deberían alargar la vida del títitulo, pero la realidad es muy terca en ocasiones, y terminaba siendo cansino avanzar por unas plataformas enrevesadas, con una estética que pronto se hacía monótona, y con unos objetivos que se repetían sin cesar, en contra de lo que parecía al principio.

Básicamente se trataba de buscar a los térricolas que se habían colado en el planeta "Funk", y mediante diversos "Funk-chismes", como el "Funk-o-tron", enviarlos de vuelta a su casa.

Pues bien, la cuestión es que el juego que ahora se acerca a Europa, parece una actualización a las tres dimensiones de hoy día de aquel segundo juego en Megadrive; por supuesto los gráficos son ahora tridimiensionales, pero los colorines, los terricolas molestando, las músicas, los efectos, los bonus, y demás panafernalia del juego mantienen la estética y las bases jugables de aquel juego.

En ToeJam and Earl III: Mission To Earth, la acción vuelve a nuestro azul planeta, dado que ToeJam, Big Earl y una nueva invitada Latisha, se embarcan rumbo a la Tierra para recuperar los "Doce Álbumes Sagrados" robados por los terrícolas, para devolvérselos a su legítimo dueño, el no menos sagrado Funkopotamus, también conocido con el alias de Lamont. Aquellos que hayais jugado a los anteriores juegos le conoceréis de sobra por su aparición en la segunda entrega de la saga.

Podemos afirmar que la historia es de lo más típico: "Me ha robado algo. Salgo disparado a recuperarlo", presente, entre muchos otros,  en los Wario, o en los últimos Donkey Kong. En fin, nadie se esperaba un guión consistente en este juego, pero podrían habernos sorprendido. No es que sea demasiado importante en este tipo de juegos, pero una buena historia suele mejorar los juegos.

Como en su antecesor el número de niveles del juego es bastante extenso, veinticinco mundos para explorar, a los cuales se accede por diversas puertas. Para poder abrir cada puerta serán necesarias las llaves de la misma, que obviamente se encuentran repartidas por todo el escenario. Asímismo en cada mundo, y a través de algunas de esas puertas, accederemos a niveles bonus, o minijuegos, que le dan variedad al desarrollo. Dado que el número de puertas es bastante elevado, y que en muchas son necesarias varias llaves, se ofrece una señal que avisa de que el acceso a la puerta se ha conseguido.

Para aumentar aún más las posibilidades se han añadido vehículos, como las Alas de Ícaro, para movernos con mayores facilidades en ciertos momentos. También se mantiene el minijuego de la música, que consiste en repetir los ritmos que saca de su bateria un músico callejero. Es algo parecido al Simon, pero con sentido del ritmo. Asímismo se han mantenido las misiones de bonus accesibles desde algunas de las puertas, que en vez de llevarnos a otro nivel nos llevan a un juego, normalmente con límite de tiempo.

Parece que las novedades son pocas en el terreno jugable, pero ¿qué pasa a nivel técnico?, pues vaya, pasar de Megadrive a Xbox no es poco, por lo que tendremos unos fantásticos gráficos tridimensionales, con gran cantidad de texturas y mucho colorido, asi como unos personajes muy bien diseñados y animados. Además parece que la cámara podría ser de las mejores del género, con efectos tan poco frecuentes como útiles: cuando algo tapa la vista se vuelve invisible, o que podemos rotar la cámara a nuestro antojo, además de poder alejar y acercar la imagen según nuestros gustos y el momento.Todo ello a una velocidad constante, sin bajones, y con una suavidad perfecta. Parece que se ha aprovechado la consola, y quizás el hecho de que sea exclusivo ayude mucho, para darnos lo que buscamos, a nivel técnico, en una consola como Xbox.

La música te gustará, o no la soportarás, dependiendo de tus gustos musicales, y más exactamente de los ritmos Funk del juego, ya que todo es Funk (esa es la esencia de los personajes, minijuegos  y de todo lo demás). Cuando tengamos la versión final, podremos opinar en conjunto, pero probablemente siga la estela, como el resto del juego, de los capítulos anteriores. Eso si, mejor que se suavice la vena psicodélica de la segunda parte, a favor de algo más "comercial". En cuanto a las voces, no sabemos el nivel de localización que llegará a España, si se doblarán, se subtitularán o ambas cosas a la vez. En principio se doble o no se doble el juego, parece imprescindible que se subtitule, aunque sea en inglés, para que las personas con problemas de audición puedan seguir el juego sin mayor problema. Esto es algo muy importante para estas personas y pocas veces se tiene en cuenta.

En fin, un juego que promete, pero que parece una evolución demasiado directa de un juego de dos generaciones atrás, algo que se podría convertir en un lastre demasiado pesado, pues ya sus hermanos mayores pecaban de cierta monotoneidad. Y mis reservas se ven acentuadas por la aparente incapacidad de Sega de crear juegos rompedores en ninguna consola que no sea suya. Parece que les cueste adaptarse a su nuevo rol, pues no dejan de llegar muchos juegos mediocres, algunos notables, pero pocos sobresalientes de la compañía que nos ha hecho pasar tan buenos ratos en sus propias consolas.