Outlaw Golf, el primer juego que edita Simon & Schuster para Xbox, sin duda dará mucho que hablar en su inminente lanzamiento, en especial por sus excepcionales y únicos personajes que van desde un excéntrico asesino hasta un imitador de Eminem.
Outlaw Golf, el primer juego que edita Simon & Schuster para Xbox, sin duda dará mucho que hablar en su inminente lanzamiento, en especial por sus excepcionales y únicos personajes que van desde un excéntrico asesino hasta un imitador de Eminem. 'Pars', 'eagles' y 'bogeys', jerga típica del golf que hasta ahora desconocíamos, será habitual en nuestro vocabulario a partir de este momento.
Outlaw Golf (Xbox)
Outlaw Golf es una visión insolente de un deporte para los más pudientes. En serio, ¿cuántos podéis permitiros el lujo de alquilar una pista e ir a dar unos golpes con los amigos? Apostamos a que muy pocos. Además, no deja de ser cierto que este tipo de programas gustan tanto a los amantes del deporte como a los que más bien lo ignoran. Los usuarios de PlayStation alardean de Hot Shots Golf y, de hecho, la tercera entrega ya ha vendido más de un millón de unidades en Japón, para que os hagáis una idea de cuan populares son estos juegos.
Outlaw Golf (Xbox)
Nintendo tampoco se queda atrás y Camelot Software Planning (los creadores de los primeros Hot Shots o Everybody Golf, como se le conoce en el país del sol naciente) ha conseguido hacer de Mario Golf todo un referente: tiros adornados como si fueran fuegos artificiales, simulación equilibrada, infinidad de opciones y personajes carismáticos son sus principales señas de identidad. Entonces, ¿puede Outlaw Golf hacerse un hueco en este difícil mercado? Sin duda.
Outlaw Golf (Xbox)
Outlaw Golf (Xbox)
Outlaw Golf (Xbox)
Outlaw Golf (Xbox)
Outlaw Golf (Xbox)
Ésta no es la única característica en cuanto al control que habrá que tener en cuenta. Para poder lanzar la pelota tendremos que usar únicamente la palanca izquierda, desplazándola hacia atrás y empujando con energía hacia adelante. Este sistema, bastante parecido a Virtua Golf de SEGA, servirá para los golpes largos, y evidentemente en los cortos tendremos que racionar nuestra fuerza y hacer toques más sutiles. Si movemos el stick hacia los lados, la bola se desviará dependiendo de que dirección le hayamos dado. No reviste demasiada dificultad, vamos, y encima cuenta con un completo tutorial hablado (aunque en perfecto inglés. Esperemos que cuando llegue lo traduzcan a nuestra lengua vernácula) para que puedas familiarizarte con él.
Outlaw Golf (Xbox)
Dentro del 'green', que es la zona con la hierba segada para que la pelota fluya con más rapidez, la cámara permitirá realizar todo tipo de giros para que podamos lanzar con precisión. Desde esta perspectiva aparecerá una malla en el suelo a fin de que podamos apreciar el relieve y no nos llevemos ninguna sorpresa cuando se nos cambie la trayectoria por un desnivel.
Outlaw Golf (Xbox)
Asimismo, ofrecerá varios modos de juego aparte de la opción principal, Match Day, y un training tutelado por voz. En Best Ball trataremos de hacer golpes lo más acertados posibles para que nos bonifiquen del mejor modo, y en Time Attack tendremos que completar una serie de hoyos en el menor tiempo posible, siempre intentando no fracasar en el intento. Dicho de otro modo, además de tener que ir echando leches deberemos acabar bajo 'par'. Más difícil, imposible.
Outlaw Golf (Xbox)
Outlaw Golf (Xbox)
Ya dentro del campo, vemos como todo el público está compuesto por figuras poligonales, nada de molestos bitmaps que no hacían más que estorbar. Además de esto, cuando la cámara mira a contraluz para captar el movimiento de la pelota, un rayo de sol caerá en picado sobre la cámara y quedaremos cegados durante unos instantes. Tiene muchos más detalles, como aviones que vuelan temerariamente cerca del campo o efectos de luz que aparecen súbitamente si conseguimos un buen hoyo (esto es, golpes bajo 'par'). Una vez lo hemos hecho, el jugador que tengamos en nuestro poder se marcará una celebración con su 'caddy', que no estará demasiado por la labor, y puede acabar nuevamente herido con nuestro exceso de euforia.