007: Agent under fire (PlayStation 2)

Reconocemos que convertirse en un marine, armarse con un buen bazuca, correr entre pasillos claustrofóbicos y dejar achicharrados a un tropel de alienígenas es bastante divertido. Pero de vez en cuando preferimos tomárnoslo todo con un poco más de calma. ¿Qué se ha hecho de aquello de infiltrarse en unas oficinas y robar un par de planos? ¿Porqué no desactivar una alarma y penetrar bajo los sistemas de seguridad más efectivos del planeta?.

De esa idea surgió 007 Goldeneye, título del que todavía hoy resuenan sus balazos al género del shoot'em up. En aquellos tiempos, allá por el 1997, los juegos de acción estaban comenzando a saturarse de las mismas propuestas disfrazados en nuevos motores gráficos, alguna que otra arma y personajes a cual más variopinto. Eran tiempos en que Quake brillaba con luz propia, en que Unreal ya despuntaba en el horizonte y Descent, era precisamente uno de los títulos que preocupaban a los amantes de dicho estilo de juego.

Bajo influencias británicas.

Por ello Rare prefirió darle una vuelta de tuerca. La primera fase ya era apoteósica. Una presa, un par de guardias, torretas de vigilancia y un laboratorio. ¿Tú que harías? Muy fácil, instalar una bomba en la base de la presa, no sin antes protegerte con un antibalas indestructible, coger un lanzallamas, patear como un desesperado maldiciendo a toda la família de tus enemigos y pulsando el gatillo indiscriminadamente.

Pues no, justo todo lo contrario. Una pistola Walter PPK con silenciador, caminando al tiempo que tanteas la pared y echando un vistazo cada dos por tres por si algún soldado pasa por ahí mientras hace guardia. Eliminando a los rusos -que casualidad que siempre son los malos- con total discreción, situándose cerca de un camión para franquear las alarmas, inmiscuirse entre los propios enemigos, activar una sonda por satélite y lanzarse haciendo puenting por la presa. Acababas con el pulso de un vejestorio.

Visto el éxito y la aceptación -memorable cuando Spielberg le preguntaba a Brosnan como terminar la fase del tren-, EA, ahora la third party más poderosa del mundo, decidió tomar cartas en el asunto adquiriendo la licencia y privando a la gente de Twycross de una secuela. Así, su primer paso fue editar Tomorrow Never Dies única y exclusivamente a PSX, una consola que estaba viviendo sus momentos más gloriosos desde su creación.

La idea era muy sencilla: se intentó captar la esencia de Goldeneye, se sacaron de la manga algunas secciones que lo alejaban del clásico planteamiento subjetivo y lo vendieron como la verdadera secuela de aquella obra de arte. Lo cierto es que, pese a su apariencia, el resultado no llegó ni por asomo a lo que pudimos ver escasos dos años antes.

Los cambios de mecánica dentro de la misma aventura hacían perder el oremus al jugador y solo un entorno gráfico aceptable y alguna genialidad en las misiones evitaron que se ahogara en su propia mediocridad.

¿Solución? Probar una vez más con el agente del MI6 pero esta vez sin extrañas filigranas. Una copia de Goldeneye, y punto. Y como tantas y tantas veces se ha tildado a The World is Not Enough, de no aportar nada nuevo, de ser un refrito de la obra de Rare, con un engine actualizado y un multiplayer defectuoso. Pero los que salieron más mal parados fueron los usuarios de PS One, cuya versión cuenta con tan solo 10 niveles -14 en Nintendo 64- y carece de opción para varios jugadores.

Aun así, triplica en calidad al resultado del Mañana Nunca Muere, y ese ha sido el acicate que ha conducido a Electronic Arts ha jubilar el último filme de James Bond para improvisar algo absolutamente nuevo para la vertical de SONY. Con lo cual surgen nuevas preguntas: ¿Hay muchas diferencias con respecto a su antecesor? ¿Se han mantenido algunos objetivos? ¿Y el motor gráfico, es el mismo? ¿Incluirán esta vez el tema principal de la banda sonora de los largometrajes?.

Una nueva era para una nueva consola.

James Bond in... Agent Under Fire parte del intento frustrado de Electronic Arts al trabajar con el motor de Quake 3 Revolution. Sus constantes tira y afloja la obligaron a postergar en exceso a The World is Not Enough, y es por eso que, tras muchas conversaciones con Metro Goldwyn Meyer, han rehecho el guión y han ideado un juego que sigue las mismas pautas que el personaje creado por Ian Fleming: viajes por todo el mundo, acción por doquier, chicas a punta pala y enemigos ultra resistentes.

De hecho, los productores del título que nos atañe se sienten tan satisfechos por la trama argumental que desde que comenzaron a tirar hacía adelante el proyecto han preferido mantenerlo en secreto. John Horsley, uno de los máximos responsables, asegura que 'ofrece numerosas sorpresas y situaciones impredecibles que intensifican la experiencia del jugador'.

Chapado a la antigua.

Pero en este largo camino de dar nuevos aires a James Bond sin perder su esencia, por supuesto, estará acompañado por sus característicos gadgets, de los cuales destacaríamos un reloj capaz de lanzar un gancho contra el techo, rayos láser, adormecer a los guardias con un impulso eléctrico y hasta decir la hora sin inmutarse. Además, claro está, de las armas típicas que han acompañado al petulante agente secreto de la MI6: lanzagranadas, una amplia variedad de pistolas, ametralladoras, cuchillos, recortadas, escopetas, etc.

Aunque hay más cosas que no cambiarán nunca. Volverán a aparecer en la aventura Q y R, la directora y el ingeniero del MI6 respectivamente. Este último, interpretado por el humorista John Cleese en la gran pantalla, será uno de los colaboradores que ceda su voz en el doblaje del juego, aspecto que le dotará de mayor realismo. No en balde, no será el único que preste todas sus cualidades como actor a la hora de doblar a los personajes poligonales que surgen a cada acto, pues EA ha llegado a un acuerdo con MGM Interactive para que intervengan en todo momento profesionales en cada secuencia animada, donde se dan cita los diálogos de este Agent Under Fire.

Por supuesto, es un claro indicio de que una de las ausencias más sonadas de la anterior versión -y nunca mejor dicho-, el tema principal de la Banda Sonora Original, no será trasladada a la 128 Bits. Pero detrás hay un consagrado músico de la era de los 8 Bits, David Whitaker, quien ya demostró de sobras su contrastada calidad en TWINE o en Swiv, un legendario matamarcianos de Amiga.

El mundo no es suficiente.

En suma habrá un total de 12 grandes misiones que cumplir, pero no todas ellas seguirán la tónica de la acción subjetiva, sino que 4 transcurrirán de una forma radicalmente distinta. Las primeras, que digamos son el motor que hacen funcionar al título, tendrán, como siempre, altas dosis de sigilo, que nos invitará a explorar países como Turquía, China o Gran Bretaña, haciendo tratos con banqueros, robando y fotografiando documentos vitales para el servicio de espionaje de la reina de Inglaterra, infiltrandose complejos indústriales.

Empero, lo que más nos ha sorprendido es la intervención en las 4 fases restantes de la filial canadiense de Electronic Arts, puesto que su experiencia con el simulador automovilístico Need for Speed ha sido básica para el buen funcionamiento de cada una de ellas. Como habrás adivinado, tendremos como principal objetivo recorrérnos lujosas áreas metropolitanas a bordo de los bólidos que ha conducido el agente secreto en todos sus filmes.

Es decir, el BMW Z8, de reciente aparición, el Z3, el Aston Martin DB5 o un nuevo modelo, el BMW 750 iL, así como un pequeño tranvía que circula dentro de una base marina, y un tanque. Lo del tanque no es precisamente una novedad. Lo pudimos ver en Goldeneye, cuando debíamos evitar no causar demasiado escándalo por los carrerones de St. Petesburgo. Aquí es justo lo contrario. Con el cañón deberemos destrozar a diestro y siniestro todo lo que se nos ponga por delante, pisoteando coches, eliminando a soldados y cargándonos el inmueble sin ningún tipo de remordimiento. Una vez te hayas vuelto a centrar en los disparos, la acción cambiará nuevamente, pero esta vez en persecuciones sin ley entre autovías infestadas de coches, transeúntes, restaurantes del postín, hoteles de lujo, señales de tráfico y hasta tipos que se esconden esperando a que pases muy cerca de su posición con tu automóvil para agujerearte el capó.

Pero para momentos trepidantes de verdad, el nivel en que bajamos el techo del cabriolet BMW 750 y, como si se tratara de la visión en primera persona, nos ponemos a vacíar el cargador contra todo aquel que nos mire de reojo. Controlamos con la cruceta la dirección del coche y con el stick el punto de mira del arma. Sensacional.

Solucionando los errores del pasado.

The World is Not Enough, como hemos dicho con anterioridad, acusaba de un multiplayer definitivamente enervado por la escasa IA de los bots y por el diseño de unas arenas un tanto desconcertante. En esta ocasión dispondremos de 12 escenarios en los que batirnos a un duelo a muerte, con una infinidad de opciones configurables en todo momento -tipos de arma, dureza de los enemigos, modos de juego, etc.- y lo mejor de todo, aceptará hasta cuatro usuarios a pantalla partida.

Gráficamente hay poco más por decir. Ya sabemos que nos encontramos ante un engine 3D ciertamente espectacular -o dos-, pero realmente sentiréis su poder cuando veáis como transcurren todos los tiroteos a una tasa constante de 60 cuadros por segundo -incluyendo en el multijugador-, y con escenarios amplísimos, que nos llevarán a paisajes propios de algunas de las ciudades más importantes del mundo.

También podremos dejar nuestra propia huella en todas las texturas, agujereándola con las balas, haciendo explosionar alguna mina de tiempo o salpicándola con la sangre de alguien que desafortunadamente intentaba plantarnos cara.

Bond, James Bond, asaltará PS2 el 21 de noviembre.

Electronic Arts se ha tomado todo el tiempo del mundo. Evidentemente TWINE ya comenzaba a apolillarse entre tanta diferencia en cada una de las versiones y haber decidido finalmente por hacer borrón y cuenta nueva casi que es un alivio para los seguidores de los arcades en primera persona.