Samba de Amigo (Dreamcast)

A primera vista lo que más que destaca del juego es su originalidad. Hasta ahora habíamos visto muchos simuladores musicales, pero ninguno tan novedoso como éste. Todo esto alcanza su máxima expresión en las maracas que podremos adquirir para sacarle todo el partido al título. Sin embargo, lo que posiblemente sea la mayor baza de Samba de Amigo, se convierte en un arma de doble filo, ya que el precio de uno de los juegos de maracas es astronómico(80 dólares, que al cambio sale por unas 15000 ptas).

El periférico en cuestión se compone, como habréis adivinado, de unas maracas y de un soporte sobre el que estaremos mientras juguemos, cuya función no es otra que detectar la altura a la que zarandeemos las maracas. La otra posibilidad que tenemos es usar el pad. En teoría esto sería como jugar al House of the Dead 2 sin pistola o a un Street Fighter sin un Arcade Stick, pero en la práctica se hace más imprescindible que nunca hacerse con las maracas si de verdad queréis aprovechar Samba de Amigo.

Los gráficos estarán en el altísimo nivel de cualquier trabajo de Yuji Naka y su Sonic Team. Los personajes son grandes y se mueven con mucha fluidez. Los fondos irán variando en el transcurso de la partida según lo estemos haciendo. Así, si somos unos monstruos con las maracas comenzarán a aparecer vistosos colores que se irán transformando mientras Amigo disfruta como un niño al son de la música. Por el contrario si somos unos manazas el fondo se llenará de tonos oscuros y tristes y Amigo lo pasará muy mal. Todo esto a 60fps y sin el mínimo atisbo de ralentizaciones. Una auténtica delicia visual.

La mecánica del juego es bien sencilla. Al contrario que otros títulos como Space Channel 5 no tendremos que repetir los movimientos al estilo Simon, sino que habrá que seguir las instrucciones instantáneamente. El objetivo es poner las maracas a una de las tres alturas posibles y moverlas todo lo posible. Al principio puede resultar un poco complicado si nunca habéis usado unas maracas, pero después de diez minutos ya veréis como andáis dando "maracazos" sin parar.

Como recordaréis Samba de Amigo viene directamente de la recreativa, por lo que nos temíamos que se nos pudiera hacer corto (no sería la primera vez que ocurre). Por fortuna para nosotros no es así y el juego viene cargadito de modos. Aquí tenéis una descripción de los mismos:

Arcade: Todo lo que tenemos que hacer es escoger una canción y el nivel de dificultad que nos apetezca. Tocaremos entonces la canción y al final según el número de notas que hayamos hecho bien obtendremos una puntuación (A lo más alto y F lo más bajo).

Original: Es idéntico al Arcade pero nos da la opción de acceder directamente a todo el repertorio musical.

Batalla: Es el modo más divertido de todos. Consiste en un pique a dos jugadores, cada uno con su barra de energía y con bombas. Según lo bien que lo hagamos dañaremos más o menos al otro y así gana el que quede en pie.

Modo del Amor: También para dos jugadores. Aquí se juega con el fin de hallar la "compatibilidad amorosa" de ambos jugadores.

Entrenamiento: Similar al arcade pero con la función de permitirnos mejorar nuestro ritmo con las maracas.

Minijuegos: Por último tendremos acceso a una serie de divertidos jueguecillos que nos ayudarán también a mejorar mientras pasamos el rato.

Además de estos temas, que no son pocos, SEGA tiene guardado un as en la manga pues dispondremos de la posibilidad de descargar de la página de Sonic Team temas clásicos ya en el mundo de los videojuegos que a buen seguro incrementarán la duración de Samba de Amigo. Estas son algunas de las melodías que estarán disponibles:

Para la publicación de este avance faltará muy poco para que el juego salga en Estados Unidos si es que aún no ha salido. La llegada de Amigo a tierras hispanas será probablemente a comienzos de 2001, aunque quién sabe si SEGA hará el esfuerzo de traerlo antes para no perderse la campaña de Navidad. Ojalá sea así y ojalá venga un poquito más barato porque si no resultará casi imposible comprarse el juego con un par de sets de maracas, algo que a buen seguro tiene que ser alucinante.