Un unicornio llamado Ohtani: ¿la mejor actuación de la historia del deporte?

En los 122 años de historia de la Major League Baseball (MLB), solo 12 jugadores habían logrado tres home runs en un partido de playoffs. En los 122 años de historia de la MLB, apenas 26 pitchers habían finalizado un encuentro de postemporada con 10 eliminados, ninguna carrera permitida y dos o menos hits concedidos. Hasta hace unas horas, nunca jamás un solo jugador había logrado estas dos cosas en partidos diferentes a lo largo de su carrera. En la madrugada del viernes al sábado, Shohei Ohtani logró ambas proezas en un mismo duelo. El japonés de 31 años, un elegido por los dioses, una rara avis que batea como el cañonero más letal y también pitchea como el francotirador más preciso, protagonizó una de las mejores actuaciones individuales de la historia del deporte para que sus Los Angeles Dodgers batiesen por 5-1 a los Milwaukee Brewers, pusiesen el 4-0 en la eliminatoria y accediesen por segundo año consecutivo a las Series Mundiales, las finales de la liga en las que defenderán el anillo que consiguieron el año pasado.

“No es por exagerar... pero este podría ser el mejor partido de béisbol que alguien haya jugado jamás”, decía Derek Carr, exquarterback de la NFL, en su cuenta de X, tan solo uno de los millones de aficionados que asistieron ojipláticos a la exhibición del unicornio japonés. “Debe ser una de las mejores actuaciones deportivas de la historia. Nunca había visto nada parecido a Shohei”, escribía J.J. Watt, también exjugador de la NFL y ahora copropietario del Espanyol. Los propios compañeros de Ohtani solo fueron capaces de llevarse las manos a la cabeza después del tercer home run del nipón, tres veces MVP y que no hace más que progresar en su camino a ser uno de los mejores deportistas de la historia. Para quien no pueda comprender del todo lo que supone que alguien haga tres jonrones y 10 strikeouts en un solo partido, dos tareas muy distintas y que no hace prácticamente nunca un mismo jugador (a excepción de Ohtani, el único en la actualidad que batea y también pitchea), es como si un futbolista anota un hat-trick y, además, para un par de penaltis en unas semifinales de Champions League. Porque el escenario en el que lo hizo el de Misuzawa no fue uno cualquiera.

Como no podía ser de otra manera, Shohei fue elegido MVP de las Championship Series de la Liga Nacional, las finales de conferencia en la que los Dodgers barrieron a los Brewers en cuatro encuentros. Para cerrar la eliminatoria, el japonés fue elegido como pitcher titular, y con lanzamientos cercanos a las 100 millas por hora (160 km/h) dominó durante las seis entradas en las que lanzó. Tan solo permitió dos impactos de los rivales y tres bases por bolas, y por el camino se apuntó 10 strikeouts (que es cuando se elimina a un jugador con un tercer strike en el que no consigue contactar con la bola). Y esa fue solo una parte de su exhibición, porque al otro lado le tocó batear en cuatro ocasiones y siempre lo hizo con éxito: tres home runs (lanzar la bola fuera del campo y conseguir la carrera de forma automática) y una base por bolas. Toda una pesadilla para los Brewers, toda una delicia para los aficionados al deporte, que vieron una actuación propia de Michael Jordan, de Leo Messi, de Usain Bolt... De alguien que pertenece al club de los más grandes de siempre.

“Me he centrado en que era el pitcher titular, en ser efectivo. Me tocaba tener una buena actuación, a lo largo de los playoffs no había tenido un rendimiento a la altura de las expectativas. Teníamos un buen plan de partido y hemos podido ejecutarlo”, explicó con timidez en rueda de prensa el prodigio de Japón, antes de irse al vestuario para celebrar con champán que sus Dodgers están a cuatro victorias de repetir anillo, el cual sería el segundo de Shohei en los dos años que lleva en la franquicia angelina (antes estuvo seis temporadas en los Angels, el otro equipo de Los Ángeles, donde nunca tuvo un buen equipo para competir). Ohtani va camino de conseguir que los 700 millones de dólares que ganará a lo largo de 10 años, un contrato que fue el mayor de la historia del deporte hasta que en el pasado invierno fue superado por el de Juan Soto, parezcan pocos.

Los Dodgers ya esperan en las Series Mundiales, que comenzarán el 24 de octubre, al vencedor de la eliminatoria entre Seattle Mariners y Toronto Blue Jays, la cual marcha con ventaja de 3-2 para los estadounidenses. Mientras tanto, Ohtani reivindicó una vez más que, con el don innato que tiene para pitchear y batear como el que mejor, ya es el más grande de la historia del béisbol, lo cual no es algo nimio cuando han existido leyendas como Babe Ruth (también bateaba y lanzaba, aunque hace un siglo, en otra época muy distinta), Lou Gehrig, Barry Bonds, Willie Mays o Hank Aaron, entre muchos otros. Y empieza a codearse con los más grandes de la historia del deporte. Desde la pasada madrugada, el debate está servido en torno a si el partido del unicornio japonés es la mejor actuación individual que jamás se haya visto en cualquier deporte. Los números lo avalan, eso sin duda.

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