Todo sigue igual tras Saturday Night’s Main Event
Ningún título cambió de mano a una semana del Royal Rumble. Hulk Hogan, que estaba programado para aparecer, finalmente no lo hizo.

La WWE celebró el segundo Saturday Night’s Main Event del año en San Antonio, aunque la atención casi de todo el mundo estaba puesta en el evento de dentro de una semana, el Royal Rumble. Ningún cinturón cambió de manos a la espera de una de las mayores veladas del año, donde se decidirán dos de los aspirantes a los galardones mundiales en Wrestlemania. Hulk Hogan, que en principio iba a aparecer, al final no hizo acto de presencia.
Como si el aficionado de la WWE se hubiera montado en una máquina para viajar en el tiempo, Saturday Night’s Main Event empezó con una presentación clásica. El narrador en inglés, Joe Tessitore repasó toda la cartelera, acompañado de Jesse Ventura.
El primer combate fue por título mundial femenino, entre Nia Jax y Rhea Ripley. Las dos mujeres, conocidas por su tamaño y fuerza, no defraudaron gracias a movimientos no especialmente rápidos, pero sí precisos y de gran impacto. Jax, como buen heel, dominó los primeros momentos de la lucha, pero su rival australiana fue recuperando terreno, hasta que finalmente se llevó la victoria.
A continuación, la fuerza y la velocidad se combinaron en el duelo por el campeonato intercontinental masculino. Sheamus quería completar el Grand Slam, que se refiere a haber tenido en su poder todos los títulos de la empresa, mientras que Bronn Breaker luchaba por mantener su cinturón. La intensidad y dedicación del irlandés volvió a no ser suficiente y el hijo de Rick Steiner mantuvo su presea.
El público de San Antonio recibió, acto seguido, a su luchador más distinguido. Shawn Michaels, dos veces miembro del Salón de la Fama y actual director de NXT, salió al ring para moderar la firma del contrato para el combate entre Cody Rhodes y Kevin Owens en el Royal Rumble. El que suba a la escalera más rápido el próximo 2 de febrero (a la medianoche de España), se llevará a casa el título de campeón de la WWE.
Cuando parecía que el canadiense iba a firmar sin problemas, cogió el micrófono. “Lo que dijiste el viernes realmente me enfadó”, dijo. Owens aludió al hecho de que Rhodes dijo que él siempre toma el camino fácil. Sin embargo, el campeón se enfadó y le gritó que se callase y firmase de una vez. Cuando lo hizo, se colgaron los dos cinturones del techo, a expensas de lo que ocurra en el Rumble. HBK ya se despedía de los dos cuando Owens trató de atacarle. Ese plan acabó muy mal para él después de que Michaels le aplicara una Sweet Chin Music.
La noche iba de combates de gran impacto y el siguiente tenía que continuar la tónica. Braun Strowman y Jacob Fatu se habían visto envueltos en varias peleas en las últimas semanas y solo un enfrentamiento directo podía solucionar sus problemas. Pero el gigante no tuvo ninguna oportunidad contra el samoano, que le pegó una paliza hasta dejarle casi inconsciente en una muestra de intenciones para el futuro de la WWE.
Ya solo quedaba el evento principal. Tal y como avisó en la previa Jey Uso, haría todo lo posible para llevarse el título de campeón mundial. Aunque el samoano cumplió una parte de su palabra, ya que se dejó el alma para llevarse el combate, no fue capaz de superar a un Gunther que, tras retener su cinturón, le miró con una cara de entre incredulidad y reconocimiento. Uso podría tener una oportunidad más, pero para ello deberá ganar primero el Royal Rumble, que se celebra el fin de semana que viene.
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