Rahm se mantiene segundo y Tiger pasa el corte por los pelos
El de Barrika (-9) remonta en la segunda mitad de ronda y se coloca a uno del líder, Max Homa. Tiger Woods (+1) espera confirmación para jugar en el fin de semana.
Cinco torneos disputados en lo que va de 2023, cinco fines de semana a los que Jon Rahm ha llegado con aspiraciones de lograr cosas grandes. El golfista español, después de una segunda vuelta en la que fue de menos a más (68 golpes, tres bajo par), es segundo en el Genesis Invitational con -9 en su tarjeta, a uno de un imparable Max Homa (-10). Nuevamente, Rahmbo encara un fin de semana en el que puede lograr el tercer título del año y, de paso, auparse al número uno del ranking mundial.
Como si de un robot programado para no fallar nunca, Jon salió al Riviera Country Club de Los Ángeles (EE UU) dispuesto a dar el gran golpe. En el 1 se apuntó un eagle de mucho mérito tras un gran putt, aunque esta fue la única buena noticia para el español en los primeros compases del viernes. Como ya sucediese en la primera vuelta, Rahm estuvo bastante errático desde el tee de salida (6 de 14 en calles el jueves y 4 de 14 el viernes) y lo pagó caro: bogey al 2, al 5 y al 9. El vasco sufría, se alejaba de los puestos cabeceros y no daba con la suerte en un buen puñado de putts bien tirados que no fueron para dentro.
Pero es que este año el español está hecho de otra pasta. Cualquier jugador, incluso el propio Rahm hace no mucho, se habría venido abajo en los segundos nueve hoyos. El León de Barrika, sin embargo, tiró de orgullo y sacó a relucir su mejor juego. Y eso que el driver seguía sin funcionar demasiado bien, lo cual habla del nivel al que está Rahmbo y lo que puede lograr si afina su golpe estrella. Birdie al 13, al 14 y al 16. Y, para rematar la fiesta, eagle en el 17. La suerte que no había tenido durante el resto de día se le acumuló al español en el penúltimo hoyo, donde pegó un segundo golpe muy defectuoso que fue a parar a las gradas de los alrededores del green. Pero la fortuna hizo que su bola rebotase y fuese a parar a apenas metro y medio del hoyo. Sonreía Jon, sabedor de que esta vez se había salvado.
Con el segundo eagle del día (es tan solo la tercera vez en la carrera de Rahm en el PGA Tour que logra dos eagles en una misma jornada), Jon empataba con un Max Homa que sigue bendecido en su California natal y que también aspira a un tercer título en lo que va de temporada. Tan solo un bogey del español en el último hoyo deshacía el empate entre ambos. Rahm terminó el viernes con 68 golpes, tres bajo el par de Riviera CC para un total de -9. A tan solo un golpe está Homa, que clavó los 68 golpes del español y el bogey al 18. Empatados con Rahmbo marchan los estadounidenses Keith Mitchell y Lee Hodges, mientras que por detrás amenazan hombres como Collin Morikawa (-8), Patrick Cantlay (-7) o Rory McIlroy (-6), este último también en la lucha por el número uno. Rahm, mientras tanto, continúa malacostumbrando al gran público con un nuevo fin de semana entre los mejores.
Tiger, de momento dentro del corte por los pelos
Acarició la proeza y la logró, pero Tiger Woods se tiró gran parte del viernes pensando que no había superado el corte por un golpe. El Tigre, que regresaba en este evento a la competición oficial tras siete meses de parón, se desinfló en el tramo final de la segunda ronda, y estuvo a punto de pagar caro los tres bogeys en los cuatro últimos hoyos. Con +1 en el acumulado, Tiger marcha 60º, entrando en el corte virtual de milagro tras pasarse toda la jornada fuera de él. Tendrá que ser un poco más paciente, y es que el juego se suspendió por oscuridad con 14 participantes sobre el campo. Las posibilidades de que el corte cambie son pequeñas, pero Woods todavía no lo tiene asegurado.
Este viernes, Tiger partió en el turno mañanero ante un abarrotado Riviera Country Club, en el que los aficionados se aglomeraban para seguir de cerca a su ídolo. Si Woods solucionó su primera ronda en los tres hoyos finales con tres birdies consecutivos que le hicieron acabar con -2, hoy fue esa última recta la que castigó en exceso al norteamericano. Bogey al 6, al 8 y al 9 para acabar (comenzó la jornada desde el hoyo 10), y pasó de estar en un cómodo -2 en total al +1 definitivo tras una vuelta de 74 golpes, tres sobre el par del campo californiano.
No se vio nada fino a Woods con el putt, muy fallón en varios hoyos en los que se dejó valiosos golpes. Los hierros sostuvieron su juego, y es que Tiger dejó varios detalles que recordaban al golfista que tanto dominó este deporte. Acarició el hoyo en uno en el 14, donde puso en pie a los allí presentes. Tan solo consiguió un birdie más, al 17, en un día en el que se evidenció nuevamente que el estado físico del Tigre es el que es. Lo peleó pese a ello, e incluso tuvo la oportunidad de embocar desde fuera de green en el último hoyo para así acabar al par. Su bola no terminó de entrar, y Woods tiró de paciencia para esperar a que finalizase la jornada. La oscuridad impidió la confirmación oficial, aunque el Tigre roza estar en el fin de semana. Casi nada después de todo por lo que ha pasado.