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VELA

Sviatoslav Madonich, un campeón en el exilio

El ucraniano de 14 años ha ganado el 71º Trofeo Ciutat de Palma. Cuando Rusia invadió su país, el 24 de febrero, se encontraba compitiendo en Valencia y desde entonces no ha podido regresar a casa.

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Sviatoslav Madonich, un campeón en el exilio

Sviatoslav Madonich es uno de los regatistas con más futuro en el mundo de la vela. Y esta semana ha seguido acumulando miradas porque a sus 14 años, el ucraniano se ha proclamado campeón del 71º Trofeo Ciutat de Palma, la competición deportiva más antigua de Baleares, frente a más de 300 rivales. Un título más para un Madonich que fue sexto en el último mundial de Optimist y se confirma como uno de los mejores regatistas infantiles de una clase con más de 400.000 practicantes en todo el planeta. “El primer día hubo bastante viento y disfruté mucho. Ha sido una gran experiencia venir a Palma”, comentó el ucraniano, que triunfó en su primera participación en esta regata y que ve como su nombre ya luce en la peana de la Carabela de Plata del Real Club Náutico de Palma.

Sviatoslav Madonich es un campeón que está dando brillo a la bandera de su país, Ucrania, desde el exilio. El día que Rusia invadió Ucrania, el 24 de febrero de 2022, el joven regastista y su entrenador, Paulo Dontsov, se encontraban compitiendo en Valencia. Y desde entonces, no han podido volver a casa. Como tampoco el resto de la expedición ucraniana liderada por el padre de Sviatoslav y formada por un entrenador y siete regatistas. Todos residen ahora en Molfalcone, en la región italiana de Trieste, y el deporte les mantiene físicamente alejados del drama de la guerra, pero sus pensamientos siguen en Odesa, donde sus familias resisten la agresión rusa. “Mi sueño es representar a mi país en el todo el mundo y, si puede ser, en unos Juegos Olímpicos”, explicó Sviatoslav Madonich.

El entrenador Paulo Dontsov desveló que Sviatoslav lleva una vida relativamente normal en Italia, junto a sus dos hermanos, de 9 y 19 años, y sus padres. Están centrados en el deporte y en seguir con el programa de estudios de su país. Cada día se conectan online con la escuela en Ucrania, lo que les permite mantener el contacto con sus raíces. “Cuando empezó la invasión, vimos que era peligroso regresar a Odesa con los niños”, detalló un Dontsov que en Valencia buscó una base segura desde la que poder organizar giras por todas las grandes regatas europeas y de ahí que tengan su residencia actual en Italia. “La respuesta de la comunidad náutica ha sido muy buena. Nos están ayudando en muchos países y, gracias a ello, podemos seguir compitiendo por nuestro país, lo que para nosotros, en estos momentos, supone un gran honor. Hemos participado en esta regata gracias al soporte que nos ha dado el Real Club Náutico de Palma”, dijo un Dontsov que acabó relatando la dura realidad de Ucrania: “Las sirenas antiaéreas pueden llegar a sonar hasta cinco veces al día. Me cuentan que cuando eso ocurre, se refugian todos en el sótano y siguen con las clases. Nos sentimos orgullosos de los soldados y las personas que están defendiendo nuestro país”.