Sandra Sánchez: “Dentro de mí, hay mucho que compartir”
La mejor karateca del mundo recibió un homenaje en el Comité Olímpico Español tras su retirada. Oro olímpico, mundial, europeo... Campeona de todo.
Sandra Sánchez hizo su última kata el 9 de julio. Medalla de oro en los Juegos Mundiales, en Estados Unidos, el premio que completaba la colección completa. Campeona de todo lo posible: siete de Europa, dos del Mundo, una olímpica.... Desde entonces, la “hormiguita” (como ella se define), ha ido recolectando cariño. Hoy tocaba en el Comité Olímpico Español (COE), donde su presidente Alejandro Blanco la describió como “un canto a la vida” y a su técnico y también pareja, Jesús del Moral, como un “milagro”.
Milagroso fue su oro olímpico en Tokio, en el templo del Budokan y ante una japonesa, Kiyou Shimizu. “Hubo un cambio de reglamento el día previo que me perjudicaba. Se respiraba en el ambiente que pintaba mal. El camino a la final fue raro. Y Jesús (Del Moral) me dijo que todo estaba muy preparado para que ganara Japón, que simplemente disfrutara. Entonces, me acordé de una escena de Rompe Ralph y le dije que iba a ganar”. Cabezona ella, lo recordaba.
Delante de Sandra, sus padres Serafín e Isabel. Su primer maestro, Javier Piñeno. Antonio Moreno, presidente de la Federación Española. Gente que con los que ha podido “convertir las lágrimas, porque el camino fue súper intenso y hubo muchas, en abrazos”. “Las medallas no me importan tanto como los abrazos”, reconoció.
Ahora, a los 41 años, Sandra no quiere hablar de despedida. “Es un hasta luego”. Da seminarios por todo el mundo. Ha lanzado ‘Chikara’, una plataforma para cursos on line. Es embajadora del deporte de Castilla-La Mancha. Y, lo último, ha sido nombrada presidenta de la Comisión de Atletas de los Juegos Mundiales, que reúnen a todos los deportes que no tienen la etiqueta ‘olímpica’. Y, por desgracia, el kárate es ahora uno de ellos porque no estará en el programa de París 2024. “Sigo pensando que dentro de mí hay mucho que dar y compartir. Algo diferente y especial. Quiero transmitir lo que siento”, contó con la emoción en la voz y en los ojos. Siempre agradecida. Tanto, que se pone “a cámara lenta los vídeos de las medallas para ver las reacciones de la gente”. Para disfrutar de cómo ha hecho feliz a tantos.