Golf | US Open

Rahm se aleja de la cabeza en un US Open eterno

El putter evita un resultado mejor del español, que se aleja del liderato provisionalmente en el turno matinal con su +5 para +4.

Rahm se aleja de la cabeza en un US Open eterno
ERIK S. LESSER
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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Ni siquiera hace falta que sople el viento para que Oakmont infle los números en el US Open. Este viernes, con las banderas tiesas como un granadero custodiando las puertas de Buckingham, el campo de Pennsylvania (EE UU) volvió a repartir estopa a diestro y siniestro desde el turno matinal, en el que comparecía esta vez Jon Rahm. No dio una versión muy diferente a la de la primera jornada, pero el retorno sí cambió. Del -1 inaugural pasó a un 75 (+5 para +4) que le alejó del liderato. La buena noticia para él es la mala para los que al cierre de esta crónica aguantaban aún en la casa club: la cosa, salvo sorpresa, se pondrá todavía más endiablada en la sesión vespertina.

El campeón en el entorno del par gana enteros. Muchos de los participantes ya lo han expresado como una posibilidad real ante los micrófonos. Si se cumplen los pronósticos antes de que arrecie la lluvia previsiblemente entre esta noche y el sábado, Rahm podrá reconfortarse en el sinsabor de otros tras una segunda vuelta de nuevo eterna. Cinco horas 37 minutos. Una llamada de atención seria para la USGA, que no puede trasladar este ejemplo a los millones de jugadores aficionados que siguen el torneo, salvo que no le importe que este deporte acabe siendo uno en el que hay que cogerse vacaciones para jugar.

Entre espera y espera, Rahm tejió unos nueve primeros destartalados. Con tres bogeys y sin birdies, muy pocas calles, pecado capital en Oakmont, y algún toque de fortuna que evitó una cifra más gruesa como esa bala perdida en la salida del 3 que le aterrizó en la calle del 4, evitándole una visita al despiadado rough, que según el parte de preparación de la organización no se tocó un milímetro entre vueltas. Los greenes sí, se cortaron y se les pasó el rodillo por partida doble. Así llegaron a picar hasta el 15 en el stimpmeter. Cristal mojado.

La dinámica dio un giro de 180 grados con un doble bogey cruel en el 11, un hoyo para restar al que le hizo un 6 sin pegar un golpe objetivamente malo. Otros habrían perdido el norte, pero él mantuvo el tipo. Sus cinco hoyos siguientes fueron una sucesión de oportunidades de birdie. Pero fue subir como la espuma en la estadística de greenes alcanzados y caer en la de putts por green como si fuera el Dow Jones en 2008. Sí exprimió el par 5 del 12, al que su partido, que completaban Jordan Spieth y Dustin Johnson, llegó sin un solo birdie anotado. Ahí Rahmbo se lo dejó dado con su mejor golpe del día, pero desaprovecharía después oportunidades claras en el 13, el 14, el 15 y el 17.

Durante el último tercio de Oakmont jugó un golf óptimo sin mayor recompensa que un bogey en el 18 tras fallar la calle. “La diferencia ha sido que no he metido un putt. No he jugado mal. Pero no he metido nada salvo un de siete pies en el siete. Eso es todo. Estoy muy molesto, muy frustrado. En muy pocas vueltas en mi vida he sentido que tiraba buenos putts y no tocaban el hoyo”, desgranó después.

Nadie se movió, sin embargo, más allá del -4 de Spaun, estampado en la tabla en la mañana del jueves y aún vigente a falta de la segunda oleada el viernes. Cosas del US Open. Las mejores maniobras fueron obra del noruego Viktor Hovland, -2 para -1, y y del estadounidense Sam Burns, -5 para -3 en un tanteo, 65 impactos, solo logrado nueve veces previamente en esta sede. Koepka, el mejor de los favoritos en el estreno, peleó un +4 para +2 que le mantiene en la pelea.

El corte era terreno vedado ya para Justin Thomas o Dustin Johnson (+5 para +10), una posibilidad incierta para Jordan Spieth (+5 para +5). Scottie Scheffler, autor un día antes de la peor vuelta de su carrera en los grandes, entregó esta vez un +1 para +4 que le llevará al fin de semana, pero lejos de las posiciones que acostumbra a ocupar.

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