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BÁDMINDON | INDONESIA OPEN

Una plata que acerca París

Carolina Marín cae en la final del Indonesia Open, Grand Slam, ante la campeona olímpica, Chen Yu Fei. Hasta ella, la tercera del año, no había cedido sets.

Una plata que acerca París
ADEK BERRYAFP

A los dos días de destrozarse la rodilla, Carolina Marín ya estaba trabajando. Se había quedado sin Juegos Olímpicos y la lesión, una rotura del ligamento cruzado y los meniscos interno y externo de su rodilla izquierda, podía oscurecer su futuro. En medio de las tinieblas, vio una luz. Tokio no estaba tan lejos de París. Esta semana, en el Indonesia Open, la jugadora española ha dado un acelerón hacia Francia. Sin ceder ningún set, ha arrollado a varias de las mejores jugadoras del mundo. En cuartos, a Tai Tzu Ying, 3ª del ranking mundial; en semifinales, a una de sus bestias negras, Ratchanok Intanon (8ª). Sólo la vigente campeona olímpica, su sucesora, la china Chen Yu Fei (4ª), ha podido con Carolina (21-18 y 21-19 en 1h04), que no peleaba por un Super 1.000 (Grand Slam) desde 2021. Éste, en concreto, no lo ha ganado nunca una europea. De momento, seguirá siendo así. Es una plata, pero acerca el sueño del oro en París.

Porque Carolina sonrió. Negó con la cabeza. Volvió a sonreír. Y se enfadó. Se sintió fresca, viva. Pasó por todas las emociones posibles en un partido que dominó en el cómputo total del tiempo, pero que se le escapó en los momentos decisivos. Ya llegará el momento. Estos días, de nuevo, se ha visto lucir a la española en un gran escenario, uno de los de verdad. Con la oportunidad de conquistar un cachito más de Asia, ese territorio al que llegó como una extraña y en el que lleva años siendo una verdadera estrella del rock. Esta temporada, ya ha disputado tres finales (cinco, con título en los Europeos de Madrid, desde su regreso). Una también fue en Indonesia, en Jakarta (Super 500), y la otra, en abril, se la llevó. Fue en Orleans (Super 300) y dejó una muestra más de su vuelta al mejor nivel. Ante Zhang Beiwen, se impuso ganando su primer tercer set desde la lesión. El físico ya responde, la mente lo ha hecho siempre.

Carolina, que esta semana cumplió 30 años, se siente (muy) competitiva ante una élite cada vez más joven. Era el único objetivo cuando se destrozó la rodilla: volver a ese punto en el que los resultados, simplemente, llegan por inercia. Desde diciembre, cuando gracias a un cambio de plantillas y a un proceso de infiltraciones dejó de sentir dolor, está en ese nivel. Y en un primer parcial ante Chen Yu Fei (25 años) que fue puro caviar, se notó. Contra la gran mayoría del circuito, se lo hubiera llevado Marín, pero no ante la asiática, que resistía a todo. A los remates, muchos, a la red, que le echaba una mano a la española (13-13), y a un rally eterno de 49 golpes (14-14). La onubense, siempre un pasito por delante, llevó el peso del juego hasta el 16-18; entonces, la china dio una zancada de cinco puntos seguidos.

Un cambio positivo desde cuartos

Sobre la pista, estaban las dos últimas campeonas olímpicas. Un regalo. La nueva escuela contra la vieja, que sigue muy presente. “Una pena. Creo que he jugado buenos momentos, pero ha habido otros de bastante tensión, con fallitos. También me he salido del plan de juego bastantes veces. Quiero quedarme con las buenas sensaciones, del cambio a nivel de concentración que he dado estos días. Sobre todo, a partir de cuartos”, analizaba Carolina tras el partido. En la segunda manga, la española aún se liberó más. Se había sentido superior y cerca estuvo de forzar el tercer set. 0-3, 3-7, 6-12... ninguna ventaja fue suficiente. Con un 10-16 a favor, se empequeñeció ante la enésima reacción de Yu Fei, que le endosaba un parcial de siete puntos seguidos (17-16). “Y ahora, qué vas a hacer”, le preguntaba Fernando Rivas, su entrenador, en el descanso. “Seguir hacia adelante”, parecía responderle Carolina. Esta vez, no llegó la remontada, pero eso es lo que seguirá haciendo. Próxima parada, los Juegos Europeos (en Cracovia, del 26 de junio al 2 de julio).